Cuatrocientos mayores y medio centenar de profesionales de los 16 centros de Gran Canaria participaron ayer en la celebración del Día Internacional de las Personas Mayores, declarado como tal por las Naciones Unidas en el año 1990.

El encuentro festivo se realizó por segunda vez -el anterior se hizo en 2011- en el parque Pico Lomito de Moya. La estrella de la convivencia y fiesta fue el cantante Pepe Benavente, quien amenizó el evento por la mañana con sus canciones pegadizas y bailables. De suyo los asistentes se divirtieron de lo lindo en la pequeña pista de baile que había entre el escenario y las mesas de los participantes.

El evento se inició a las 11.00 horas con los primeros ancianos que llegaron de diferentes zonas de la Isla con la animación de los monitores de los centros y las canciones espontáneas de muchos mayores. Ya con todos dentro, el consejero y director del Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IAS), José Miguel Álamo, expresó su agradecimiento a todos los que han colaborado en la organización del día.

"Es importante que todos reconozcamos el esfuerzo y el trabajo de todos ustedes para sacar la familia adelante con los estudios de sus hijos. Gracias a ustedes muchos disfrutamos de una importante calidad de vida", señaló Álamo al inicio del encuentro.

También el alcalde de Moya, Hipólito Suárez, a los mayores "por sus muchos años de lucha, de sacrificio y dolor para que España, Canarias, Gran Canaria y cada municipio sean lo que son". "El respeto a las personas mayores es un valor que no podemos perder", agregó.

Los asistentes disfrutaron de una animada jornada, con almuerzo y con una sevillana a cargo del Centro de Mayores y Minusválidos de El Lasso.

En el municipio de Moya se congregaron una buena representación de los centros de Agüimes, Arucas, El Pino, El Sabinal, Ferminita Suárez, Genoveva Pérez, Ingenio, Moya, Tarazona de Guía, Santa Brígida, San Nicolás de Bari, Valleseco, Dermatológico, San Lorenzo, Taliarte Norte y Taliarte Sur. Todos los pensionistas son protagonistas de diversas historias, y aqui se resumen cinco:

Z Crescencia Jiménez

Así Crescencia Jiménez Pérez, de 81 años, es natural de La Atalaya de Guía, y apenas lleva cuatro meses en la residencia de Tarazona de Santa María de Guía, en la que convive con otros 29 mayores. Pertenece a una familia de agricultores del Norte y como buena trabajadora del campo asegura que "ha sido una mujer con mucha salud". "Nunca he estado mala", comentó. Para Crescencia Jiménez, los encuentros y las excursiones de mayores "dan mucha vida". Se encuentra feliz y la participación en actos festivos le producen "muchos sentimientos".

Z Antonio León

En la fiesta también se encontraba el albañil León Ortega, jubilado de 64 años. "Tras la guerra en la isla no había trabajo y tuve que emigrar, como hicieron muchos otros españoles, a Alemania y Holanda para sacar dinero y poder vivir", expresó. Tras varios años en Europa se trasladó a África, concretamente a varias ciudades marroquíes. También trabajó en la construcción en el Sur y en su pueblo de Teror. Este jubilado comparte su vida con otros 32 mayores en la residencia de Valleseco. "Este es un encuentro en el que da gusto estar porque disfrutas y compartes mucho con la gente", comentó.

Z María Pim

Igualmente la centenaria María Pim -hace poco que ha cumplido 101 años- disfrutaba con toda su lucidez de la fiesta insular de mayores de Moya. Llegó a la Isla cuando todavía vivía Francisco Franco. "He pasado toda mi vida limpiando casas en Las Palmas de Gran Canaria para poder sacar adelante mi familia, sobre todo mis tres hijos", expresó con satisfacción.

María Pim procede de Cabo Verde y, pese a sus años, es muy querida por los escolares que pasan cerca de la residencia de San Nicolás de Bari de Sardina del Sur. "Es una mujer que se adapta con gran facilidad y no se pierde ninguna excursión", expresó una de las auxiliares del centro. Ayer se le veía feliz compartiendo con el resto de mayores de la Isla.

Z Manuel Rosales

Entre los asistentes también estaba el vasco Manuel Rosales Sabarte, que lleva cerca de cuatro años en la residencia de El Pino de Las Palmas de Gran Canaria. Nacido en abril de 1939, lleva en Gran Canaria treinta años. Su vida la ha dedicado a ser marino mercante, gracias a su profesión a surcado muchos mares. "Ahora es cuando empiezo a disfrutar", comentó muy entusiasmado con el desarrollo de la fiesta. Seguramente es una de las personas más activas de El Pino. Le encanta sacar fotos, hacer 15 kilómetros de bici cada día, ir a la biblioteca y sacarle el máximo provecho a su portátil. "No tengo novio, ni novia y todavía no pierdo la esperanza de encontrar a alguien", expresó Manuel Rosales.

Z Flora Castellano

Por último, Flora Castellano Castellano, natural de Moya, saboreó la fiesta casi más que nadie porque se encontraba en su pueblo. Ella comparte diariamente con otros 17 mayores su vida en la residencia de Moya, una de las más pequeñas de la Isla. "La mayoría de mi vida la he dedicado a cuidar a mis padres y hermanos. Y puede afirmar que mi vida ha sido sencilla y tranquila", aseguró. Lleva seis años en la pequeña residencia.

"Vivimos y nos sentimos como una familia en el centro", comentó. Para Flora Castellano la fiesta de los mayores fue "muy bonita y agradable, porque nos ha ayudado a distraernos y a pasarlo bien". Y bien que lo pasaron disfrutando del entusiasmo que la música del cantante Pepe Benavente impregnó durante la convivencia.

Los animadores de El Pino, Carmen Sueiro y Juan Yánez destacaron la importancia de las convivencias y excursiones para el buen ambiente y funcionamiento de los centros. "Les encantan las fiestas de Navidad, Carnavales y todas las celebraciones que hacemos", indicaron ambos.

Y al final de la fiesta, tanto el consejero José Miguel Álamo, como el alcalde de Moya, Hipólito Suárez, coincidieron en agradecer el esfuerzo de los profesionales de los centros insulares, "porque se sacrifican mucho para dar cariño y amor a los mayores". "El trabajo de los profesionales es fundamental para que nuestros mayores se sientan bien", explicaron.