Aforo completo. Ni una silla vacía y las que lo estaban tan solo aguardaban la llegada de su dueño. Sándwiches, refrescos, queques y bombones presidieron las mesas de El Cortijo en las que las 350 personas que acudieron ayer la octava merienda benéfica de la fundación Yrichen, disfrutaron de una divertida tarde llena de sorpresas y regalos. Un encuentro endulzado con más de 50 litros de chocolate, donde el objetivo principal es continuar la batalla contra las drogas.

Ya el año pasado consiguieron superar los 6.000 euros y aunque ayer era pronto para hablar de cifras, lo cierto es que esperan, cuanto menos, sacar la misma cantidad de dinero que irá destinado a ayudar a las 650 personas que a día de hoy se agarran a una nueva vida de esperanza en Yrichen, donde más de 5.000 ciudadanos han sido atendidos desde que naciera la organización en el 1989.

"El objetivo es que para cualquier persona que acuda buscando ayuda a Yrichen, Yrichen tiene que tener las puertas abiertas y eso es una gran responsabilidad", detalla el sacerdote al frente de la institución, Jorge Hernández. Tanto para él como para su equipo de voluntarios, así como para los asistentes, es primordial que aquellos que pasen por el centro puedan ser atendidos con dignidad y lamentablemente "con las subvenciones no nos llega".

Pasadas las 17.30 horas entran los últimos asistentes que son colocados en cualquiera de las 30 mesas que este año, por primera vez, se disponen con numeración aleatoria a lo largo de la sala. Muy visibles y bien presentados están también todos los regalos, que al igual que la comida, han sido donados "por más de 30 empresas y particulares", cuenta Hernández.

Cuadros, ropa, quesos, vinos, bombones, viajes, cenas o un traje típico canario fueron tan solo algunos de los presentes que los más afortunados se llevaron, si bien nadie se va con las manos vacías del encuentro. Silencio sepulcral a las 17.40 horas. Los 30 voluntarios, de todas las edades, están bien repartidos para cuidar cada detalle. No pasan más de tres minutos y María José Flores, vecina de Telde, gana el primer sorteo. La alcaldesa del municipio, María del Carmen Castellano también sigue atenta el curso de los juegos y quién sabe si el azar también está de su lado.