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La Aldea de San Nicolás

Refugiados en La Aldea

CEAR invita a los alumnos del instituto a conocer las historias de los inmigrantes, los conflictos que motivaron su huida y plantaron tres árboles para solidarizarse

Refugiados en La Aldea JOSÉ PÉREZ CURBELO / LP / DLP

Los escolares del IES La Aldea pudieron conocer ayer de primera mano las historias de varios inmigrantes que huyeron de sus países por razones económicas o guerras. El proyecto los Bosques de la Solidaridad, de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado -CEAR-, pretende mantener y consolidar la memoria solidaria con los pueblos y personas víctimas de las injusticias, tengan la forma que tengan, y en particular y de manera simbólica se toma como referencia a tres de los conflictos más largos y crueles de la historia como son los casos de Colombia, Sahara Occidental y Palestina, casualmente en tres continentes diferentes.

Así pues, Antonia Alí, presidenta de Mujeres por la Paz y Acción Solidaria por Palestina, Jorge Halabi y Alberto Roque explicaron a los alumnos los principios del conflicto de Palestina. "La verdad que es complicado describir lo que está ocurriendo y porqué ocurre", aseguró Alí. La mayoría de los escolares había oído el conflicto en los medios de comunicación, pero no habían ahondado en el tema. Daniel Alonso, de 16 años, reconoció que no conocía las causas de la guerra palestina. "Había oído algo, pero no en detalle", desveló Alonso, que detalló que tras la charla de Alí ha cambiado su percepción sobre los Estados Unidos de América. "Siempre te los pintan como los buenos, pero en la guerra no los hay", declaró el joven.

Alí también trato de explicar que España participa de forma indirecta en el conflicto palestino. "Se venden armas a varios países involucrados, con lo cual es importante que su ciudadanía sepa lo que sus gobernantes hacen", señaló. Nayeli Godoy, de 16 años, reconoció sentirse afortunada al nacer y vivir en una región de paz. "Me llamó la atención que pese a tener que huir de sus países por la guerra todos tienen idea de volver", remarcó Godoy, que agradeció los testimonios de los refugiados. "Son historias que son importantes de conocer, porque uno no se marcha de su tierra sin ningún motivo", añadió.

Mohamed Said, subdelegado del Frente Polisario en Canarias, contó su travesía para llegar hasta las islas y la crudeza de tener que huir de tu propio país. Yeray Ojeda, de 17 años, aseguró que hubiese hecho lo mismo. "Uno no piensa en irse, pero cuando hay guerra no creo que haya otra solución", afirmó. El joven destacó la valentía de todos los inmigrantes de lanzarse hacia lo desconocido. "Fue una odisea, cruzó el desierto y vivió en un campo de refugiados en Argelia hasta que pudo llegar aquí", narró Ojeda. Los alumnos quedaron sorprendidos con la cercanía de este conflicto.

Edgar Gómez, colombiano, desveló a los estudiantes que era un superviviente del genocidio de la Unión Patriótica. "Quién no querría huir de algo así", preguntó una estudiante. Durante el encuentro, los alumnos fueron preguntando a los invitados de dónde eran, porqué salieron del país, el recorrido y con cuánta gente lo hicieron, como fueron tratados durante y a su llegada a Canarias. "Me sorprendió que todos fueron bien recibidos", aseguró Alonso.

Christian Henrry Williams Taylor, presidente de Aslacan, reveló los motivos que le motivaron marcharse de su país natal, Sierra Leona, y buscarse la vida en España. "Había mucha confrontación y corrupción", explicó a los jóvenes Williams, que también quiso contarles con humor que es lo que más le llamó la atención cuando llegó a Canarias. "Siempre me acuerdo que lo primero que me impactó fue ver como los hijos respondían a sus mayores, diciendo palabrotas y todo, esto en mi país es impensable", detalló. También explicó todos los trabajos que ha realizado y que manda dinero de vuelta a su familia. "Aquí el dinero siempre lo queremos de una forma individualista, allí todo se comparte con la familia", dijo una estudiante.

Marcio Ferrería de França se considera afortunado, porque pude venir desde Brasil con un contrato de trabajo bajo el brazo. "Vino buscando seguridad, pero nunca es fácil dejar tu país", manifestó Alexia Zapata, de 16 años, que entrevistó a Ferrería. "Lleva ya diez años siendo profesor de capoeira", explicó Zapata. Ike Nweke, de Nigeria, también compartió sus experiencias con los menores, que fueron muy acogedores con todos los inmigrantes. Tras las charlas, los alumnos y los refugiados plantaron tres árboles de los tres países que llevan más años en conflicto: Palestina, Colombia y el Sahara. De esta manera, los alumnos plantaron una ceiba, de Colombia, una tarha, de la República Árabe Saharaui Democrática, y un olivo, palestino en compañía del Alcalde de La Aldea, Tomás Pérez, para recordar y solidarizarse con los pueblos.

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