Las continuas olas de calor y las declaraciones de riesgos de incendios forestal en Gran Canaria están manteniendo en alerta a los vecinos de los barrios de Soria y Barranquillo Andrés, en los altos de los municipios de San Bartolomé de Tirajana y Mogán, al considerar que una pista forestal que podría ser una plataforma para el paso de los vehículos de extinción de incendios en casos de fuego está abandonada por el Cabildo de Gran Canaria.
Gran parte de los residentes en distintos pagos de estos dos municipios y también de Tejeda, localidad colindante, han mostrado su preocupación por que dos años después de que un desprendimiento en el conocido como Risco Chico, a la altura de Los Portillos, dejase impracticable esta carretera de tierra, las autoridades no hayan intervenido para despejar la zona y dejarla acondicionada ante posibles situaciones de emergencias.
Se trata de la carretera de tierra que conecta el barrio de Soria desde la GC-505 con el cruce de la Presa de Las Niñas, una vía de unos siete kilómetros de longitud que puede funcionar como cortafuegos en una situación de incendio forestal pero que se encuentra intransitable. El desprendimiento se encuentra en las inmediaciones de las áreas de Gonzalo y Los Portugueses.
El sentimiento de inseguridad en estos barrios de Soria y Barranquillo Andrés es generalizado, y no solo por el peligro que sienten en relación al riesgo de incendios sino porque tampoco podrían llegar los vehículos de asistencia sanitaria en caso de accidente de senderistas o ciclistas. Y es que esta pista constituye una destacada ruta frecuentada por quienes optan por el turismo activo, ya que tiene acceso al núcleo rural de Ayacata, entre los municipios de San Bartolomé de Tirajana y Tejeda.
Octavio Santana, vecino de Las Vistas de Soria, explicó ayer que estos pueblos exigen que se tomen las medidas oportunas para proceder al acondicionamiento de esta carretera de tierra "porque puede suceder algo y ser una pista de evacuación". "Antes las autoridades limpiaban la zona y la acondicionaban, pero dejaron de hacerlo desde hace unos años", añade.
Santana se muestra convencido de que el desprendimiento que lleva casi dos años sin subsanarse, y cuyas rocas bloquean el paso, "es un arreglo que se hace en nada de tiempo" y quitaría a los vecinos el temor a sufrir una emergencia en la zona y que no se pueda abordar con rapidez por estar cortado el paso.
Salvar vidas
Octavio Santana es conductor profesional de ambulancias, y desvela que él mismo ha llegado con su vehículo hasta el fondo de la carretera de tierra ahora bloqueada para atender una emergencia sanitaria por el accidente de varias personas. En cambio ahora si se produjesen esos infortunios, explica, no podría socorrer a las personas afectadas porque no puede pasar si se diese el caso. "Si se produjera un accidente, esa carretera nos limitaría demasiado", asevera este vecino.
La alternativa, agrega, sería la utilización de un helicóptero para acceder a la zona, un recurso público mucho más costoso que arreglar la pista forestal.
Otro de los vecinos, Óliver Quintana, recuerda que los residentes en estos barrios tan solo quieren que se quiten las piedras del camino. "Si tienen que poner señalización o una cadena para que la gente no pase por esa carretera de tierra, que lo hagan, pero que limpien y desbloqueen la pista forestal,", reclama.
Quintana recuerda que el pueblo "no se va a beneficiar en absoluto" de esta actuación, aunque sí se les quitará el miedo que tienen a un incendio forestal o una emergencia sanitaria. "Sobre todo luchamos para que los propios servicios de extinción de incendios o de emergencias puedan hacer su trabajo sin obstáculos y así salvar vidas".
Por todo ello, estos barrios exigen que el Cabildo adopte las medidas necesarias para solucionar esta demanda vecinal y proceda de forma inmediata al arreglo de esta pista forestal que cumple una destacada función como cortafuegos natural y vía de circulación de vehículos de extinción en caso de incendios forestales en el centro de la Isla.
