La iglesia de San Juan Bautista de Arucas obtendrá en breve el reconocimiento de Bien de Interés Cultural del Archipiélago canario en la categoría de Monumento, una condición que ya posee de facto y que reforzará su atractivo como emblema religioso y turístico de la comarca norte de Gran Canaria.

La consejera de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, Luz Caballero, comunicó ayer que la Unidad de Patrimonio Histórico ha incoado el expediente para que la iglesia de San Juan, conocida popularmente como la catedral de Arucas, se incorpore a la lista de Bienes de Interés Cultural (BIC).

Este anunció era esperado por el Ayuntamiento de Arucas desde hace años, según recordaron su alcalde, Juan Francisco Padrón, y el primer teniente de alcalde, Ángel Víctor Torres, que coincidieron en que esta declaración atraerá más turismo al municipio y permitirá mejorar el entorno de la iglesia.

El informe del Cabildo sostiene que el templo es "uno de los pocos ejemplos de arquitectura neogótica tardía que existen en Canarias", pues se trata de "un edificio singular, con unidad de estilo, y escala monumental, con excepcional tratamiento en la labra de la piedra, ejemplo sobresaliente del oficio y el trabajo de los labrantes de Arucas".

Vidrieras

"Como parte de esta valiosa obra arquitectónica -subraya el informe- hay que mencionar las vidrieras por su unidad de estilo, belleza y calidad artística". También resalta que en la actual construcción "se han vinculado los bienes muebles más significativos de la parte interior del templo".

En la construcción "se potencia la verticalidad, el uso de la piedra y la luz con una profusión de detalles ornamentales en fachadas, torres y ventanales", refleja el documento presentado por el Cabildo, que añade que sus ventanales convierten a la iglesia de Arucas en "uno de los monumentos más singulares de Canarias". Al respecto, resalta que las vidrieras del templo "son piezas de gran belleza y valor artístico encargadas a la casa francesa Mauméjean y que destacan por su calidad y magnífica factura". Además, en la temática representada se muestran pasajes de la Biblia, distintas advocaciones de María, letanías, santos y mártires, motivos florales, geométricos y simbólicos, sobre fondos con elementos arquitectónicos propios del gótico, lo que refuerza la unidad del conjunto.

La propuesta de construir una nueva iglesia para acoger a la creciente población de Arucas partió del párroco Francisco Cárdenes Herrera y de Francisco Gourié Marrero. "Tras ser aceptada la idea se formó la Junta Directiva para la construcción del Templo Parroquial de la Ciudad de Arucas, por personas notables de la ciudad que se encargarían de llevarla a cabo, entre ellos los dos promotores de la idea".

El nuevo recinto se construiría en el lugar donde se ubicaba la parroquia desde el siglo XVI. Para ello, se convocó un concurso público de ideas para el nuevo templo, que quedó desierto al no ser estimadas ninguna de las propuestas presentadas. Posteriormente se propondría al arquitecto catalán Manuel Vega i March (1871-1931).

El proyecto de San Juan Bautista es de 1908, la primera piedra se colocó el 19 de marzo de 1909, día de San José, y fue abierto al culto el mismo día del año 1917, aunque la construcción principal se prolongaría hasta 1932. La dirección de obra de la fábrica principal se le encargó al arquitecto grancanario Fernando Navarro y Navarro (1864-1925).

El proyecto de ampliación de la Torre Campanario data de 1928, y se le encargó al mismo arquitecto, Manuel Vega i March, lográndose así unidad y gran coherencia en toda la composición. Fue el arquitecto diocesano Rafael Masanet y Faus el que se encargó de parte de la ejecución de la Torre Campanario, y finalmente desde el Cabildo se asumiría la última fase de su ejecución. La construcción se prolongó de 1932 a 1977, quedando interrumpida durante mucho tiempo, y retomándose en 1962, años después de la finalización de la estructura principal de la iglesia.

En la construcción del templo de Arucas destaca la labor de los distintos profesionales que participaron y trabajaron en su construcción y en especial en el oficio de la piedra.