Hay menos gente que en la víspera pero no está mal", sentencia Juan González, presentador de informativos dentro de la isla. El resumen no es para nada desacertado. Ayer fue el último de los días en honor a Santiago Apóstol en Tunte. San Bartolomé de Tirajana se vistió una vez más de gala para acoger una de sus fechas emblemáticas, la procesión de Santiago. El santo desfiló por la calle entre una comitiva relativa de seguidores. No faltaron los fuegos artificiales al paso de la imagen, los aplausos, las miradas expectantes e incluso algunos extranjeros degustando cervezas desde las cantinas cercanas a la iglesia.

La procesión, en un comienzo tranquila, fue adquiriendo ritmo a cada paso. Culpa de este sentimiento compartido y encontrado por los presentes la tienen la banda Isleña, la pequeña Estefanía y la escuadra de Gastadores del Ejército. Estos acompañaron en todo momento a la imagen en su recorrido, seguidos muy de cerca por los propios feligreses. A su paso, los vecinos de los balcones aplaudieron a Santiago en su día más grande. Nadie de los presentes se lo quería perder.

"Llevo setenta años recorriendo las fiestas de la isla y pienso que esto va de mal en peor", se quejaba Antonio Yánez. "En cada ocasión veo menos gente. Ya sea en Tunte o en otros lugares. Además, antes el día de Santiago Apóstol era festivo. No comprendo por qué eso ha cambiado, prefieren darle un día a los carnavales y quitar esta fecha tan tradicional. Por esa razón han venido pocos, menos incluso que otros años", afirma Yánez, cerca de su puesto de artesanía. A pesar de todo no faltó en la plaza o debajo de una sombrilla, protegiéndose del sol, quien se dedicara a disfrutar de un buen helado de bolas caseras. Por un euro, estaba más que justificado el capricho para intentar escapar por unos momentos del calor del mediodía. Además, los locales cercarnos no dejaron de atender las llamadas de algunos feligreses que cerca de la hora del almuerzo quisieron recuperar las fuerzas de la caminata de la procesión. Bocadillos de lomo, pechuga y vuelta con numerosas cervezas adornaban las barras de las cantinas improvisadas en la Caldera de Tirajana. El día se convirtió pronto en festivo.

La eucaristía fue predicada por el Arcipreste de Sardina del Sur, Alejandro Santana, y cantada por la coral Cantabile. El acto, tanto la misa como la procesión, transcurrió en presencia de otras autoridades como el alcalde de San Bartolomé de Tirajana, Marco Aurelio Pérez Sánchez, y el presidente del Cabildo, José Miguel Bravo de Laguna.