La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El sobrecoste del material de obra pasa factura a las obras municipales

Los alcaldes están preocupados por el aumento de concursos desiertos, el parón de trabajos en marcha y el reajuste de precios en concursos listos hace meses

Vista exterior del antiguo cine de Firgas, que cuenta con un proyecto para su rehabilitación para acoger actividades multiculturales. | | JOSÉ CARLOS GUERRA

La subida continua del coste de los materiales pasa factura a la obra pública. Los ayuntamientos de Gran Canaria se están viendo obligados a parar proyectos a punto de salir a concurso para revisar unos precios que ya están desfasados, y se multiplican los concursos que se quedan desiertos porque no resultan atractivos para las empresas. Los materiales de la construcción se han disparado entre un 15 y 300%, aproximadamente, pero, sobre todo, existe un grave problema de falta de reservas en los almacenes (de ‘stock’), y la importación de piezas se está alargando más de un mes en muchos casos, retrasando la finalización de tajos que están en marcha, hasta lograr la desesperación de ciudadanos y alcaldes. Los dirigentes políticos achacan también esta asfixia al elevado volumen actual de inversiones públicas, por lo que faltan empresas cualificadas, muchas de las cuales llegan de forma puntual de fuera de la Isla atraídos por las nuevas oportunidades de negocio, aunque carezcan aquí de una base operativa.

«Hay arquitectos que acuden a empresas suministradora para ver el precio que tiene el material para poder fijar las bases económicas de un concurso público, y cuando se les da la información se les advierte de es que ese coste es válido solo por un periodo de cinco días, ya que después no saben si va a cambiar». Estas palabras de un alto cargo técnico de una Administración refleja el panorama al que se están enfrentando los ayuntamientos en estos momentos.

«Es un problema grave, porque hay bastantes recursos económicos ahora», coinciden alcaldes

decoration

«La subida generalizada de precios nos tiene preocupados», coinciden distintos alcaldes, quienes señalan que este es uno de los problemas más acuciantes con los que tienen que lidiar ahora a diario. Y coincide con un momento en el que están llegando numerosas partidas económicas de distintas Administraciones para invertir.

El resultado es que las oficinas municipales están patas arriba. El alcalde de Firgas, Jaime Hernández, reconoce que ha tenido que parar la licitación de proyectos como la rehabilitación del cine para su puesta en marcha como un espacio multicultural después de años inactivo, pese a contar con el dinero listo. Y lo hace para revisar los números y adaptarlos a los costes que imponen los nuevos tiempos.

Jaime Hernández señala que, con la subvención ya cerrada, la alternativa que les queda es tratar de hacer frente a este sobrecoste con fondos propios, por lo que se podrían ver afectadas las cuentas municipales, al tener que detraerse de otras partidas.

«El problema principal está en las obras en las que se requiere mucho material», apunta el citado técnico de la Administración, quien recalca que es una realidad a la que se están enfrentando todos los ayuntamientos.

Los alcaldes tratan de evitar que las licitaciones se queden desiertas, lo que supondría un tiempo perdido para iniciar las actuaciones. Sobre todo, para evitar verse a final de año sin poder gastar el dinero que tenían asignado para su ejecución, y correr el riesgo de perderlos.

Por tercera vez

No es el único caso. La actuación prevista en la rotonda de entrada a Agaete, donde se prevé una majestuosa y simbólica obra del artista Pepe Dámaso que debería dar la bienvenida a los visitante a la localidad y que cuenta con financiación de la Mancomunidad del Norte, va a tener que sacarse a licitación por tercera vez, después de que en la primera renunciara la contrata que ganó el concurso y en la segunda se quedara desierta.

El concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Javier Doreste, reconoce su enfado por las subidas desproporcionadas. Y pone como ejemplo que el hierro de encofrado se ha encarecido entre un 200 y un 300%, por lo que se están replanteando las valoraciones de los trabajos, para ajustar los precios de la obra nueva y de las adjudicadas. En su caso, apunta que no hay obras en marcha afectadas, ni licitaciones desiertas, ya que en este inicio de año se pararon los procedimientos a la espera del nuevo presupuesto.

En gran parte, dice se han salvado porque la capital toma como referencia los precios que publica la patronal de los constructores y la Federación de Municipios. Pero sí se pueden tener problemas con los proyectos de financiación plurianual. «Los tendremos y vamos a ver cómo lo solucionamos».

En los proyectos municipales actuales se ha venido trabajando desde hace meses y hasta años en las oficinas técnicas de los ayuntamientos. Sin embargo, cuando están ahora en la pista de salida de sacarlos a concurso, los dirigentes políticos se están viendo obligados a su paralización o a tomar medidas. El aumento de los costes de los materiales propicia que las empresas difícilmente se vayan a interesar por presentar una oferta económica en los márgenes que se les han fijado.

