La iglesia de Santiago de Gáldar comienza a recuperar la belleza original de sus murales. El proyecto prevé la mayor rehabilitación integral a la que se ha sometido este templo datado en el final del siglo XVIII y declarado Bien de Interés Cultual (BIC) en 1986, con una inversión en esta primera fase que acaba de ponerse en marcha de 300.000 euros, del casi millón de euros que se destinará en conjunto. La subvención del Cabildo al Obispado permitirá eliminar las humedades, filtraciones, grietas y daños en las pinturas artísticas de sus paredes, que se han ido borrando con el paso de los años por la falta de unas tareas profundas de mantenimiento.
Los primeros trabajos se están acometiendo con manos expertas sobre enormes andamios colocados en la nave central, y a 16 metros de altura sobre el suelo.
Es uno de los templos religiosos más monumentales de toda Canarias, y cuenta con 15 capillas
La iglesia de Santiago es uno de los templos religiosos más monumentales y casi catedralicias de Canarias por sus grandes dimensiones, que incluye 15 capillas (seis a cada lado y tres de remate de las naves), tal y como resalta el cronista de Gáldar y director general de Patrimonio Histórico del Cabildo, Sebastián López. Y ahora resulta más monumental, como pueden observar los fieles, visitantes y muchos senderistas que cumplen el camino de Santiago, al observar las enormes estructuras que ha levantado en la nave central la empresa Construcciones Rodríguez Luján, adjudicataria de toda la obra.
Y, allí arriba, a unos 16 metros de altura, casi invisibles entre tantas piezas metálicas y la malla azul, trabajan casi como hormiguitas desde hace unas semanas unos especialistas en la restauración de las pinturas decorativas, que se complementan con la obra civil para la eliminación de las humedades y el saneamiento general del conjunto.
Los trabajos están en manos de Álvarez & Valero Restauración, con una experiencia de casi tres décadas en este tipo de intervenciones, entre los que se incluyen unos murales ocultos cuando se rehabilitó el cercana Museo Agáldar.
Carlos Álvarez detalla poco antes de subirse a la estructura que el trabajo se centra en la recuperación de las pinturas murales, que presentan un grado de deterioro muy variable. Desde los que ha desaparecido por completo, hasta los que aparentan una buena presencia.
En estas semanas están afianzando la pintura, ya que hay un problema de eflorescencia (la presencia de unas manchas blanquecinas), así como la eliminación de las sales surgidas por la acumulación del vapor de agua, que han cristalizado.
La actuación abarca entre 200 y 300 metros cuadrados de superficie entre las distintas naves.
Pero no vienen de nuevas, sino que ya hicieron trabajos previos de análisis hace dos años para poder saber a qué se iban a enfrentar, con un análisis de los pigmentos.
El trabajo previo permitió tomar muestras para analizar la situación, enviándose a un laboratorio de Madrid para evaluar la composición química de la pintura y el material lo largo de los siglos. Los datos, según informó en su momento este periódico, arrojaban que se han realizado tres intervenciones, que no fueron realmente restauraciones, entendidas con la modernas técnicas actuales de conservación.
La inversión en esta fase inicial es de 300.000 euros, pero la obra global en varios años rondará el millón
El objetivo es dejar los murales de la iglesia en condiciones idénticas a las originales, mediante una restauración científica. Aunque no existen imágenes originales, se trata de una decoración realizada con las mismas manos, cuya plantilla se repite, y que se sitúa a principios del siglo XX, aunque no tienen una elevada calidad artística, con media docena de colores, del blanco a las sombras tostadas y los tonos pardos. A pesar de que hay zonas en las que han desaparecido, Carlos Álvarez prevé que se puedan reproducir con los modelos de las imágenes existentes, ya que siguen unas pautas homogéneas.
«Es un trabajo cansado y laborioso», admite el experto, ya que tienen que actuar mirando hacia arriba y a una gran altura del suelo.
Las tareas se prolongarán durante ocho meses, aunque Sebastián López espera que para las fiestas de Santiago puedan estar retirados los andamios centrales y se hayan trasladado a los laterales, para aminorar las molestias a quienes accedan al interior.
Sebastián López señala que este año el Cabildo ha aportado 300.000 euros para la primera intervención, que incluye el altar mayor con la cúpula y la zona del órgano, además de las naves, después de que ya se acometieran trabajos de impermeabilización en el techo. «Es un trabajo complejo, por la altura y la amplitud del techo», reconoce.
Los murales de las naves laterales serán menos complicadas, porque tienen menos decoración. La central cuenta con zonas florales y querubines, mientras que en las laterales solo están adornados los bordes.
La inversión global ronda el millón de euros en media decena de fases y en sucesivos años, y las obras están consensuadas por las distintas comisiones en las que están presentes el Obispado y el Gobierno de Canarias.
La iglesia de Gáldar fue declarado el 7 de febrero de 1986 Bien de Interés Cultural (BIC) por el Gobierno de Canarias, concediéndole una protección especial.
