Ana Ramos Martínez, bióloga del Cabildo de Gran Canaria, falleció la semana pasada a los 62 años de edad después de sufrir un accidente de tráfico. Durante sus más de tres décadas de trabajo en la institución insular, Ramos coordinó en Plan de Recuperación de la Yerbamuda de Jinámar (Lotus kunkelii), además de encargarse de la gestión de espacios protegidos como el de La Isleta, Tafira y el Monumento Natural de Bandama, así como el Sitio de Interés Científico de Jinámar. Asimismo, publicó varios artículos en revistas especializadas.

Licenciada por la Universidad Complutense, se formó como Especialista en Gestión Medioambiental por la Universidad Politécnica de Madrid. Sus compañeros quisieron recordarla hoy con un texto en el que recalcan su profesionalidad y por su trabajo en torno a la planta 'Lotus kunkelii', de la que prácticamente la consideran la encargada de salvarla de su extinción gracias al plan para su recuperación:

"Hoy los compañeros y compañeras de Ana Ramos, de la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, hemos pasado el día en shock. Nos hemos enterado que esta profesional como la copa de un pino ha fallecido. Ana Ramos llevaba unos 30 años trabajando de forma absolutamente entregada y de forma escrupulosa por el medio ambiente de Gran Canaria. Ana sufría una enfermedad crónica y dolorosa que la obligaba a levantarse dos horas antes de lo habitual para poder ir calentando su musculatura y sus articulaciones para llegar a tiempo al trabajo. Su coche preferido era el Nissan X Trail, un todoterreno grande con respecto a su pequeño tamaño físico, pero pequeño en comparación con sus conocimientos técnicos y su implicación. Sus informes técnicos de La Isleta, Bandama, Jinámar, Tafira… eran contundentes, dotados de un rigor jurídico y técnico insuperables. Hablar bien de alguien que nos ha dejado es lo fácil, en este caso, no es fácil, es totalmente justificado y necesario. Pero no solo era una gran profesional, era una persona entrañable, que aún teniendo diferencias con alguien ponía siempre su cara amable y su predisposición a solucionar el conflicto. Se nos ha ido una gran profesional y una gran mujer. Hoy es un día de luto para los compañeros y compañeras de Medio Ambiente, y un día de enfado con Ana también. No nos avisaste para despedirte. Te hubiéramos llevado un cubo de picón del fondo de la Caldera de Bandama, algún escarabajo de la Isleta y un alguna Lotus kunkelii, una planta que sin su tesón es probable que hubiera desaparecido. Eso hubiera hecho revolverte y resucitar. 

Pocas veces hemos sentido que alguien de fuera aporte tanto a Gran Canaria.

Ana, te echaremos mucho de menos y la biodiversidad de Gran Canaria también. Descansa en paz, compañera".