Los vinos de Gran Canaria se convierten a ecológicos e invierten en maquinaria, formación y en la diferenciación de sus sellos de calidad tras un 2020 convulso, en el que el cierre total del canal Horeca produjo unas pérdidas de un 90 por ciento en el sector.

Ese elevado porcentaje supone “en la práctica la parálisis absoluta de la actividad” y, aunque las ventas virtuales impulsadas por Gran Canaria Me Gusta “no paliaban ni de lejos las pérdidas por la parálisis de la economía”, abrieron una vía de negocio y la presencia se ha consolidado, destaca el Consejo Regulador de la DOP Vino de Gran Canaria.

De cara a 2021, los bodegueros están inmersos en “un esfuerzo para mejorar su producto”, en el que se contempla la inversión en nueva maquinaria, formación en prácticas vitivinícolas que se llevan a cabo a nivel mundial, además de la diferenciación de sus sellos de calidad o la conversión a vino ecológico. “La esperanza es que 2021 sea un año con mejores expectativas”, concluyen.