- ¿Quién le persuadió para aceptar la Alcaldía en 1975?

- Me decía mi madre que yo con tres o cuatro años decía que iba a ser el alcalde de San Bartolomé. Hubo bastantes problemas con respecto a la alcaldía, con muchas manifestaciones de protesta en aquella época en la que aún estaba vivo Franco. Y luego también hubieron serios problemas en Tunte por el cambio de capitalidad.

- Y lo llamaron a usted.

- Es que en aquel momento para ser alcalde de un pueblo lo que se necesitaba era arraigo. Me llamaron unas cuantas veces porque se había muerto el anterior alcalde y estaba todo en interinidad. El gobernador civil me mandó llamar y un día un amigo me llevó engañado al Gobierno Civil para arreglar unos papeles. Fue una encerrona para nombrarme alcalde.

- ¿Le costó aceptar?

- Siempre he sido tirajanero y moriré tirajanero, pero lo que no aceptaba era jurar los principios generales del Movimiento.

- Era antifranquista...

- No porque yo fuera antifranquista, sino porque no me daba la gana. Siempre los rechacé. Tomé posesión sin jurar.

- En las elecciones democráticas consolidó el cargo.

- Sí, en 1979 sacamos nueve concejales, mayoría absoluta; en el 83, once; en el 87, quince, y en el 91 perdí la mayoría absoluta, pero fuimos los más votados.

- ¿Cómo se le ocurrió fundar Agrupación de Vecinos si ya militaba en UCD?

- Porque en 1979, cuatro o cinco días antes de presentar la candidatura, tuve conocimiento de que me borraban de la lista. Entonces a toda carrera logré las firmas necesarias.

- Le ganó la partida a la todopoderosa UCD.

- No queríamos que nos vinieran a mandar los de afuera, sino que mandasen los de San Bartolomé de Tirajana.

- Y siempre ocuparon el espacio de centroderecha...

- Aunque teníamos acuerdos con partidos de ámbito estatal, en San Bartolomé éramos de Agrupación. Al Cabildo o Parlamento votábamos al partido con el que pactáramos.

- ¿Sigue siendo presidente?

- Sí, lo sigo siendo, aunque voy a dimitir. Es que ya tengo ochenta años y tampoco es plan.

- ¿Marco Aurelio Pérez sigue siendo su delfín?

- Bueno, Marco Aurelio es hijo de una de las primeras mujeres concejalas del municipio. En el 79 nosotros presentamos varias mujeres y entre ellas salieron dos. Una de ellas era la madre de Marco Aurelio, un hombre muy estudioso y preparado. Yo puse los ojos en él en su día para que siguiera la senda que nos habíamos trazado. Él es el que tiene el mando.

- A usted se le dio mucha caña cuando fue alcalde.

- Yo en su momento fui el alcalde más perseguido de Canarias, y creo que hasta de España. Entre otras cosas me levantaron calumnias desde la revista Interviú. Me decían que yo había secuestrado los ejemplares de la revista y entonces encargué miles de fotocopias y me puse en Triana a repartirlas. Luego, en la Viuda de Franco hice lo mismo.

- Pero no sólo fue perseguido por cierta prensa...

- También fui perseguido por todos los partidos grandes porque para ellos era inconcebible que un municipio como este estuviese gobernado por un grupito tan pequeño.

- Los juzgados recibían continuas denuncias...

- Sí, había un montón de diligencias previas hasta que un día ya tenía tal calentura que escribí un artículo que ocupó dos páginas de periódico. A la semana se archivaron todas.

- ¿Los vecinos se llegaron a creer esas acusaciones?

- Los vecinos creen que yo no soy Paco, sino San Francisco. Este municipio estaba hundido cuando llegué. No tenía una calle asfaltada, agua, luz, carreteras? El dinero lo tenía a plazo fijo cuando yo entré. Era de auténtica pena. Hicimos una labor que si el pueblo la recuerda es porque no fue mala.

- Se llegó a decir que era multimillonario y que tenía el dinero en paraísos fiscales...

- Todo lo que tengo es la finca de Tirajana, en su mayor parte heredada, y la casa donde vivo. Ahora tengo que trabajar a mis ochenta años porque si no, no como.

- ¿Le salió cara la Alcaldía?

- Yo exigí tener un sueldo para que los ojos no se fueran a otro lado. Me quedé sólo con dos o tres clientes que nada tenían que ver con el ayuntamiento. Tuve que abandonar el despacho porque la alcaldía me absorbía mucho...

- ¿Cómo pudo resistir tanto tiempo con esa persecución?

- Venía a San Bartolomé dos o tres días a la semana y también iba a Las Palmas a hacer cosas. Pero esto fue creciendo tanto que veía a mis hijos muy poco.

- San Bartolomé era la gallina de los huevos de oro.

- Es que éste era el municipio turístico más importante de España donde no gobernaba ni el PSOE ni la UCD ni AP ni el PP.

- ¿Era realmente un municipio rico?

- San Bartolomé de Tirajana nunca ha sido un municipio rico. Hay que tener en cuenta que era el de mayor extensión de la isla y el que más barrios tiene.

- ¿Ya no es lo que era?

- Ya no es lo que era. Ahora ha bajado mucho. La única persona que lo puede sacar de esta situación es Marco Aurelio.

- Aquí venían turistas ilustres de todo el mundo.

- En mi época vino mucha gente importante. Pepe Juan Santana me criticó porque compré un coche de la marca Mercedes. Alguien de la Península me llamó y le dije si sabía qué era Maspalomas. No sabe la cantidad de gente que venía aquí. El rey, el presidente de Finlandia, el de Alemania, en fin... Ese coche ya lo lleva usando más de treinta años el Ayuntamiento.

- ¿Qué relación tenía usted con la oposición mientras fue alcalde?

- Hubo personas que incluso las dejamos gobernar con nosotros, aunque no las necesitáramos numéricamente.

- Confiese. ¿Echa de menos su época de alcalde?

- No, me he olvidado totalmente. Me tratan muy bien. La policía tiene cantidad de deferencias, los funcionarios también y la gente del pueblo. Hoy voy a la misa de cualquier pueblo y noto el cariño de la gente. Los besos me llegan por todos lados. Una de las pocas buenas costumbres que conservo es ir a misa todos los domingo y durante los días de fiesta.

-Ahora, apartado de la política y sin intención de volver, ¿a qué dedica usted su tiempo libre?

- Yo ya no viajo, salvo a Fuerteventura todos los veranos. Me dedico a mis hijos, el despacho y todos los viernes para la finca de Tunte. Todos las navidades las celebramos allí toda la familia. Somos veintitantos.