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Teror Cartel de las fiestas de la Virgen del Pino, 2015

La Virgen que se le apareció a Misael

La obra de Del Rosario genera debate en la villa, no ha dejado indiferente a nadie, con una mayoría de personas que piensan que se trata de una obra triste y oscura y unos defensores que avalan la rupturista propuesta del terorense

Obra del cartel de la Virgen del Pino realizado por Misael del Rosario. LP / DLP

Tinta, grafito, ordenador y rotulador son los cuatro elementos de la receta del artista y licenciado en Bellas Artes Misael del Rosario para ejecutar el cartel de las Fiestas del Pino 2015, una obra rompedora que, como tal, ha provocado distintas reacciones tanto en las redes sociales como en el propio municipio de Teror.

También entre los lectores de laprovincia.es, portal que abrió una encuesta en la que han participado 201 personas, con un 17 por ciento a los que les gusta la obra y un 81 por ciento a los que no.

La intención del autor fue la de resaltar y prevalecer la mirada de la imagen de la patrona como reflejo del vínculo de una madre con sus hijos, "en este caso los canarios", como subrayó en la presentación de la obra a principios de semana, y para cuya ejecución se inspiró en retales de la estética mexicana. Dos pájaros canarios, que sobrevuelan la figura, tratan de expresar la naturaleza isleña. El trabajo lo completan las flores al cuello con los colores de la bandera que simbolizan "nuestra distinción", y un corazón que muestra el "cariño que caracteriza a los canarios".

Sin embargo a las pocas horas comenzaban las críticas, y también las voces de apoyo en una dinámica que empezó a coger tintes de polémica por la utilización de palabras de mayor grosor por parte de los detractores, y unos defensores que solicitaban que las opiniones, independientemente de su sentido, se expresaran con más "respeto hacia el autor".

En Teror, ayer, también había debate. Brian Naranjo, de 23 años y diseñador gráfico aseguraba que le "dolió verlo". Según su criterio "es muy simple, a nivel de usuario, sin fundamento y sin reglas visuales que puedas reconocer". Naranjo apunta que no cumple con las Leyes de la Gestalt, que explican el origen de las percepciones a partir de los estímulos, "como la del peso visual, ya que parece que le quiere otorgar un efecto tridimensional sino lograrlo, porque el resultado es plano". Y con respecto al contenido, asevera que dado el público al que está dirigido, debería "haber respetado más la imagen religiosa, y que conste que yo no soy".

Justo detrás aparece Carmen Góez, que no es terorense pero sí asidua a la villa y, especialmente a la fiesta de septiembre y a la patrona. Acaba de llegar de Carrizal, en el municipio de Ingenio, y a ella sí que le agrada el resultado. "Me gustan las palomas", declara en alusión a los pájaros canarios que porta la imagen a modo de corona, "porque anuncian una vida nueva con la que agasajamos al niño Jesús".

Juan Antonio Suárez sí que es del pueblo. Jubilado como auxiliar de farmacia, Suárez da un primer pase al cartel con una premisa que él considera básica, la de hacer siempre alusión a la Virgen. "Si no aparece no vale", sentencia. Y subraya que el pintor debe tener sus ideales, como "los pájaros canarios, que reflejan la canariedad". Ahora bien, en el ámbito estético le parece "oscura" y como evaluación final afirma: "Los he visto peores".

También de Teror es María del Pino de la Nuez, quién asegura que no le importa el estilo, aunque sea rompedor, para juzgar una obra por ese simple motivo, "pero si se inspiró en México creo que esta no es la Virgen de Guadalupe y, lo siento, pero tampoco pienso como Diego Rivera. Nuestra Virgen es muy parrandera", añade, "muy canariona, muy colorista, como las fiestas del Pino, y en este cartel ha quedado tan triste que me recuerda a Morticia Addams".

Manuel Montesdeoca, también natural de la villa mariana, asevera que no le importa que se "salga de la tradición en absoluto, pero no entiendo cuál es su significado más allá de que tiene pájaros en la cabeza. Siempre he estado abierto a novedades", reitera, "pero no me parece adecuado".

Natalia Ortega cuida del Museo de Los Patronos, a escasos metros de la cancela de la basílica, donde ayer ya preparaban los pasos de Semana Santa. Ortega afirma que ella "le hubiera quitado el corazón, pero salvando esto me encanta porque se sale de lo normal". Y en cuanto a la oscuridad de los tonos empleados opina que "la fiesta la hace la gente, tenga o no color".

Por su parte, el doctor en Didáctica de las Artes de la ULPGC, Sebastián Navarro, apunta que "se trata de una interpretación muy contemporánea de un diseñador que juega digitalmente con la imagen, y lo que importa es la referencia que hace de su esencia, la maternidad, la madre con el niño, y en este caso me parece una propuesta plásticamente positiva", para subrayar que lo importante de la fiesta del Pino no es la fiesta en sí propiamente dicha, sino lo que representa la Virgen y Jesús".

Frente a las críticas más despiadadas que corren en las redes sociales, Navarro recuerda que "el arte normalmente va por delante de lo que la sociedad está acostumbrada a ver, y luego lo asimila", para ilustrarlo con las tendencias de entreguerras en Europa de los años 30 y 40 que no fueron valoradas hasta veinte años después, hasta el punto que hoy se consideran "un paso importantísimo en el devenir de la Historia del Arte".

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