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La playa de Vargas, el reino del kitesurf

Se encuentra en una de las zonas marítimas más limpias de la Isla al no haber vertidos

Varios competidores navegan durante el campeonato de kiteboarding que se celebró en junio de 2019 | | ANDRÉS CRUZ

“La playa de Vargas [en el municipio de Agüimes] es el lugar ideal para practicar kitesurf. Además, en ella se pueden practicar otros deportes como el windsurf y el surf. El viento nunca falla”, asegura Rogelio Herrera Pérez, grancanario, de 53 años, que reside actualmente en El Burrero, en el término municipal de Ingenio. “Estamos hablando de que esta playa se encuentra en un entorno privilegiado, limpio, natural, tranquilo, con muy buenas condiciones para practicar distintos deportes, como el kitesurf y el windsurf, y es un buen lugar para descansar y darse un baño”. Este es el resumen que hace Herrera de cómo ve la playa y lo que la rodea.

Para muchos, él conoce muy bien esta costa de la villa de Agüimes, en lo relacionado con el medio ambiente y el mar, y respecto a lo deportivo. Razones no faltan, por su profesión y por los deportes que practica. Es un oceanógrafo que trabaja en Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, exactamente en el departamento de Biodiversidad Marina, y ha contribuido en la protección de este espacio marino y costero de Agüimes. En relación a lo deportivo, practica el kitesurf y el windsurf, especialmente en la playa de Vargas, pero “en ocasiones, según cómo me lleven las olas y el viento elijo otros lugares de Gran Canaria”, comenta.

Esta playa del Sureste de la Isla, como toda la zona de costa y de interior con dicho nombre, no son lo que eran hasta el siglo pasado. Igual que la costa de Santa Lucía, la de Vargas también fue un lugar apartado y destinado en gran parte a los invernaderos de los que pocos quedan. Algunos sí están en activo en la parte alta de Vargas, cerca de la carretera del sur, la GC-1, y junto a la GC-24, la vía de acceso a la costa. Eso sí, hay algunas zonas en las que los plásticos están tirados en la tierra desde hace décadas y lo que eran los esqueletos de los invernaderos.

El acceso a Vargas está en la carretera GC-101, justo pasado Montaña de los Vélez, y al encontrar el conductor o conductora la escultura titulada Windsurfing, de Isidro Llanos Gutiérrez, quien la realizó en una antigua rotonda. La entrada a Vargas está a la izquierda de dicho conjunto escultórico, cuando se circula en dirección sur y tomando la carretera GC-24.

Sobre el origen del nombre, no está muy claro. Según fuentes municipales no tiene relación con los titulares actuales o anteriores de dichos suelos. En cambio, quizás si la tiene respecto a los primeros propietarios de los terrenos, justo después de la conquista de la Isla.

La playa de Vargas es casi todo el año ventosa, sobre todo en julio, y es de callaos y arena. Entre noviembre y marzo los vientos alisios tienen menos intensidad y algunos deportistas optan durante ese tiempo por otros lugares, como Juan Grande, Las Burras o Playa de Inglés, todos ellos en San Bartolomé de Tirajana. La playa agüimense tiene una longitud de 1.300 metros y una anchura de quince metros, y está al sur de La Florida y la salina Boca Cangrejo y al norte de Punta la Sal. 

Esta zona no cuenta con una población grande, ni los servicios que sí dispone Pozo Izquierdo, en Santa Lucía de Tirajana, como tres tiendas especializadas en surf y todos los deportes náuticos vinculados a éste, como también cinco restaurantes, supermercados, o alojamientos.

Por su parte, la playa de Vargas sí tiene amplitud y espacio para que a la vez varias personas hagan distintos deportes a la vez. La playa está dividida en tres zonas: de baño, winsurf y kitesurf. “Es un tramo de costa con mucho potencial y es un litoral multifuncional porque te permite muchos tipos de actividades, con total respeto unas y otras, y con el entorno. Son actividades sostenibles que no requieren cancha, mantenimiento o energía y se compaginan”, apunta Rogelio Herrera, quien lamenta que “nos gustaría que algunos fueran más limpios porque hay zonas, como los aparcamientos, en los que te encuentras muchas colillas y mascarillas”.

En Vargas hay dos urbanizaciones (Edén y Oasis) y algunas casas sueltas. En una de las viviendas, muy cerca de la playa reside con su familia el hispano-alemán Philip Köster, quien nació en 1994 en la capital grancanaria y con nueve años comenzó a aprender windsurf delante de su casa, en la playa de Vargas. Se proclamó campeón del mundo de windsurf. La población censada en todo el espacio de Vargas fue de 320 personas en 2020, mientras que en Pozo Izquierdo era de 1.393 habitantes también el año pasado.

