El Archipiélago canario está fuera de las zonas del planeta más afectadas por el cambio climático y los únicos fenómenos achacables al calentamiento global son, por el momento, las tormentas tropicales que se han acercado a las Islas en los últimos años, según sostuvo ayer Eduardo Rojas Briales, decano del Colegio de Ingenieros de Montes y exsubdirector general de la FAO, quien consideró que el mantenimiento de los bosques "es crucial", en el caso de Canarias, para evitar la erosión del suelo y obtener recursos hídricos de calidad.

Eduardo Rojas abrió las XXV Jornadas Forestales de Gran Canaria con una conferencia titulada Los bosques y la agenda 2030: retos, oportunidades y tendencias, en la defendió la necesidad de cuidar la masa vegetal del planeta para frenar el calentamiento global, pero también para mejorar la salud de la población urbana, garantizar la alimentación o permitir el abastecimiento de comida y materiales de construcción de las zonas empobrecidas.

Preguntado por la incidencia del cambio climático en los bosques de Canarias, Rojas dijo que, a día de hoy, "es más un fenómeno de extremos y todavía no tiene un efecto muy potente sobre la vegetación, aunque empieza a ser más preocupante en las zonas continentales". El Archipiélago, por su clima oceánico, tiene menos riesgo de sufrir las consecuencias del calentamiento.

La zona más afectada, o al menos donde los indicadores están mejor estudiados, es el oeste de los Estados Unidos, que paradógicamente es el lugar donde hay más negacionistas del cambio climático. En el resto de Norteamérica, Europa o Japón, los efectos no son tan críticos. Como ejemplos, recordó que en Europa ya se observan lluvias de intensidad desconocida o vendavales que derriban bosques, mientras que en sur de América y de África se registran sequías o fríos extremos. En contraste con Canarias, Rojas precisó que una de las zonas más sensibles es el interior del continente africano, donde interesa activar la productividad agrícola.

Sostenibilidad

Rojas, que también es profesor de la Universidad Politécnica de Valencia y portavoz de la plataforma Juntos por los Bosques, explicó que la Agenda 2030 es un marco global para la sostenibilidad con 17 objetivos, tiene un horizonte temporal a medio plazo e incluye un acuerdo internacional que identifica los ámbitos mas importantes del desarrollo humano.

Así, el objetivo 15 es el que menciona a los bosques, que según este experto forestal son importantes para la salud. "No se ha demostrado la causa concreta, pero los indicadores son obvios, pues en los barrios con zonas verdes y bosques periurbanos hay menos conflictividad social, menos suicidios y población más sana, pues a la gente camina más y eso beneficia tanto a la salud como a la educación".

En referencia a Canarias, precisó que en un territorio tan montañoso y limitado de agua potable, el bosque es el regulador más importante para proteger el suelo y obtener recursos hídricos de calidad, además de ofrecer paisajes para el turismo proveer de materia prima para la bioeconomía. "Si queremos luchar contra el cambio climático, el bosque es crucial", apuntó a este diario antes de su conferencia.

"Al tener más masa vegetal hay menos CO2 en la atmósfera, con lo cual al aumento en densidad y en extensión de los bosques es una estrategia fundamental; pero si además los usamos y los gestionamos bien, esa madera, ese bambú o ese corcho creado por la fotosíntesis, un bosque funciona como una placa solar avant la lettre y prácticamente no tiene huella de carbono", resaltó Rojas, quien comentó que la técnica ya permite construir edificios de madera de 12 pisos y se están planificando otros de 20 a 40 plantas.

Las instituciones públicas canarias y españolas, opinó Rojas, "ya hacen un trabajo importante en la protección de los bosques, pero deben ser más proactivas. Por ejemplo, consideró que la normas forestales se han quedado obsoletas por los cambios en el mundo rural y la reducción de la agricultura. "El bosque avanza y ese proceso hay que reconducirlo", añadió.