Tres municipios de Gran Canaria, Moya, Santa Brígida y Mogán, celebraron ayer la festividad de San Antonio de Padua con actos simbólicos a los que solo asistieron religiosos, autoridades y escaso público, lo que será lo habitual durante todo este verano para evitar las aglomeraciones que puedan propagar la Covid-19 .

El municipio norteño de Moya celebró por la tarde, con participación reducida y estrictas medidas de seguridad sanitarias, el único acto de las fiestas que se ha mantenido. El Ayuntamiento recolectó más de 2.500 kilos de alimentos no perecederos en la ofrenda en honor a San Antonio de Padua, una cita en la que tan solo participaron el alcalde, Raúl Afonso, algunos concejales y dos niños en representación de cada uno de los once barrios de la Villa. La ofrenda se desarrolló en el marco de la función religiosa con el aforo del templo de Nuestra Señora de Candelaria reducido al 75%.

La festividad se celebró en Mogán con una eucaristía ante un pequeño aforo en la iglesia de la plaza Sarmiento y Coto. No obstante, el acto llegó a todas las personas que quisieron ser partícipes dado que se retransmitió en directo por la televisión pública local y las redes sociales.

En la villa de Santa Brígida, la conmemoración de San Antonio también se limitó a una eucaristía con reducido público.