Más vale un mal acuerdo que un buen pleito. Esa es la filosofía que estos días impera en el nuevo gobierno del Ayuntamiento. Su primer teniente de alcalde, Guillermo Reyes, inició el lunes una serie de encuentros con empresarios con los que el consistorio tiene abierto algún tipo de pleito "para intentar llegar a un acuerdo fuera de los tribunales que evite que este Ayuntamiento acabe en la ruina".

El primero de la lista ha sido el empresario Santiago Santana Cazorla, con el que la corporación arrastra un litigio al habérsele retirado, no sin polémica, la concesión del servicio de recogida de basuras en la ciudad. El inversor, según fuentes, exige 160 millones de euros, justo el importe del jugoso contrato, que tiene una duración máxima de 12 años y fue entregado en segunda instancia a Fomento de Construcciones y Contratas (FCC).

El líder de Ciuca se vio ayer por espacio de media hora con el conocido empresario, un inversor con el que Telde ha protagonizado varias demandas en los juzgados que afectan tanto a la reversión de los bienes implicados en las polémicas permutas de Jinámar y de San Rafael, anuladas por la Sala, como al referido contrato de los residuos y a la realización de casi una docena de obras, muchas de ellas del plan Feile, algunas de las cuales fueron ganadas en un primer momento en los concursos públicos por su compañía y posteriormente retiradas por el anterior tripartito (NC, PSOE y CCN) aludiendo para ello a un veto aplicado por un supuesto incumplimiento en las obras de acabado de la urbanización de Arauz, en el casco.

Reyes aclaró que le ha pedido a Cazorla "que haga un cálculo del dinero que cree que se le debe en concepto de daños y perjuicios. Se podría llegar a un acuerdo fuera de los juzgados con él y otros empresarios con los que hay conflictos, como Urbagest o los dueños de solar del campo de fútbol de El Calero. También veremos a Ambrosio Jiménez y Félix Machín", alegó.