El pleno extraordinario convocado ayer para informar de la renuncia de la concejala del grupo de gobierno Clara Isabel Santiago, que pasará al grupo de los adscritos por no coincidir ni en las soluciones "ni en las formas" en la gestión del Ayuntamiento, empezó manso, tan solo con el malestar de la propia Santiago que informaba de que no se le había notificado en tiempo y forma la convocatoria de la sesión. El siguiente punto, en el que el alcalde anunciaba que su formación, BNR-NC, renunciaba a liberar un concejal -un sueldo menos-, por la crisis que está cayendo, hacía presagiar verbena con voladores.

Y el informe posterior de la auditoría a la gestión económica, que otorgaba un aprobado raspado pero gracias al cual iba a recibir 600.000 euros, apuntaba a un asadero y ron miel con gobierno y oposición haciendo las chuletas. Pero no. A los pocos minutos José Juan Rodríguez, del CCN, le lanzaba la parrilla a la cabeza del alcalde, tras informar de que en estos últimos años ha reducido los gastos contables en cinco millones de euros. Si era ese el ahorro, ¿cómo que no había dinero para lo trabajadores? Rodríguez arrancó por bulerías y le llamó "farsante, gamberro y chiquillaje", sin anestesia. Aladino Suárez, del PP, también sacó su genio y pidió dimisión, arruinandose un guateque que no pudo ser.