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El ingeniero agrónomo Francisco Juan León Alemán.QUIQUE CURBELO

Entrevista a Francisco Juan León Alemán

"El pulgón negro se ha extendido por los almendros de todas las medianías"

"Sería interesante reflexionar sobre los controles fitosanitarios de puertos y aeropuertos", opina el ingeniero agrónomo

En Tejeda están alarmados con la entrada del pulgón negro, ¿es tan peligroso?

El problema de la plaga es que se reproduce muy rápido y no sabemos hasta dónde va a llegar. Afecta a los frutales de hueso, y del almendro se está pasando al albaricoque, melocotón, ciruelo...

¿Qué les produce?

Primero un daño estético, en que el árbol se queda negro y muy sucio, por la melaza que produce, y luego un debilitamiento del árbol de manera importante.

¿Qué síntomas lo delatan?

Se observa en el tronco una colonia, una acumulación del insecto, que es bastante grande, de unos cuatro milímetros, que se ven a simple vista. A medida que se va llenando empieza a gotear esa melaza que va manchando el suelo. Simplemente viendo el suelo se ve que el árbol está siendo atacado. Siempre comienza por la parte baja y a medida que se va reproduciendo ataca las partes más altas.

¿Cree que reducirá significativamente la producción de almendra? Porque hay quién estima que mermará de los 50.000 kilos a los 3.000 kilos anuales?

Seguro. El pulgón chupa la savia e impide la formación de las yemas del año siguiente. Aunque en los cultivos es controlable, como existe un orden en la plantación se pueden realizar tratamientos con mayor facilidad que aquellos almendros asilvestrados.

¿Se sabe el número de almendros que existen en la isla?

Sí. Según el censo del Cabildo hay unos 162.600, y todos corren peligro. Tejeda y luego Valsequillo son los que más árboles tienen.

¿Y considera que puede implicar su desaparición?

Pues no lo sé. Pero que van a haber daños sí.

Pero, ¿los perderemos?

Intentaremos que no, pero habría que tomar medidas de carácter global en la isla, porque no sirve de nada hacerlo cultivo por cultivo.

¿Se podrían utilizar medios aéreos? ¿Lo ve posible?

Es complicado porque la mayoría de los ejemplares están es espacios naturales con mucha fauna que podría quedar afectada.

En Murcia tuvieron este problema en 1995. ¿Lo resolvieron?

No, no lo han resuelto. Se ha ido expandiendo hacia el interior hacia prácticamente todo el sur peninsular, pero también existe en zonas de Madrid.

Entonces, ¿qué están haciendo allí para combatirlo?

En principio allá no le dan mucha importancia porque asumen el daño, aunque también es verdad que los almendros aquí han resurgido en los últimos años, que es cuando a empezado a ser un cultivo de mucha mayor presencia.

Qué propone usted a los agricultores y a los representantes de las administraciones.

Explico la experiencia en mi finca, que es ecológica, y lo manera en que he logrado frenarlo, primero con la detección precoz, que es fundamental, lo que obliga a visitar la finca regularmente para actuar rápido desde el primer ataque porque se reproduce muy rápido y se llega a llenar el árbol es muy complicado. Si se detecta a tiempo se pueden aplicar piretrinas, un compuesto ecológico, pero solo en zonas muy localizadas, ya que si se ha extendido hay que recurrir a otros productos. Además, no se pueden aplicar los mismos compuestos en una zona urbana que en la de montaña, porque en función del ámbito en que se encuentran se autoriza un producto u otro.

La NASA.

Más o menos. Por eso es más fácil tratarlos en las fincas que en medio de un pueblo.

¿Cómo ha entrado en la isla?

Sería interesante reflexionar sobre los controles fitosanitarios de puertos y aeropuertos. Este es un ejemplo más. Resultan bastante ineficaces y que habría que incidir en mejorar estos controles.

Del uno al diez, ¿qué peligrosidad le puntúa?

Bastante peligrosa. Un siete diría yo. Dese cuenta que el almendro está resurgiendo y tiene un futuro importante. El pulgón es un obstáculo para Tejeda o Valsequillo o pueblos como Tunte donde genera actividades como el turismo, que van a ver el almendro en flor, y que también les afectará.

Y usted, ¿es optimista o todo lo contrario?

Optimista. Siempre y cuando se produzca la colaboración de todos los organismos. Con ella se podría buscar una solución para cada lugar. Pero deben trabajar juntos Agricultura, Medio Ambiente, los ayuntamientos, las asociaciones y los propios agricultores.

Curiosamente usted finalizó el máster con un estudio sobre este mismo pulgón negro. ¿A cuenta de qué?

Bueno, mi máster es de Sanidad Vegetal, e hice este estudio en concreto porque el pulgón negro lo descubrí yo por primera vez en Canarias en mi finca de almendros, que es una finca colaboradora del Cabildo donde experimentamos con nuevas variedades , en julio del pasado año. Ahí lo identifiqué, porque no lo conocía, y como lo detecté a tiempo solo afectó a tres de 200 árboles.

Hace unos años se formó una buena con el picudo rojo de las palmeras. ¿Diría que la repercusión social sería comparable?

El pulgón negro ya está extendido por todas las medianías de Gran Canaria de sur a norte. En Valsequillo, San Mateo, Tejeda. Lo he visto en el barranco de Guayadeque, en Agüimes, y mientras haya frutales de hueso estará seguro.

Pero dice usted que si se ponen las pilas se erradica.

Yo puedo dar ideas, pero no puedo saber qué va a pasar. Depende de las medidas que se vayan a tomar.

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