La presencia de un tendido de cables eléctricos colgado de una forma muy provisional sobre una gasolinera, y en medios de unas obras, genera preocupación en Gáldar. El Ayuntamiento defiende su seguridad.
El movimiento de camiones y maquinaria pesada retirando tierra por la parte interior queda oculto por una valla perimetral de la obra de unos aparcamientos que promueve el Ayuntamiento de Gáldar. Y, por el otro, unos surtidores dispensando gasolina continuamente a todo tipo de vehículos con dimensiones de todo tipo. En medio, cerca de 50 metros de tendidos eléctricos sin tensar que dan hacia la carretera general y la puerta principal de entrada al casco antiguo, sostenidos en distintos puntos por un pequeño muro y cinco postes antiguos de madera, algunos de ellos inclinados.
Los técnicos municipales han visitado el lugar y han justificado a una persona que trabaja en la zona que se trata de tendidos eléctricos de baja intensidad, mezclados con otros de teléfono y otras redes, y que no iban a causar problemas, minimizando su posible peligrosidad.
En esa línea, el concejal de Comunicación, Ulises Miranda, señaló a este periódico que esta situación es provisional desde que se tiró el inmueble para poder ejecutar la obra. Detalla que técnicos de la compañía eléctrica Endesa lo vieron y dieron el visto bueno. Señala que aunque no es lo más bonito, es lo que hay que hacer hasta acabar esta obra. Eso sí, reconoció que un vecino ha pasado por las oficinas municipales para advertir de este peligro.
El Ayuntamiento, dueño de la obra, argumenta que los técnicos han dado el visto bueno
Sin embargo, un técnico consultado por este periódico cuestiona su seguridad, y se pregunta si solo hay cables de baja tensión en ese amasijo de alambres. Pero su mayor preocupación es que a su lado se están realizando excavaciones con maquinaria que en cualquier momento puede hacer que caiga el muro, cuya garantía de sostenibilidad también es cuestionada, y tirar el tendido.
Y, por otro, cree que siempre existe el riesgo de que el viento o la lluvia puedan causar chispas que lleguen al combustible, o que terminen por tumbarlo. Y el problema es que debajo existen depósitos de gasolina, surtidores y los automóviles moviéndose lo que eleva, a su juicio, el riesgo. A esto se suma el peso del tendido, dudando por ello de su seguridad. De ahí que se pregunte cómo el Ayuntamiento de Gáldar, como promotor, puede estar tranquilo con la situación, porque el riesgo es grande.
Un experto apunta que la caída de los postes de madera o las chispas pueden ser un peligro
El tenido se extiende unos 50 metros paralelos a la carretera en la entrada a la calle Capitán Quesada (calle Larga), la mitad de los cuales pasa sobre la estación de servicios. En algunos puntos se sitúa a una altura de entre tres y cuatro metros aproximadamente. Y se sustentan sobre un pequeño muro y cinco postes de madera, de los que se colocaban hace años. Algunos de ellos tienen una inclinación visible, que se acentúa por el elevado volumen de los distintos cables que están aunados y que se prolongan por la vía.
