A noventa y tres grados bajo cero llegan las pajuelas con el semen de los sementales seleccionados para fecundar al ganado vacuno de Valsequillo. Un proyecto de inseminación artificial del ganado vacuno que el consistorio municipal lleva desarrollando más de una década en la localidad como una manera de ayudar al sector pecuario del municipio.

Ayer tocó en la Ganadería La Cantera, una explotación familiar donde todos, incluso las dos niñas del matrimonio entre Judith y Yeray, cumplen una tarea. Judith González, mujer joven, es la que está al frente de la ganadería, explicó que este sistema “resulta más económico puesto que el costo de una dosis de semen y la mano de obra necesaria para la inseminación artificial es más barato que el mantenimiento de los toros en la cuadra o el traslado cada mes de los animales para su monta”.

Y es que a través de este programa se pueden inseminar un gran número de vacas en un mismo día, “cosa que sería muy difícil en condiciones naturales para un solo toro” añadió.

Valsequillo se caracteriza por tener una gran tradición ganadera que con el tiempo se ha visto mermada, sobre todo, en el sector del ganado vacuno. Diversas son las razones que han contribuido a que el censo bovino haya disminuido de manera considerable, entre ellas está el escaso relevo generacional, los reducidos márgenes de beneficio en las producciones o los elevados costes de producción.

Otra de las características de las explotaciones era que estaban dispersas por todo el municipio, lo que hace que el manejo reproductivo de las vacas mediante monta natural fuese infructuoso.