La delegación de Medio Ambiente de la Fiscalía Provincial de Las Palmas tomó ayer declaración a tres testigos respecto al incendio que ocurrió el pasado verano y que arrasó con más de 12.000 hectáreas, entre ellos al responsable de explotación de E-Distribución (antigua Endesa, Distribución Eléctrica, SLU), Bernardino Martín del Toro, quien aseguró que su empresa no tuvo nada que ver con estos hechos, misma respuesta que dio un directivo de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas.

El representante de Endesa, tras comparecer la mañana de ayer ante el fiscal de Medio Ambiente, destacó en declaraciones a este periódico que ellos no son los responsables del incendio y que por ello ha hecho entrega de documentación al fiscal Carlos Fernández Seijo en el que se muestra la "delimitación del terreno".

"Hemos presentado a la Fiscalía cuál es el límite de nuestra propiedad y de nuestra actividad, del mantenimiento que le hacemos a las instalaciones, así como que no nos corresponde a nosotros nada de lo que excede fuera de nuestra red de distribución", matizó. "Es decir, hemos delimitado la red pública de la privada", destacó el director de explotación de Endesa.

Por su parte, un directivo de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas accedió a dar declaraciones a LA PROVINCIA / DLP en las que resaltó en primer lugar que la empresa, que es "de ganaderos y no de caciques", no es dueña del tendido eléctrico en el que se originó el fuego y que por ello tiene que "pagar a Endesa para que nos surtan energía" y así poder propulsar agua de sus pozos. Asimismo, afirmó que tampoco les pertenece la red eléctrica en la que, según la Guardia Civil y el informe del Cabildo de Gran Canaria, se produjo el incendio producto de la cercanía de un pino con el cableado.

De igual forma, señala que el fuego, que defiende que se originó fuera de su linde, pudo producirse de forma fortuita y que no entiende cómo es posible que un pino verde pueda arder producto de una chispa, como destacaron las primeras pesquisas de la Brigada de Investigación de Incendios Forestales.

Una versión que también ofreció a este periódico el presidente de la Heredad, Yeray Hernández, el pasado mes de agosto en la que destacó que "la Heredad no es culpable del incendio".

Igualmente reseñó que "el fuego se originó en el lado izquierdo del barranco y eso está fuera de nuestro linde", así como que en aquella oportunidad sus instalaciones quedaron en un estado "muy grave" debido a que afectó a las tuberías y canalizaciones, que surten de agua a más de 900 hectáreas de plátano y hortalizas en el norte.

Sin embargo, Hernández y el presidente anterior de la Heredad, José Carlos Santana, se negaron a rendir declaración respecto a su posible responsabilidad en el fuego del verano pasado, tras comparecer en calidad de investigados ante el fiscal de Medio Ambiente.

El ministerio público citó en primer lugar y en calidad de investigados a los representantes de la Heredad ya que hay indicios de que no se adoptaron medidas adecuadas para el mantenimiento de los tendidos eléctricos que eran de su propiedad, y todo parece indicar que la cercanía de la masa forestal con ese tendido de tensión media fue lo que pudo originar el incendio. Pese a todo, desde la Fiscalía destacaron que seguirán las investigaciones y los interrogatorios para determinar qué fue lo que finalmente sucedió.

Esto se debe a que se registró un conato tres meses antes del gran incendio, a unos 100 metros del lugar de origen, en la zona del barranco de Crespo en Valleseco. En concreto, el conato se registró el 6 de mayo de 2019 y quemó a su paso hectárea y media de una superficie que había sido reforestada con laurisilva, aunque gracias a la rápida actuación de los técnicos forestales y bomberos se logró evitar que las llamas se propagaran.

En ese momento la falta de mantenimiento en el tendido se puso de manifiesto, sin embargo, se originó en agosto el gran incendio que afectó gravemente y de forma irreversible a un 10% de la superficie de bosque del Archipiélago, según reseñó un estudio de la consultora Nepcon España.

El Cabildo Insular investigó una torre situada en el lugar de los hechos, que abastecía de electricidad a los pozos de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas y llegó a la conclusión de que el fuego se debió a que el tendido eléctrico propiedad de la Heredad "se encontraba en mal estado y además no se había retirado la maleza".

Una deducción a la que también llegó la Guardia Civil, cuando se registró el incendio de agosto y las llamas arrasaron las 12.000 hectáreas de medianías y cumbre y que también generó el desalojo de sus viviendas a unas 10.000 personas.