La sangre que corre por el sistema circulatorio de Andrea Encinoso no es roja, sino azul. Tras coronarse Reina del Carnaval de Maspalomas de Los Musicales, esta joven tirajanera ha logrado saborear las mieles del éxito en dos categorías, infantil y adulta, por lo que solo le falta seguir disfrutando de las carnestolendas y, quizás, volver a intentarlo para la Gran Dama. Y todos estos éxitos los ha conseguido gracias a la creatividad de sus padres, que han diseñado muchas fantasías para distintos concursos, entre ellos la de Amor Eterno, con la que resultó vencedora la noche del domingo. Y es que esta familia posee una vena de marcado carácter carnavalero.

Hace apenas unas semanas, Encinoso se erigió como primera dama de honor del Carnaval de Érase Una Vez, en el gran escenario del parque de Santa Catalina. Esa noche solo fue superada por Minerva Hernández y su fantasía Vida, pero en Maspalomas, su pueblo natal, logró brillar en la plaza pública del Yumbo para hacerse con el cetro. Completaron la corte real de las carnestolendas Silvia Hernández y Cristina Mola. Veinticuatro horas después de su victoria, todavía se encontraba en una nube de emociones, en las que la alegría y el orgullo por un trabajo bien hecho sobresalían sobre las demás.

"Ser coronada aquí, donde vivo, es muy emocionante porque, además, tuve la oportunidad de demostrar todo un trabajo a todos mis familiares y amigos. En Las Palmas, me presenté también, pero allí no pudieron ir todos a verme, por lo que la del domingo fue una noche mágica", asegura la flamante Reina del Carnaval sureño. Y lo hizo, además, con una fantasía que vio crecer y en la que pudo participar, colaborando con sus padres durante el proceso de confección. "Les ayudaba poco porque no tenía mucho tiempo por los estudios y demás, pero en lo que me pidieran colaboraba: en poner piedritas, en colocar las plumas, lo que fuera", afirma.

Su colorido y floral vestido, en el que ella emergía desde una orquídea de tonos blanco y magenta, cautivó al jurado de Maspalomas, pero también su actitud sobre el escenario, en una actuación que reconoce que disfrutó mucho. Además, su amor por los carnavales le viene desde la cuna e inyectado en la sangre. Si los vascos tienen el RH negativo, la familia de Andrea Encinoso tiene la vena carnavalera como principal rasgo. "De pequeña pensaba en tener la posibilidad de presentarme, mi gran ilusión era salir al escenario llevando una fantasía diseñada por mis padres", comenta la joven.

Tras haber participado en los dos carnavales más importantes de la Isla, reconoce que cada uno de ellos tiene "su propia idiosincrasia", aunque su vínculo con el de Maspalomas hace que se decante por este, en el cual ha vivido grandes momentos compartidos con los suyos desde chica. "Las Palmas tiene la esencia de ser una gran ciudad y de llegar a mucha más gente, pero el sur tiene su clima y que te puedan ver los turistas y ser más internacional", opina.

La monarca se marca un ambicioso objetivo para conseguir durante su año de reinado: llevar el Carnaval de Maspalomas por el mundo y hacer que más y más personas lo conozcan, y que el próximo año los visitantes se multipliquen. Pero también pretende que la gente pueda olvidar, aunque sea por un momento, sus problemas cotidianos y salgan a disfrutar de unas fiestas "alegres". "Quiero decirles a todos que salgan de sus casas, que se disfracen y dejen los malos momentos atrás, porque estas fiestas son para disfrutar y ya habrá tiempo de pensar en los problemas", insiste.

Esa fue la idea con la que salió al escenario del centro comercial Yumbo el domingo. Hacer ver a la ciudadanía que está pasando por una situación complicada en su vida "que cualquier momento malo puede superarse con esfuerzo e ilusión". Bien sea el amor por el Carnaval, como es su caso, o cualquier otro sentimiento que les haga olvidar las penas. Y disfrutar con lo que se hace, vivir apasionadamente el día a día. Esos son los mensajes que, a lo largo de este 2020 y de principios de 2021, llevará por el mundo para promocionar las carnestolendas sureñas. No solo por su deber como reina, sino por su amor a su pueblo natal.