En los últimos tiempos se han multiplicado los concursos municipales para contratar a constructoras que se quedan desiertos. Esta es una situación que era difícil de ver en otras épocas, donde solían presentarse muchos candidatos. A las empresas ya no les resulta rentable hacerse cargo de ellas en los márgenes vigentes, y no lograr encajar el sobrecoste económico con una ficha financiera ya cerrada.

El alto volumen de proyectos públicos reduce también el número de empresas en las licitaciones

decoration

En Gáldar se quedó desierto elProyecto de acondicionamiento del camino de Santiago entre volcanes. Proyecto turístico y volcanes en Canarias’ porque no atrajo el interés de ninguna empresa. Y terminó adjudicándolo por vía directa la Alcaldía por el precio máximo fijado en el concurso anterior, de 313.675,52 euros (bruto). Esto se explica porque nadie quiso hacer rebajas a esa cuantía de partida, como suele suceder tradicionalmente en las licitaciones.

El concejal de Urbanismo, Heriberto Reyes, señala, en cualquier caso, que ellos ‘juegan’ en las licitaciones con puntuar posibles mejoras, que suponen entre un 10 y un 15% más, por lo que les deja ahora con un colchón para los reajustes de precios.

A pesar de todo, también ha tenido que lidiar con la obra prevista en la avenida de El Agüjero, que se quedó en primera instancia desierta y ahora se repite por negociado sin publicidad por una cuantía de 164.526,86 euros. Y la llegada a Gáldar del ascensor para los aparcamientos que se están levantando en la zona de San Sebastián se va a demorar entre dos y tres meses, por el retraso en el envío. «Se juntó todo: la crisis, el retraso de los contenedores, la guerra, la subida de la luz...», añade sobre la actual problemática.

El edil detalla que uno de los precios que se ha disparado es el del betún para el asfaltado de carretera, que se ha encarecido cerca de un 32%, sin contar con otros componentes añadidos. A esto se suma que hay pocas empresas especializadas en colocar el piche en las calles en la Isla, por lo que están también a expensas de su disponibilidad.

El alcalde de Agüimes, Óscar Hernández, se muestra especialmente preocupado y enfadado por esta realidad del sobecoste del material, ya que afecta a distintas actuaciones en marcha y a las que están por llegar. «Hay recursos, pero hay que rehacer todos los proyectos, porque no hay garantías». En este sentido, recuerda que los tiempos en los que se debe manejar la Administración no son los mismo que un particular que quiere hacer una obra, ya que la legislación les obligan a cumplir con unos procesos y plazos establecidos.

En su caso, acaba de adjudicar una obra del comedor escolar para los cerca de 500 alumnos que tiene el colegio ‘Veinte de Enero’ de Playa de Arinaga, en el que venían trabajando desde hace seis años para que pudiera hacerse efectivo, y solo se presentó una empresa procedente de Madrid, pese a que la inversión es de casi 1,3 millones. Ahora solo espera que todo se ejecute con normalidad, porque la infraestructura es muy necesaria para la comunidad escolar.

Derribo aplazado

Los proyectos del año pasado se están teniendo que rehacer en Agüimes con alzas de un 20%, para poder equilibrar las nuevas tarifas del mercado, apunta el alcalde. También tiene una obra de asfaltado en Montaña Los Vélez que quedó desierta. Y otra que se adjudicó en octubre del año pasado y ahora están resolviendo el contrato, porque la empresa no llegó ni a empezar con el derribo de la Casa de la Maestra del Cruce de Arinaga.

Un arquitecto estima que los costes de material de obra se pueden haber encarecido una media del 15%, llegando en casos como el cobre hasta el 40% en poco tiempo. Y en el hierro la subida «es de día a día» y en los vinculados a la electricidad ni dan precios a días visto. A esto se suma la citada falta de material en los almacenes, incluso de las grandes multinacionales de la distribución en Gran Canaria. De ahí que la espera puede alcanzar los 40 días como mínimo en muchas piezas. Y señala un ejemplo particular con unas cristaleras especiales, que no solo tardaron, sino que al final recurrieron al montaje por su cuenta, ya que si esperaban por este servicio su entrega se iba a disparar.

Esta situación se produce en un momento en el que los ayuntamientos están de ‘vacas gordas’, ya que han dispuesto de la mayores cantidades de subvenciones provenientes de las Administraciones supramunicipales.

El alcalde de Valleseco, Dámaso Arencibia, reconoce que el problema en muchos casos es el cumplimiento de los plazos de las obras, porque no hay ‘stock’ de material en los distribuidores locales, y su llegada tarda más tiempo de lo habitual desde la fábrica. Precisamente, el concejal de Obras Públicas de Mogán, Ernesto Hernández, apunta que la única actuación que tienen con dificultades de ejecución es el paseo de El Perchel, porque tienen problemas para el suministro y transporte del pavimento de la Península, por lo que los plazos iniciales tendrán que alargarse. Pero que tiene otras a punto de iniciarse con normalidad, como la carretera GC-500 y el centro polivalente de Arguineguín.

