El viento, con rachas de hasta 117 kilómetros por hora en Valleseco ó 104 en Mogán, generó durante la jornada de ayer decenas de incidencias con árboles caídos, que provocaron el corte de carreteras, y numerosos techos metálicos desprendidos en las medianías y el sur de Gran Canaria. Un bombero del Consorcio resultó herido, en principio de carácter leve, al golpearle la cubierta de un parque temático de Puerto Rico en el pecho después de evitar que cayera sobre un ciudadano.

La intensidad de estos vientos se comenzó a notar sobre todo durante la madrugada de ayer cuando en la cara norte de la Isla empezó a soplar con virulencia, pero no fue hasta primera hora de la mañana cuando las rachas empezaron a superar los 100 kilómetros por hora. Los bomberos del parque de Arucas tuvieron que actuar en la caída de al menos cuatro árboles sobre tres de las principales carreteras de las medianías: la GC-43 que conecta Arucas con Teror, la GC-21 que une la villa mariana con Valleseco y GC-30, entre Los Chorros y Firgas. En un triángulo geográfico perfecto, se precipitaron sendos troncos naturales que motivaron el corte de cada una de estas vías. Los bomberos desplazados al lugar se encargaron de cortarlos y retirarlos de la calzada para así dejar liberadas las vías. Centrados en estos servicios, los recursos de emergencia empezaban a ver cómo se acumulaban las diferentes incidencias, dando prioridad a aquellas más graves.

Una de ellas se produjo en el barrio firguense de La Cruz. El techo metálico de unos 150 metros cuadrados del conocido como restaurante de 'los pollos' se desprendió y salió volando 50 metros, anclándose en las vallas de la cancha de futbito y sobre dos vehículos aparcados que sufrieron daños. Y en Teror, la cubierta del auditorio se soltó y corría riesgo de desprenderse. Los bomberos tuvieron que acudir a asegurar la estructura para evitar que saliera despedida. Sobre las ocho y media de la noche, el Consorcio había actuado ya en más de una veintena de servicios y aún tenía por delante más de una decena de pequeños incidentes en viviendas y terrenos privados. Los componentes que iban de un servicio a otro apenas habían podido comer "unas naranjas" en todo el día debido a la gran cantidad de trabajo que los vientos habían generado en las medianías del norte.

Un poco más al oeste, en el municipio de Santa María de Guía, los desperfectos se concentraron en la zona de Montaña Alta y Lomo del Palo, donde se varios postes de telefonía y electricidad quedaron dañados por la velocidad del viento, que a mediodía alcanzó su máxima virulencia con 117 kilómetros por hora, según recogió la estación meteorológica de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en La Laguna de Valleseco. En este caso, los bomberos de Gáldar apuntaban que la cantidad de trabajo era sensiblemente menor que los de sus compañeros de Arucas. "Hemos podido comer", declaraban al regresar al puesto del polígono industrial de San Isidro a última hora de la tarde. El volumen de trabajo fue similar en la Cumbre, donde el viento sopló a 112 kilómetros por hora en Llanos de la Pez y 101 en Cruz de Tejeda. Las actuaciones se centraron en cableado después de actuar durante la mañana en un conato de incendio en Tejeda.

Ya en el sur, Eolo volvía a hacer de las suyas. En las proximidades de un hotel situado en el Oasis de Maspalomas, una palmera se precipitaba sobre un furgón de alquiler cuyo techo quedó prácticamente partido por la mitad. No hubo personas implicadas en el incidente. Y es que excepto esta incidencia, en el municipio de San Bartolomé de Tirajana, sus bomberos tuvieron que actuar en servicios de poca consideración, como el desprendimiento de varias planchas de uralita y la retirada de cables de telefonía que ocuparon algunas carreteras, apuntó la concejala de Seguridad, Inés Rodríguez.

El gordo se lo llevó el municipio de Mogán, donde los desperfectos fueron considerables. Los bomberos del Consorcio del parque de Puerto Rico se tuvieron que afanar para poder afrontar las decenas de llamadas que se sucedían con los efectos del temporal de viento y calima que desde el pasado sábado se encuentra presente sobre el Archipiélago. En uno de ellos uno de los componentes sufrió una fisura en una muñeca después de que una plancha metálica que hacía las funciones de cubierta del parque recreativo Angry Birds se desprendiera y le diera en el pecho, desplazándolo al menos un metro y provocándole una caída en la que se dañó el radio. El agente primero evitó que la estructura golpeara a un ciudadano que estaba en la zona y que no sufrió lesiones. Ocurrió cuando realizaban el perímetro de seguridad para después proceder a retirar las chapas.

Los componentes del cuerpo apuntaban que apenas habían podido dormir dos horas desde el pasado sábado al actuar también en el incendio que afecta a Tasarte y Tasartico. Ante esta situación, recibieron el apoyo de los agentes que estaban en la base de Arinaga al haber menos incidencias en el sureste de Gran Canaria. Y es que muchos de ellos acudieron a sus puestos de trabajo pese a que disfrutaban de su día de libranza debido a la gran cantidad de trabajo que se acumulaba por las condiciones climatológicas adversas

No obstante, si en las medianías del norte se registraron rachas de hasta 117 kilómetros por hora, varios puntos del sur también superaron los 100 kilómetros por hora como el puerto de Mogán con 104 a las diez de la mañana. Esto hizo, asimismo, que numerosos negocios, sobre todos los dedicados a la hostelería, tuvieran que echar el cierre al verse imposibilitados de atender a la clientela en sus terrazas y por el riesgo que suponía de que el mobiliario urbano saliera volando.

Entre tanto desperfectos, las dos principales ciudades de la Isla se salvaron de los grandes destrozos. Las Palmas de Gran Canaria vivió una jornada relativamente tranquila. El viento apenas tenía alguna que otra racha fuerte, con máximas de 72 kilómetros por hora en San Cristóbal, que dejaban caída de árboles, farolas y planchas. En el municipio capitalino los componentes de Protección Civil prestaban colaboración a los bomberos, que había destinado a alguno de sus efectivos hasta La Aldea de San Nicolás para colaborar en la extinción del incendio forestal de Tasarte. Y en Telde, el viento no dejó daños de relevancia.