A los ciento sesenta y seis años después de su fundación, la Sociedad Filarmónica de Las Palmas -decana de las sociedades de conciertos de España, una de las más antiguas que existen en nuestro país y de las primeras de Europa, por cuyos argumentos se le ha concedido el galardón- acaba de recibir del Gobierno autónomo el Premio Canarias en la categoría de Bellas Artes e Interpretación, entidad que acumula otras anteriores distinciones como la Medalla de Oro de la Ciudad de Las Palmas de Gran Ganaria, el Can de Plata del Cabildo insular y la Placa de honor de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio.

El justo premio comporta el reconocimiento a la gran labor que desde 1845, año en que fue creada, ha realizado en estos cerca de doscientos años aquella entidad, entrañablemente vinculada al devenir cultural de la ciudad y de la isla, pero de forma especial, como es lógico, en el mundo de la música y de la interpretación musical ya sea instrumental o vocal. Sociedad que nace a mediados del siglo XIX como consecuencia del arraigo musical que desde tiempo antiquísimo fue protagonista Las Palmas, de cuya actividad fue parte importante la Capilla de la Catedral que hizo traer desde la Península a afamados maestros para dirigirla y formar instrumentistas e intérpretes. Acaso, podríamos encontrar en ella los gérmenes de la creación de la Filarmónica como se puede traslucir de la lectura de los apuntes conservados en El Museo Canario dejados por el doctor Chil cuando señala que sobre 1840, "con su gran actividad y amor decidido que tenía a la música el violonchelista Gragorio Millares [...] trató de reunir todos los elementos musicales diseminados en Las Palmas para organizar una pequeña orquestas de cuerda, entre los que sobresalían varios aficionados como José Afonso, Manuel de la Torre y el cura Narciso Barreto.

Fue Benito Lentini, sin lugar a dudas, el principal inspirador de la creación de la Filarmónica pues se conoce su empeño en lograr la construcción de un teatro en la ciudad, campaña que la inicia cuando, precisamente, era concejal del ayuntamiento en cuyo momento se hace circular en 1839 -recuerda Lola de la Torre de uno cuyos estudios sobre la historia de la música grancanaria hemos entresacado muchas de las notas aquí recogidas- firmado, entre otros, por el conde de la Vega Grande, Domingo José Navarro y Francisco María de León, teatro que fue realidad cinco años más tarde, en 1844, cobijado en el seno de El Gabinete Literario (cuyo primitivo edificio aparece en la vieja fotografía que ilustra estas notas junto a la firma de Lentini) al siguiente del cual, en 1845, se funda la Sociedad Filarmónica a la que también acoge con singular entusiasmo que ofreció no solo el local y los atriles y bancos que ya utilizaba la que se llamó dentro de sus actividades la Sección de Música que, incluso, tenía una pequeña orquesta.

La Sociedad Filarmónica, pues, se fundó el 1 de junio de 1845, regida en sus inicios por una directiva de la que formaban parte José Afonso Álvarez como presidente, Cristóbal Millares, vicepresidente; Benito Lentini, director; Manuel Sánchez, vicedirector; Gregorio Millares, maestro de música; Miguel Peñate, tesorero, actuando de secretario Agustín Millares. Recuerda doña Lola que el primer concierto de la orquesta de la Sociedad Filarmónica se celebró el 6 de noviembre de aquel mismo año y el segundo el 14 de diciembre siguiente, bajo la batuta del propio Lentini sobre el que señala que le duró poco el gozo del proyecto, para el que había sido su principal impulsor, porque falleció en mayo de 1846 "a los pocos meses de inaugurar la historia de la Sociedad Filarmónica en el teatro por él proyectado con tanta ilusión como desinteresado amor por Gran Canaria", y a quien la ciudad le dedicó más tarde una calle, precisamente la que da acceso al actual teatro Pérez Galdós.

A grandes rasgos, ésta es muy resumida la gran historia de la Sociedad a la que se le ha otorgado el importante y merecido premio que en la actualidad preside Jerónimo Saavedra, Sociedad, sobre la que también dice doña Lola de la Torre que "en ninguna ocasión la Sociedad ha dejado de ser siempre la misma entidad, con los mismos propósitos, las mismas actividades y el mismo nombre con que fue fundada en 1845", hace ahora 166 años que tiene sobre sus espaldas el importante papel como es el haber mantenido latente la tradición musical.