El concejal capitalino de Urbanismo, Javier Doreste, coincide con Dámaso Arencibia en que una posible salida a los sobrecostes está en el nuevo Real Decreto del Gobierno, que permite una revisión de previos al alza de hasta el 20% en las obras. Sin embargo, hay ayuntamientos como Gáldar y Agüimes que tienen su dudas de si esta nueva norma es solo aplicable en trabajos del Gobierno de España, o es extensible a los ayuntamientos y al resto de Administraciones.

Eso sí, puede ser una alternativa, si también se les permita seguir echando mano de los remanentes de tesorería, es decir el dinero que les va quedando de bajas en las ofertas de las empresas adjudicatarias en las licitaciones, para compensar estos sobrecostes.

El alcalde de Santa Brígida, Miguel Jorge Blanco, apunta también algunos casos que está sufriendo por esta evolución al alza de los precios de los materiales, que afecta a Gran Canaria, pero también a otras islas y comunidades autónomas. En este sentido, pone como ejemplo que el asfaltado previsto en Portada Verde se quedó desierto, por lo que trabajan ahora en un negociado sin publicidad (invitar a empresas) para poder ejecutar el trabajo lo antes posible.

Al mismo tiempo, la obra de la visera del estadio de fútbol también están sufriendo el encarecimiento del hierro y el acero, previsto por los redactores del proyecto, por lo que estudian una revisión de los precios que estaban acordados.

Y, en general, en Santa Brígida ya trabajan para reformular los nuevos proyectos, en base a la situación del mercado que se prevé. Eso sí, dentro de lo posible, dada la evolución de los acontecimientos.

En Arucas tienen paralizado hace meses el carril bici y paseo de la Avenida Venezuela por discrepancias también con la contrata.

Y el Ayuntamiento de Telde anunció el jueves una actualización de los costes del asfaltado de 31 calles por al alza de los precios, sobre todo de carburantes. Estos trabajos habían salido a licitación en febrero por 491.000 euros, pero quedaron desierto. La nueva licitación establece un presupuesto de 570.392,70 euros. Es decir, un 16,2% más en dos meses.

Apurando los plazos

A los problemas de precios se suma el elevado volumen de obra pública que se está movimiento en estos momentos, por lo que los ayuntamientos echan en falta empresas y mano de obra cualificada que pueda competir en los concursos públicos. Es más, algunas empresas con obras adjudicadas alargan todo lo posible los plazos en la firma del contrato y su inicio en el tajo, para poder disponer de tiempo y acabar en otros lugares.

Óscar Hernández recuerda que la obra pública es un dinamizador de la economía, por lo cual ante una perspectiva económica negativa, estos proyectos deberían ser una inyección laboral y empresarial, pero que se puede generar un problema si se paralizan las obras previstas. Además, afecta al bienestar vecinal, que se iba a beneficiar de su puesta en servicio.

El recibo de luz de la piscina cuesta tres veces más


El aumento de los precios de los materiales de obra no es el único problema con el que tienen que lidiar ahora los ayuntamientos. Al igual que los ciudadanos, la factura de la luz se ha disparado para las instituciones públicas, que tienen que hacer frente a diario con los elevados recibos por tener las farolas encendidas todas las noches, por sus propias oficinas municipales e instalaciones públicas. Los ayuntamientos que tienen aunado este servicio a través de la Mancomunidad de Ayuntamientos de Norte convocaron un concurso que se quedó desierto, por lo que han optado ahora por recurrir a la Federación Española de Municipios (FEM), que ofrece esta alternativa a nivel nacional, apunta el presidente de la Mancomunidad y alcalde de Arucas, Juan Jesús Facundo. «La luz no es gratis», recuerdan los representantes municipales. En este sentido, el alcalde de Valleseco, Dámaso Arencibia, pone como ejemplo de cómo se ha disparado la factura de su piscina municipal, que ha pasado de 4.000 euros a 12.000 euros al mes. Esto supone una cuantía enorme, sobre todo para un municipio pequeño, como es su caso. El general, los ayuntamientos estiman que la partida destinada a sufragar la luz del alumbrado público se ha duplicado. Facundo constata que los ayuntamientos se están enfrentando a este tipo de situación imprevistas, como es el caso de la electricidad y del encarecimiento del material de obra, que pueden generar un problema que puede ir a más, porque no existen perspectivas de cambio, al menos, a corto plazo. Y llega en un momento plácido en la economía de los municipios. | J. B.

Compartir el artículo

stats