“No trajimos cachorros para evitar que sean un regalo de Navidad. No queremos que sea algo que entra más por los ojos y la emoción del momento, que por un compromiso a largo plazo” , explica Minerva Artiles, organizadora del Albergue Insular de Animales de Gran Canaria. Y es que en estas fechas se puede caer en la tentación de confundir a los perros con peluches y no como a seres necesitados de un cuidado consciente y constante. Además, los perros pequeños crecen y sus demandas y necesidades también. 

Por este motivo la tercera Feria del Animal de Compañía promovida por el Cabildo de Gran Canaria y organizada por la Institución Ferial de Canarias (INFECAR) se ha centrado en la concienciación acerca de los grandes invisibles: los perros potencialmente peligrosos (PPP) y los podencos. 

Desde el pasado viernes y hasta este domingo desfilarán por el recinto ferial casi una veintena de perros que esperan ser adoptados de forma permanente, comprometida y siempre, repiten los organizadores, consciente.

Hay que aclarar, insisten voluntarias y trabajadores, que la de PPP es una nomenclatura técnica que condena a estos animales “desde el minuto uno”, al infundir un temor y una peligrosidad que no son del todo reales.

“Estos perros son incluso más nobles que otros perros pequeños. Cierto que sus características físicas son más difíciles, al tener mayor peso y fuerza, pero al final su comportamiento depende de la educación y el trato que se les de”, comentaban algunas de las voluntarias que acudieron a acompañar a los casi 20 animalitos que fueron a buscar una nueva familia y una vieja ilusión.

La Feria, que se puede seguir virtualmente desde la página web de animundo.es, termina el día de hoy con las jornadas ‘Cómo empezar a entender a tu gato?’, ‘Maltrato animal, ¿cómo identificarlo?, actuación policial’ y la sesión de cierre ‘A casa por Navidad, ¿adopción o emoción?’. A cada una de estas ponencias le sigue una pasarela de adopciones de aproximadamente una hora para que los asistentes, tanto físicos como virtuales, que lleven tiempo pensando en adoptar, puedan hacerlo al momento en los stands físicos o a través del correo certamenesferiales@infecar.es con el asunto ‘interesado en adoptar’. 

Un hogar para Pin Pon

A la pasarela de adopciones de ayer por la mañana acudieron más de cincuenta personas y muchas de ellas se acercaron a preguntar a los puestos de información.

Este fue el caso de Luis Caballero, joven grancanario que llevaba un tiempo pensando en compartir su día a día con un perro y decidió que la mejor forma de hacerlo tenía que ser a través de la adopción. De esta manera no sólo satisface su deseo personal de compañía canina, sino que ayuda a curar las heridas de un ser vivo que algún inconsciente abandonó después de haber comprado. 

“Un amigo mío tiene un presa canaria y se me cae la baba. Ellos en sí no son peligrosos, todo depende de como uno los críe y los eduque”, concluye. 

Caballero se lleva consigo una de las Joyas de la Corona de los mal llamados perros peligrosos, un Pit Bull de 30 kilos y ojos melancólicos que se rebozaba en caricias y arrumacos. Fuera del recinto estaban las jaulas en las que esperan ese momento en que alguien se decida finalmente a abrir la llave y darles un cálido futuro en un hogar definitivo.

La joven Valeria Sofía, de siete años, tiene claro que quiere rescatar a uno de ellos y llevárselo a casa. “Como vivimos en un piso y mi mamá trabaja mucho a lo mejor sólo podemos acogerlos un tiempo”, explica abrazada a Lucas, un Husky Siberiano de peluche, y bajo la atenta mirada de su madre, Nuria Valdivia.

Y es que otra de las opciones que ofrecen los albergues y protectoras es la figura de las casas o familias de acogida, que dan mayor calidez que las jaulas mientras se encuentra la adopción definitiva.

¡Gracias y a castrar!

Durante el día de ayer se presentaron tres ponencias con sus desfiles solidarios. A primera hora, la veterinaria especialista en medicina preventiva, Sandra Queder, habló sobre los beneficios de la castración temprana en animales domésticos. 

En un país en el que se abandonan 150.000 animales al año, como es el caso de España, parece algo obvio y casi obligatorio pensar que este método de control de la natalidad es indispensable. Es una lacra que no se erradica con los años y que aumenta drásticamente cada Navidad. Por eso mismo insisten en la importancia de adoptar guiándose por la ética y la razón y no únicamente por unos ojos bonitos y una efímera sensación de emoción y deseo, que siempre es transitorio.

A pesar de la obviedad, esta veterinaria trata de desmitificar las falsas ideas asociadas a la castración. Recalca que los animales no tienen el instinto maternal que les presuponen los humanos al humanizar, erróneamente, las cualidades de sus amigos de cuatro patas. Para ellos no va a suponer un trauma el hecho de no concebir, es una cuestión meramente hormonal e instintiva que se termina con la castración y no generará en ellos mayor disforia ni tristeza, como muchas veces se dice. 

La castración tiene múltiples beneficios añadidos, ya que es una forma de controlar el abandono de perros no deseados, el descontrol de gatos callejeros y las múltiples enfermedades asociadas al celo, la lactancia y la gestación. También reduce de manera notoria las conductas agresivas y territoriales de los animales en época de apareamiento.

Tras un repaso técnico por las distintas formas de practicarla, en el que aparecieron palabras como ‘Ovariectomía’, ‘Laparoscopia’ y ‘Vasectomía’, Sandra Queder explicó varias de las enfermedades que se erradican de forma generalizada una vez realizada la cirugía. 

Al castrar a tiempo a estos compañeros fieles y peludos les evitará futuras infecciones que derivan en ‘piómetras’ (inflamación del útero) o ‘mastitis’ (de las mamas) y tumores de ovarios, testículos o perianales.

Entre los asistentes a esta charla estaba Ernesto Vega Almeida, profesor del Ciclo Superior de Ganadería y Asistencia en Sanidad que se imparte en Fuerteventura, con varios de sus estudiantes y algunas de sus perrillos. “No tengo ningún alumno que no tenga mascota y la mayoría de ellos los han adoptado”, comenta con una sonrisa de orgullo. Y es que varios poquitos hacen un muchito y quizás algún día entre todos desaparezca el abandono animal.