La Plataforma Salvar Chira-Soria reclamó ayer al Cabildo de Gran Canaria la paralización del proyecto de la central hidroeléctrica para evitar un “destrozo” medioambiental en el barranco de Arguineguín y acusó de “oscurantismo” al gobierno insular de Antonio Morales y a la empresa Red Eléctrica de España (REE). En un acto que contó con el respaldo de grupos ecologistas, profesores universitarios, especialistas en energías, profesionales y artistas, el colectivo ciudadano puso en duda la necesidad y la viabilidad económica de ese salto de agua entre ambas presas de la cumbre.
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La presentación de la plataforma “a la sociedad canaria” se celebró en el edificio Miller de la capital y arrancó con un vídeo del economista Antonio González Viéitez, impulsor hace un año del primer escrito al presidente del Cabildo, Antonio Morales, para reclamar más información sobre el proyecto de REE y frenar su construcción hasta que se conozcan en profundidad las ventajas e inconvenientes.
González Viéitez, exconsejero de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias e Hijo Predilecto de Gran Canaria, trasladó a través de una grabación que la central hidroeléctrica “es un disparate mayúsculo” y “profundiza el modelo de dependencia energética de Gran Canaria”. Entre otros argumentos, resaltó que “Red Eléctrica, además de producir la energía, la almacenará y tendrá el uso y el abuso energético durante medio siglo”.
El economista se mostró contrario a ceder la soberanía energética de la Isla a una compañía transnacional y aseguró que Canarias tiene “unos recursos fastuosos de energías renovables y limpias de primera generación”, mientras que apostar por el salto de agua entre Chira y Soria significa “mantener la dependencia de multinacionales como REE y Endesa durante otros 50 años”.
González Viéitez: “En un auténtico sacrilegio lo que está haciendo ahora el Cabildo”
Viéitez apuntó que el barranco tendrá decenas de torres de tendido eléctrico, algunas con una altura de un edificio de 26 pisos y se preguntó qué va a ocurrir con el millón de toneladas de escombros que se van a extraer en la excavación de las galerías de las presas y las obras en el barranco. “El Cabildo promovió el reconocimiento de patrimonio de la humanidad de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria. Utilizó la palabra sagrada, pero lo que está haciendo ahora sí es un auténtico sacrilegio”.
Tras el mensaje grabado de Viéitez, en la tribuna intervinieron Eneida Marrero, joven vecina del barranco de Arguineguín; Pedro Hernández, docente; Ana Benito, farmacéutica; José Luis Porta, especialista en sistemas de almacenamiento energético; Idaira Valencia, medioambientalista; Pedro Pablo Medina, portavoz; y Honorio Galindo, presidente de la Plataforma y de Turcón-Ecologistas en Acción.
El acto concluyó con el vídeo con la canción Gran Canaria, de Olga Cerpa y Mestisay, grabado por el grupo en los pinares del barranco de Arguineguín junto a miembros de la plataforma y vecinos de Barranquillo Andrés, donde se ubica el embalse de Soria.
Julio Cuenca: “La lucha contra el cambio climático no es destruir los espacios naturales”
Por las restricciones de la pandemia, el aforo en el edificio Miller se limitó a 180 personas, que también siguieron con interés otros cuatro vídeos sobre la historia del barranco, fotografías de la zona, imágenes aéreas y testimonios de apoyo de otros miembros de la plataforma.
El arqueólogo Julio Cuenca, investigador de las cuevas de Risco Caído e impulsor junto a Viéitez del rechazo a la central, declaró a este periódico que es “un proyecto que no se justifica” porque hay otras alternativas a la acumulación de energía. “Si lo que queremos es luchar contra el cambio climático, no se puede hacer sobre la base de acabar con los espacios protegidos”, apuntó.
Cuenca opinó que “una isla como Gran Canaria, con 1.560 kilómetros cuadrados de superficie, que ha destruido prácticamente todo el borde del litoral, que ha perdido los grandes bosques, cuyo nivel freático ha bajado muchísimo por la sobreexplotación del acuífera y con una población cercana al millón de habitantes, no puede seguir perdiendo espacios naturales”.
A su juicio, cualquier obra que se vaya a iniciar “debe fundamentarse en el bien común y poner en la balanza los beneficios que va a producir, en este caso si se justifica la destrucción del barranco de Arguineguín que es el más grande de la Isla”. Cuenca, al igual que el portavoz Pedro Pablo Medina, insistió en que todo el proyecto se ha llevado con total “secretismo” y “oscurantismo”, como el hecho de que el periodo de alegaciones fuera en el mes de agosto de 2020, en plena pandemia.
Desconocimiento
Ante las declaraciones de Morales tras la última protesta, en el sentido de que el proyecto se inició hace ya diez años y es bien conocido por la población, la Plataforma considera que la gente, ni siquiera las personas más interesada en asuntos energéticos, conocen los pros y contras.
José Luis Porta: “¿Alguien firmaría una hipoteca a 50 años sin saber si necesita una casa?
“En 2019, cuando salió a información pública el proyecto de REE y los primeros estudios de impacto medioambiental, nos quedamos todos impresionados y fue entonces cuando un grupo de 70 personas, profesores universitarios, catedráticos, empresarios, intelectuales, artistas y personas de distintas profesiones, presentamos un escrito donde pedíamos a Antonio Morales que frenara cautelarmente el proyecto y se abriera un debate científico para ver si eso es lo que necesita Gran Canaria, pero Morales se negó”, explicó Cuenca.
Los oradores en la presentación de ayer cargaron especialmente contra el presidente del Cabildo. “Está con la matraquilla diaria de la ecoisla, pero por qué no trabaja y se preocupa por la eficiencia energética o el autoconsumo, pues ahora mismo no sabemos la factura que se le está pagando a REE y Endesa”, se preguntó Pedro Hernández en su intervención.
José Luis Porta preguntó a los grancanarios “si firmarían una hipoteca a 50 años, o incluso 75, sin pensar muy bien si realmente necesitan comprar una casa, sin ver ninguna otra vivienda primero, sin conocer el precio total o el importe del recibo mensual, escuchando única y exclusivamente la recomendación del que fabrica la casa y a pesar de que éste nunca antes haya construido una casa”.
Ana Benito centró su intervención en la falta de participación ciudadana y destacó que “ningún interés económico debería justificar la industrialización de un espacio natural como el barranco de Arguineguín por los elevados valores que posee”.