Brochas a punto, pulso firme, humildad y, ante todo, mucha seguridad en lo que sabe hacer. Idaira Rodríguez conoce los mejores trucos para corregir ojeras, iluminar el rostro, dar un buen masaje o hacer de tus uñas una verdadera obra de arte. La estética es lo suyo. Así lo demostró en Madrid el pasado mes de febrero en las Olimpiadas de Formación Profesional cuando tras varios días de competición, consiguió hacerse con el bronce.

Sombra aquí y sombra allá. Idaira decidió complementar sus estudios en peluquería con los de estética y al final le "terminaron gustando". Tanto que consiguió superar las fases previas al certamen nacional, que se desarrollaron dentro de su propio centro de formación, el IES Fernando Sagaseta, así como a nivel regional en Tenerife.

"Tenía la gran responsabilidad de representar a todas las estudiantes de esta especialidad de Canarias en Madrid", comenta Mayte Falcón, formadora de la joven de 19 años, quien estuvo con ella en todo momento. "Nos volvimos inseparables", cuenta divertida. Ella, al igual que el resto del centro, están muy orgullosos del trabajo desarrollado por Idaria. "Para mí ha sido muy fácil trabajar con ella por su gran predisposición", asevera.

"Es una profesional, siendo alumna". Los elogios de su formadora roban una tímida sonrisa a Idaria. A sus 19 años es una chica prudente y sencilla y ni siquiera las apuestas firmes que sus compañeras, que la veían como la clara ganadora, le hicieron perder su objetivo ni su seguridad. "Preparábamos todas las noches las pruebas del siguiente día", explica Idaira.

Recuerda también los nervios que tenía especialmente cuando tuvo que defender sus conocimientos de masaje corporal. "Y al final lo bordó", apostilla rápidamente Mayte. No obstante, ella lo llevaba bien trabajado, ya que a pesar de que hasta mediados de enero no estuvo claro qué pedirían en cada categoría, desde noviembre de 2012 practicó cada efecto visual de maquillaje, cada detalle y cada tiempo destinado para ello, ya que "el ritmo del salón no tiene nada que ver con el de la competición", afirma Rodríguez, quien ahora trabaja en un salón de belleza en Marpequeña. "Ahora quiero seguir aprendiendo" en este campo", declara la joven, cuyas miras están puestas en grandes proyectos de futuro, tanto en el campo de la peluquería como en el de la estética. Tampoco descarta volverse a presentar a las Olimpiadas, pero por lo pronto Mayte le tiene reservada la toma de decisión para elegir el mejor maquillaje de fantasía entre las chicas que dentro de poco se presentarán a otro concurso.