“Puedo asegurar que desde Gando [en el municipio de Telde] a Arinaga [Agüimes] es una de las zonas más limpias de la Gran Canaria porque no hay ningún tipo de vertido, ningún emisario. Las dos únicas localidades que existen en dicha zona costera son El Burrero [con una población de 1.549 habitantes en 2020] y en El Cabrón, con varias casas”, afirma Herrera Pérez.

En relación al estado de la playa y del saladar, y otros ecosistemas de la zona terrestre después de la retirada de arena, incluso con camiones, hasta la década de los años 80, Rogelio Herrera señala que “ahora apenas queda arena, no es un ecosistema arenoso, sino que es una playa de cantos y callaos. Eso tiene la dificultad de que es más peligroso en caso de caídas, más si estás aprendiendo. Para nosotros y el material es mejor porque no hay arena. No es sólo una playa ventosa que es ideal para el kitesurf o el windsurf, sino también, cuando hay menos viento, la gente viene con las tablas de surf y de bodyboard”.

La playa de Vargas, el reino del kitesurf

La playa de Vargas, el reino del kitesurf

Pozo Izquierdo

En cualquier conversación sobre estos temas, surge la mención de Pozo Izquierdo. “La playa de Vargas es muy amplia, a diferencia de la otra. La de Pozo Izquierdo es famosa en el mundo entero por los campeonatos del mundo que se han realizado durante unos veinte años y tiene unas condiciones espectaculares. Es conocida a nivel mundial. Y en gran parte gracias a las hermanas Iballa y Daida Ruano, que a parte de ser grandes deportistas a nivel mundial, pues ellas han trabajado mucho, mucha gente detrás y las administraciones para que sigan celebrando”, comenta Herrera.

“Esta de Vargas no es tan conocida, pero los deportistas vienen, sean de la Isla, de otras del Archipiélago o de la Península, y otros europeos como alemanes, ingleses y franceses. No vienen tantos extranjeros de cualquier lugar del mundo, como pasa con la otra de Santa Lucía. Las ventajas de esta de Agüimes es que es más amplia, que permite que estén en el agua más deportistas, sin interferir unos con otros. Por ejemplo, en Pozo Izquierdo no puede practicarse a la vez kitesurf y windsurf, y aquí sí porque hay zona para cada uno”, añade el oceanógrafo.

En la playa de Vargas se han celebrado dos campeonatos del mundo de kiteboarding y de windsurf, como distintas pruebas a nivel regional y nacional.

Necesidades

Rogelio Herrera, como buen conocedor de Vargas y todo su entorno, tiene claro las necesidades que tiene esta costa. “Podemos decir que son muchas. Por una parte está la restauración medio ambiental y de recuperación, y que se ponga en marcha el proyecto. De Punta de la Sal a Risco Verde es una reserva marina que es muy rica y una de las mejores, que está siendo vigilada y que es ideal para el buceo”, declara.

Respecto a la misma playa de Vargas, “hace falta un servicio regular de limpieza y mayos concienciación de algunos para que no tiren colillas o mascarillas. Necesitamos una baño público. El que colocó el Ayuntamiento está en mal estado”.

“Está claro que aquí, en la playa de Vargas, las condiciones son un poco duras, el viento y el calor. También harían falta duchas, como también se recoja la basura y los restos de los invernaderos abandonados y tirados. No estaría mal que viniera un chiringuito móvil, como ha venido alguna vez. También es verdad que está el restaurante del camping que está aquí cerca, que está muy bien, y también han venido deportistas con su caravana y allí se han alojado”, resume.

También es necesario que se arregle la pista de tierra que atraviesa este espacio protegido, que tiene sus grandes hoyos.

“Hay que mover la economía azul, y esta es una forma, aprovechando los fondos de recuperación. Será uno de los motores del cambio. Hay que buscar la autosuficiencia económica, dentro de lo posible. Que no sea tanto en base al turismo”, concluye.

Por otro lado, este oceanógrafo y deportista asegura que “no hay peligro” por tener una reserva marina al lado, “en absoluto. Ocurren accidentes, como que un pez volador te dé un pequeño golpe, como me pasó una vez, o te hace un agujero en una vela de windsurf”. “Mientras hacía deporte y navegaba, vi tiburones martillo, tortugas boba y verde, y peces voladores. No son un peligro”, señala.

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