El incendio que desde el sábado por la tarde afecta a la zona oeste de Gran Canaria se alejó ayer de zonas pobladas, aunque continúa la preocupación por los efectos que pueda tener en la Reserva Natural Integral de Inagua. El avance de las llamas pudo ser atajado por los equipos contraincendios durante la jornada de ayer, de modo que al caer la tarde había unas 1.000 hectáreas afectadas, las mismas que por la mañana. El principal frente, que al comienzo de la jornada tenía una longitud de unos tres kilómetros, se había reducido ya a uno solo.

La lucha contra el fuego, en la que trabajan de modo directo unas 150 personas, continuó durante la noche hacia la carretera de las presas de La Aldea. Los equipos tenían previsto realizar una quema de ensanche en la pista de Inagua con un ancho de hasta 30 metros para crear un cortafuegos que evite que el incendio pueda propagarse a otras zonas.

La principal preocupación se encuentra en que, con el cambio en el régimen de vientos previsto para hoy, las llamas no bajen al sotobosque y al barranco de Veneguera, según señaló ayer por la noche el jefe del servicio de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, Luis Fernando Arencibia, que en cualquier caso aclaró que este es solo el escenario más pesimista, no necesariamente el más probable. Durante la noche se esperaba un descenso de la temperatura mínima e incrementos en la máxima y en la humedad relativa que en principio favorecer la lucha contra el fuego.

Durante toda la jornada, los equipos de emergencias se afanaron para tratar de que el fuego no se acercara al frente con mayor potencial. El entorno del Aula de la Naturaleza de Inagua fue uno de los puntos donde más esfuerzo volcaron los bomberos ayer, ya que el control de esta zona resulta crucial para evitar que el incendio continúe su avance hacia zonas de muy difícil acceso y con ello se multipliquen sus efectos.

Ya al mediodía, Arencibia reconocía que este flanco "tiene mucha mayor dificultad de acceso". En esos parajes se suman la presencia de paredes muy escarpadas y la ausencia de carreteras, pistas y senderos habilitados, por lo que el principal objetivo ayer consistía en cerrar el flanco antes de el fuego pudiera llegar a la zona. De otro modo, el cambio en el régimen de vientos puede llegar a generar un avance más rápido hacia Mogán y Veneguera por el barranco "parecido al de 2007", de acuerdo con Arencibia.

Esa zona de peligro potencial se encontraba ayer en vigilancia para tratar de detectar la presencia de brasas que pudieran amenazar con avivar el fuego en la dirección de los vientos reinantes: "Si este flanco, que es la única zona a la que podemos tener acceso y ataque por pista, no lo podemos controlar, luego ya será mucho más difícil y solo nos quedará esperar al incendio en zonas de carretera", indicó el jefe del servicio de Medio Ambiente. El efecto potencial del fuego podría alcanzar en este caso a 8.000 hectáreas.

Un día más, el principal escollo para actuar sobre las zonas más complicadas se encontraba ayer en las condiciones del tiempo, que impedían que los medios aéreos trabajaran con normalidad. "La idea era poder intentar hacer algún vuelo de reconocimiento", según explicó Arencibia en rueda de prensa. El problema, como detalló el presidente del Cabildo, Antonio Morales, radicaba en que la calima y el viento impidieron que varias de las unidades que tenían que desplazarse a Gran Canaria procedentes de las islas de La Gomera y El Hierro no pudieron hacerlo durante toda la mañana. "Solo hemos tenido un helicóptero y por apenas dos horas", señaló en la rueda de prensa del mediodía en referencia al aparato del Grupo de Emergencias y Salvamento (GES) del Gobierno de Canarias que sobrevoló el incendio y pudo actuar momentáneamente. Una vez avanzada la tarde, el helicóptero pudo regresar a la zona del fuego ante la mejora del tiempo y en total, a lo largo de la jornada, realizó hasta 11 descargas en la zona, según señaló el GES a través de un comunicado.

Durante la tarde también lograron llegar a la Isla procedentes de la Península los dos aviones de la Unidad Militar de Emergencias destinados a combatir el fuego que se unirán hoy a las labores de extinción. Ya a primera hora de la mañana había aterrizado en la Base Aérea de Gando procedente de Morón (Sevilla) una aeronave militar con otros 85 miembros de la UME que se sumaron inmediatamente al operativo, de modo que durante el día de ayer había unas 150 personas trabajando en labores directas contra el incendio, según detalló el presidente del Cabildo. Si el tiempo lo permite hoy, junto a ellos habrá en total hasta cinco unidades aéreas en vez de la única que pudo trabajar ayer.

La noticia más positiva del día tuvo que ver con la situación de los vecinos que habían tenido que ser desalojados de varios núcleos de población durante el fin de semana. El Cabildo fue decretando el realojo de todos ellos durante el día. Primero ocurrió con Tasarte, después con Tasartico y finalmente con Tocodomán y El Hoyo, evacuados por prevención.

Para el regreso fue necesario realizar una operación de carácter "controlado y seguro", en palabras de Morales, que advirtió sobre la necesidad de "hacer un análisis riguroso" para que el retorno a las viviendas solo tuviera lugar "en las mejores condiciones y sin ningún tipo de peligro". En total, unas 500 personas pudieron volver ayer a sus hogares, aunque cinco casas de Tasarte -cuatro en el casco y una en el barranco- han quedado inhabitables, según indicó anoche Morales. Otras tres viviendas también sufrieron daños leves, pero no presentaban problemas para la habitabilidad. Las casas de los otros núcleos de población desalojados no sufrieron ningún daño, ya que las evacuaciones en este caso fueron de carácter preventivo.

Por la mañana, el gerente del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria, Emilio Duch, ya había abundado en la necesidad de realizar una operación de retorno con plazos de tiempo bastante espaciados a lo largo de la jornada. Explicó, en este sentido, que además del incendio pueden quedar "muchos elementos de riesgo" en el entorno de las viviendas que pueden no ser advertidos por sus moradores habituales, pero que no pasan desapercibidos para los especialistas. Mencionó, por ejemplo, la presencia de zonas de suelo que puedan estar sueltas y generar caídas, así como el desprendimiento de objetos peligrosos. Por la noche estaba previsto

El Cabildo facilitó el acceso de los vecinos a lo largo del día a sus viviendas. Para ello retiró las vallas de la carretera GC-200 una vez pudo garantizar que la vía estaba despejada de obstáculos, aunque la GC-605 continúa cortada entre las presas de Las Niñas y el Mulato, ya que es la carretera que está siendo utilizada por los equipos contraincendios para atajar el flanco que más peligro presenta.

La corporación insular no se plantea cambiar el grado de alerta del incendio de Inagua, que en estos momentos se encuentra en nivel 1. "El nivel 2 no supone nada que nos ayude a combatir los incendios", indicó Morales al tiempo que insistió en la coordinación del Cabildo con el Gobierno de Canarias y la Delegación del Gobierno en el Archipiélago para combatir el incendio. "En estos momentos estamos plenamente dedicados al fuego y puede haber una paralización que lleve cierto tiempo hasta que se adapten los equipos", advirtió.

Los efectos del incendio en la Reserva Natural Integral de Inagua, uno de los parajes de mayor valor ecológico de la isla de Gran Canaria aún son desconocidos. El fuego está siendo superficial, por lo que ayer se descartaba que pudiera estar dañando las copas de los pinos, aunque en la zona existen otras especies naturales de gran valor ecológico, algunas de ellas en peligro de extinción, de cuyo estado no hay ninguna referencia. "No sabemos la intensidad, ni siquiera si el fuego ha afectado a esas zonas de riesgo, indicó Arencibia.