Algunos ilustres desconocidos, aunque cada vez menos, como el vino de denominación de origen Gran Canaria; el descubrimiento de nuevas estrellas culinarias, al menos en su comercialización como la sal marina artesanal de las salinas de Bocacangrejo y los supervegetales de Ingenio o un guarapo renacido cuando casi se le daba por muerto, sin olvidar los productos de toda la vida, son algunas de las numerosas exquisiteces que se pueden degustar y adquirir a módicos precios en el más de centenar de puestos repartidos en los pabellones de la Institución Ferial de Canarias (Infecar) hasta este domingo, entre las 11.00 a las 17.00 horas.

Aunque no solo se alimenta la tradición con comida y golosinas, también la actuación de varias parrandas, exhibición de lucha canaria o de juegos antiguos canarios como los aros, zancos, la tiraera, la bola canaria, las chapas entre otros ofrecidos por la caseta instalada por la concejalía de Deportes de Telde para explicarlos y animar a jugarlos padres e hijos y que no desaparezcan. Aunque son el aro y las tiraeras los que más reúne a mayores y pequeños, apunta Rafael Luchoro, monitor municipal.

Algo más allá se encuentra el espacio que dentro del pabellón de Gáldar ocupa la empresa Jiribilla, especializada en la elaboración de vinos con productos canarios. Ahora presentan como novedades el de plátano y el de tuno indio, ambos afrutados. El plátano que se usa es el canario de primera categoría y llega a los 9,5 grados de alcohol, con una botella de tres cuartos, explica Javier Santana, productor de esta bodega familiar galdense.

"Hemos dado con la tecla definitiva, es un producto diferente, único en Canarias en el caso de la fermentación del tuno indio, tienen buena aceptación y hacen un maridaje perfecto el de plátano para entrante, pasta, verdura y mariscos y hay que servirlo entre seis y ocho grados. El de tuno indio es perfecto para aperitivos o como digestivo en forma de chupito, entre cuatro y seis grados, explica Santana.

Lugar también para exhibiciones de expertos cocineros, reposteros o la savia nueva, como Esther Requena, ganadora de la quinta edición de Masterchef Junior, quien no paró de posar con los menores que querían conocerla y tener un recuerdo con ella. Recién cumplidos hace unos días los 12 años, Esther quiere convertirse en empresaria de catering e irse formando cada vez más en el mundo de los alimentos, incluso en su investigación.

Fernando Sáez, mejor pastelero en España en 2016, también reunió en su entorno al público.

Sáez tiene su obrador en La Rioja, "donde nos dedicamos a hacer exclusivamente helados para la heladería que tenemos en Logroño y también para el mundo de la restauración, donde tenemos clientes distribuidos por toda España". El repostero explicó qué trabajo realiza en su tierra y cómo podría trabajar aquí usando las mismas referencias de sabor con productos de aquí".

María del Rosario Medina Socorro no paraba de ofrecer degustaciones de sus mermeladas, mojos, humus y mielen su puesto. Con una amplia variedad de sus productos, que vende en su tienda de Santa Brígida -La Despensa de Mamasayo-destaca que su clientela le demanda conforme a la zona. Así, el tuno indio, el mango o maracuyá para la zona sur, "son todas frutas de la tierra y de fuera utilizo el ajo negro y la cebolla negra y elaboro con ellos el mojo con ajo negro y el humos con la cebolla negra".

Una de sus elaboraciones que más sorprende es la mermelada de limón y jenjibre, "que parece una granizada", alega, "no se esperan ese sabor y me encanta verles las caras de satisfacción cuando lo prueban o lo que considero mi producto estrella, el mojo de ajo negro". Los precios, según el tamaño del bote y el precio de la fruta utilizada oscilan entre los 1,5 y los 5, 5 euros, un negocio que inició hace cuatro años, aunque "llevo toda la vida elaborando mermeladas".

Óscar González prensaba con su trapiche toda caña de azúcar que pasaba por sus manos para elaborar el zumo de guarapo, que al precio de dos euros el vaso, un señor vaso sea dicho, ante la atenta mirada del público. "Reclamo la reclamación del oficio de guarapero, somos un pequeño gremio, pero vamos creciendo y esperamos ser más en los próximos años". El rescate de zonas de cultivo de la caña dulce ha hecho renacer su producción, "un millón de kilos en Gran Canaria, aunque la mayor parte la acapara la ronera Arehucas, en Visvique".

El vino también está presente en Gran Canaria Me Gusta. Ya no es el desconocido que era antes y nadie se sorprende que en la Isla haya tan buenos caldos. Luis Mayor, de Higuera Mayor, y presidente del consejo regulador de la denominación de origen, destaca el incremento de las bodegas y de la producción, entre 400.000 y 450.000 litros anuales.

Y si el vino deja de ser un desconocido frente a los peninsulares, la sal marina de Bocacangrejo, en Agüimes ha arrasado en los concursos y es la mejor del Archipiélago, como expone con satisfacción Nadia Martina, que comenzó su negocio hace un año.

En Ingenio, Olga Oedingen, cultiva los supervegetales -berros, mostaza o cilantro- una suerte de brote de unos 10 días que se emplean para la cocina o el consumo y que tiene una demanda cada vez mayor.

Y si es novedoso esta nueva experiencia, en Gran Canaria Me Gusta, aunque en modesta cantidad, se puede encontrar al anón, el macho de la chirimoya. Con un sabor agradable y un color vivaz, explica José Martín, un agricultor de Mogán que vende también aguacates, mangas y otras variedades del agro sureño.