Todo fue diferente este año, menos la devoción que los galdenses sienten por su patrón Santiago, y más aún en su día grande.

Este sábado, 25 de julio, se echó de menos ver salir su imagen por la puerta central de la Iglesia, la música de la Banda Municipal, la traca y las calles llenas de gente esperando la procesión para rogar al santo y hacer sonar los vivas a Santiago.

Pero no pudo ser por las restricciones que ha traído el covid19. Con todo, en este día festivo en Gáldar, se cumplió con la tradición de estrenar algo por Santiago e ir a la Misa que ofició por última vez, dada su reciente jubilación, el Obispo Francisco Cases. Los que no pudieron hacerlo la siguieron por las redes sociales y medios locales y celebraron en familia este día con el recuerdo y la alegría por mantener vivas las tradiciones.

La corporación presidida por su alcalde, Teodoro Sosa, y como invitado el alcalde del municipio hermano de Guía, Pedro Rodríguez, se reunió previamente en las Casas Consistoriales para junto a los maceros y el pendón real ir en procesión cívica hasta el templo, luciendo todos las mascarillas blancas con la cruz de Santiago. La iglesia lució más bonita que nunca para este día especial y diferente.

Los bancos con los sitios marcados con el sí o el no, señalando la limitación de aforo, o las cámaras que tomaban las imágenes para hacerlas llegar a los hogares galdenses que se dispusieron en sitios estratégicos para que no escapara ningún detalle de esta ceremonia. Como la deslumbrante decoración floral que lució el altar mayor con la imagen de Santiago. 600 claveles amarillos, 300 anturios, cientos de heliconias, y 40 varas de orquídeas a los pies del patrón, dieron vistosidad a esta celebración religiosa esperada por los galdenses.