La fama le precedía, y lo ocurrido en la mañana de ayer en la plaza de San Juan no hizo más que refrendar el crédito ganado tras tantas décadas de tradición agrícola. Telde se convirtió en la mañana de ayer en la capital insular de la naranja gracias a la celebración de la primera feria especializada de este cítrico. La quincena de productores que se animaron a acercar su mercancía hasta el casco se fueron la mar de contentos... y casi la mar de vacíos. Hasta 8.000 kilos de esta fruta, según el recuento hecho por este medio entre todos ellos, se consiguieron despachar en apenas cuatro horas de evento. A la calidad del producto se sumaron tanto los bajos precios -había cajas de 10 kilos con tarifas que oscilaban entre los cinco y los ocho euros- como el arsenal que desplegaron los participantes y la Concejalía de Agricultura del Ayuntamiento para meter este apreciado cítrico por los ojos.

En forma de mermelada, con chocolate o acompañada por millo y galletas. Los agricultores se lo pasaron de aúpa no sólo gracias a la afluencia -2.500 personas, según la Policía Local- sino también por el escaparate que supuso el encuentro de cara a futuras convocatorias. En Telde se exprimió ayer a gusto.