El Cabildo de Gran Canaria aprovechará la celebración del Día del Árbol, el próximo 30 de noviembre, para completar la reforestación de la finca de Osorio. La zona montañosa situada más al sur de ese espacio natural protegido, la más cercana al pueblo de Teror, acogerá una nueva plantación con especies de laurisilva, en la que se espera la participación de un millar de ciudadanos.

La 45 edición del Día del Árbol pondrá punto y final al Noviembre Forestal de Gran Canaria, una decena de actuaciones promovidas por el departamento de Medio Ambiente para dar a conocer los valores naturales de la Isla, según adelantaron ayer la consejera, María del Mar Arévalo, y el coordinador del área forestal, Carlos Velázquez.

El Cabildo elige Osorio por segundo año consecutivo para culminar el proceso de reforestación iniciado en la década de 1980, tras comprar la finca e incluirla en el Parque Rural de Doramas. "Ahora tenemos ahí un bosque de laurisilva y lo importante es que la primera generación de plantas están produciendo frutos, los pájaros los están distribuyendo por el terreno y ya tenemos una segunda generación de árboles", explicó Velázquez, quien precisó que en la montaña de Osorio "quedan todavía zonas marginales", que son las que se han utilizado en los últimos años para completar la repoblación.

La plantación del próximo 30 de noviembre también complementa el proyecto Life de la Unión Europea para la reintroducción de la paloma rabiche, resaltó Arévalo, quien apuntó que "se ha visto la oportunidad de volver a reforestar esa parte de Osorio con laurisilva y culminar un ciclo". 105 ejemplares de paloma rabiche vuelan ya en esa zona.

Laurisilva

Aunque la plantación en el Día del Árbol se ha convertido en el símbolo de la recuperación de los bosques, solo representa una mínima parte de la reforestación que se lleva a cabo a lo largo del año, matizó Velázquez. "El ritmo constante desde hace varios decenios es de 100 hectáreas anuales y vamos cambiando de lugar según las prioridades; en muchos momentos nos hemos dedicado a la zona Oeste y Sur de la isla con la plantación de pinares, pero desde hace unos años estamos centrando la mirada en el monteverde y la laurisilva con especies termófilas como sabinas y almácigos", añadió.

El coordinador de Medio Ambiente recordó que el Cabildo compró la finca de Osorio hace más de treinta años y desde entonces ha mantenido la zona agrícola existente, el área forestal y recreativa del castañar y ha ido reforestando el antiguo espacio dedicado al pastoreo, que era prácticamente toda la montaña que separa los municipios de Teror, Firgas y Valleseco.

Arévalo también adelantó los primeros resultados de la reforestación del macizo de Guigüi y aseguró que un alto porcentaje de los cedros introducidos, casi el 100%, han pegado y no han sufrido daños por la existencia de cabras salvajes, tal como se temía. El problema de las cabras, señaló la consejera, "se ha ido resolviendo con políticas de concienciación de los ganaderos, además de varias apañadas para reducir el números de animales".

Tras recordar que el problema las cabras asilvestradas afecta a otras islas del Archipiélago y que en Madeira se ha resuelto con un control drástico de los animales, Velázquez opinó que "no es algo que se pueda resolver de un día para otro, pero el objetivo es reducir ese ganado salvaje, que no cumple ninguna función en el territorio y es tremendamente nocivo".

"Aparte del compromiso del Cabildo con la reforestación de la Isla, la naturaleza también esta cicatrizando sola. Si uno se fija en el contorno de los pinares naturales, o en las zonas de monteverde, de acebuche o de palmeral se ve una dispersión natural. Eso nos puede llevar a medio y largo plazo a que volvamos a tener la superficie de bosque que tuvimos antaño, pero el ganado asilvestrado frena ese proceso y tenemos que resolverlo", insistió Velázquez.