Aíto García Reneses (Madrid, 20 de diciembre de 1946) siempre será recordado en la Isla como aquel entrenador que le proporcionó al Club Baloncesto Gran Canaria un salto de calidad hasta alcanzar las finales de la Eurocup y la Copa del Rey. Es ese mismo técnico que en su currículum cuenta con cinco décadas en activo por las canchas de España, durante las cuales ha pasado por grandes clubes como el FC Barcelona, el Joventut o, actualmente, el Estudiantes como colaborador de la cantera, así como por la selección española con la que consiguió la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008. Pero lo que sólo unos pocos conocen es su gran curiosidad. O, como él mismo lo define, "inquietud por conocer". Y fue esa inquietud la que llevó durante sus dos años de estancia en la Isla a recorrerla de norte a sur y de este a oeste para descubrirla a fondo y, además, retratarla con su cámara fotográfica. Entre los recuerdos que el pasado mes de junio introdujo en su maleta después de dejar la dirección del equipo claretiano, están cientos de imágenes de paisajes espectaculares como la caldera de Tejeda, el Andén Verde o el barranco del Andén, o retratos de decenas aves, una de sus aficiones.

Si Aíto tiene que quedarse con algún rincón prefiere nombrar al menos dos: la Reserva Natural Especial de Los Marteles y la Caldera de Tejeda. De la primera dice que tiene "unos paseos tremendos", sobre todo la ruta que va desde Valsequillo hasta la caldera de Los Marteles durante la época en la que el tajinaste azul florece. Y el segundo es el Roque Bentayga cuando el almendro está en flor. "Ahí también hay paisajes muy bonitos", que captó con su Canon EOS 5D Mark III que le acompañaba durante los senderos. Junto al entrenador también iba un guía de lujo: Joaquín Costa, quien fuera presidente del equipo. "Excursiones como esta de los tajinastes y los almendros generalmente las hacía con él. Siempre tenía las rutas preparadas. Me decía: ´Ahora es la mejor época para ver esto, a ver cuándo la podemos hacer", cuenta.

Eran rutas donde además de las vistas que ofrece la Isla también conocía a sus gentes, de las que dice que son "muy acogedoras", y también degustaba una nueva gastronomía que Aíto reconoce que le sorprendió para bien. "Antiguamente, cuando ibas a Canarias te encontrabas con un problema: no había comida", explica. "Y, ahora, que no es escasa en ningún sentido, porque llega todo, he descubierto que hay un pescado magnífico y eso no lo recuerdo en los primeros años de haber ido a Canarias". Y entre los lugares para comer destaca uno que recomienda. "Hay un restaurante muy cerca del aeropuerto?", trata de recordar para segundos después continuar: "En Ojos de Garza, de donde es la familia de Roberto Guerra, está el restaurante Zurita donde son encantadores". Pero también nombra otros sitios como Melenara. "Hay muchísi mos", afirma. Pero no sólo se queda con el pescado. "Para carne también hay un restaurante en las medianías, el Guajara de Las Vegas, que está cerca de Valsequillo, que tienen un producto fantástico". "He encontrado rincones estupendos para comer y para pasear".

Y, entre senderos, gastronomía y conversaciones con los lugareños, Aíto García Reneses tenía tiempo para ampliar su galería de fotografías de aves, uno de sus hobbies. Si con la comida típica el entrenador asegura que se llevó una grata sorpresa, en el apartado de fauna apunta que "hay menos pájaros que en otros sitios". "He estado en Sevilla y allí tienes Doñana, donde hay una cantidad de pájaros inmensa; y ahora he estado hace poco de viaje por el sur de la India y también hay mucha diversidad. "Canarias es más limitado".

No todo fueron paseos por las medianías y la cumbre en busca de naturaleza. Aíto García Reneses también quiso adentrarse en el deporte vernáculo por excelencia de las Islas: la lucha canaria. "Ya había visto alguna luchada en televisión, pero me pareció muy curioso verlo en directo por la deportividad que existe o por las costumbres que hay. Que el público les dé dinero cuando termina me pareció muy sorprendente".

¿Tuvo algo que ver sus ganas por descubrir la Isla a la hora de aceptar la oferta del Gran Canaria? Ante esta pregunta, Aíto García Reneses es tajante. "No". Y desarrolla la respuesta: "Creo que básicamente me llevó a aceptar el cargo el hecho de que es un equipo serio, que siempre ha estado cumpliendo todo lo que prometía, un equipo consolidado con una estructura buena y responsable. Eso fue lo que me llevó a ir allá". Y a todo ello se unió después una plantilla muy humana. "Había muy buen ambiente, teníamos un grupo de jugadores, más Berdi Pérez, que se llevaban muy bien entre todos y eso hacía que fuera muy agradable dirigirlos".

Sólo había un pero: "Los largos viajes" por los partidos de la Eurocup, que les obligaba a permanecer gran parte del año fuera del Archipiélago. Y era entre vuelo y vuelo cuando aprovechaba para descubrir Gran Canaria. "Siempre había algún huequecillo por ahí, cuando volvíamos por ejemplo a las doce de la noche de un encuentro, que al día siguiente no había entrenamiento y aprovechaba para irme a caminar". Unos caminos que le llevaron a "muchos sitios". Agaete, Teror, Guía, la costa oeste, "que también es encantadora" con el Andén Verde y La Aldea de San Nicolás; Guayadeque, la costa de Lairaga en el norte de la Isla, Castillo del Romeral, Maspalomas, "que ya tiene un prestigio impresionante y puede parecer menos interesante, pero las dunas son espectaculares", Tufia y Ojos de Garza en Telde o Las Canteras, de la que destaca que aun siendo octubre "te puedes bañar con el agua templada". Estos son algunos de esos rincones que inmortalizó con su cámara para así componer la Isla según Aíto.