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Moya inicia un plan para acabar con la adicción escolar de los teléfonos móviles

La primera campaña contra todas las dependencias contempla la puesta en marcha de 13 medidas

Raúl Afonso, alcalde de Moya.

Moya pone en marcha su I Plan Municipal de Adicciones, con una batería de 13 medidas que incluyen el traslado de testimonios reales a la población, con el fin de generar conciencia y sensibilización sobre las consecuencias de estos problemas sociales. Un estudio preliminar detecta un abuso de los teléfonos móviles y de aparatos tecnológicos entre los jóvenes, «que afectan sumamente al rendimiento escolar y a la socialización», reconociendo que “el castigo afecta más cuando se quita el videojuego que el deporte”, según recoge el documento. En el año 2020 fueron atendidos 44 vecinos en los centros especializados de Arucas y Gáldar, siendo la cocaína la droga más extendida, si bien está muy generalizado el consumo abusivo de alcohol, tabaco y las tragaperras entre la sociedad local.

25 colectivos, instituciones y un grupo de particulares, entre los que se incluyen clubes deportivos, representantes del mundo sanitario y religioso, fuerzas del orden y dirigentes políticos han diseñado las bases del I Plan Municipal, la primer guía de Moya que pone la mesa «la necesidad de hablar sobre las nuevas realidades que presentan el fenómeno de las adicciones, de tal manera que hablemos no sólo sobre las adicciones a sustancias o químicas (legales o ilegales), sino también de adicciones comportamentales». Hay que tener en cuenta, incluso, que en la comunidad valenciana un adolescente mató a sus padres y hermanas hace unas semanas después de que le quitaran su móvil.

Nuevas tecnologías de la información y las comunicación

El documento constata que «el fenómeno de las adicciones en el municipio no es algo novedoso, sino que se ha ido acusando a lo largo del tiempo. Factores como la falta de conciencia de la ciudadanía en general y, de las familias en especial, así como la escasez de recursos económicos, ponen en riesgo y hace vulnerable a la población local.

Moya detecta un claro abuso a las nuevas tecnologías de la información y las comunicación (TIC), donde se requiere poner especial atención. En este sentido, se apunta que existe un notorio abuso del teléfono móvil, sobre todo en edades tempranas, donde las redes sociales como el Instagram, Onlyfans y el Tik-Tok marcan la diferencia de uso, y cuya prevalencia de consumo se observa en especial entre las chicas.

La enfermedad que afecta a las familias y a la sociedad

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El programa de trabajo alude a la necesidad que tiene el municipio de intervenir ante las adicciones, tanto cuando tiene que ver con sustancias como a las comportamentales, ya que afectan a la realidad económica de quienes consumen, así como a la socialización, la seguridad y la vida en comunidad.

La existencia de bares con máquinas tragaperras permite también observar que en Moya existe un consumo habitual de tabaco y alcohol, «con una prevalencia diaria y de varias horas, con cierta dependencia y necesidad, siendo la época de confinamiento donde se observaron estas conductas de manera más acusada, pues un perfil mayoritariamente masculino acudía a los bares de la zona para comprar estas sustancias, aún estando los establecimientos cerrados en esta época».

Negocio de apuestas

A pesar de que el único centro de apuestas en la zona echó el cierre, «se observan conductas patológicas relacionadas con el juego, concretamente, de las máquinas tragaperras presentes en los bares». A su vez, se alude que en el consumo de alcohol predomina la prevalencia en hombres, «que luego maltratan e insultan a las mujeres en el hogar, observándose aquí la comorbilidad existente», según los autores del estudio.

La ejecución de este primer programa de trabajo municipal contempla hasta 13 acciones específicas de prevención y sensibilización. Entre ellas se incluye el fomento del deporte y los hábitos de vida saludable; la celebración de talleres vivenciales sobre inteligencia emocional, autoestima, sexualidad, habilidades sociales, educación en valores e igualdad de género; la organización de encuentros de ocio, tiempo libre y consumo responsable, donde se ofrezcan otras maneras de jugar y socializar (como prevención de la adicción al juego); el traslado de testimonios reales a la población, con el fin de generar conciencia y sensibilización sobre el impacto negativo que tiene el consumo de adicciones; una formación para la empleabilidad, dirigida a la ciudadanía en general y a la población con problemas de adicción; la creación de la escuela denominada ‘Familias con talento’, y otra de igualdad; el fomento del buen uso de espacios comunitarios, como crear huertos urbanos; y la creación de mesas de trabajo y encuentros comunitarios.

El Plan de Adicciones tendrá una temporalidad de cuatro años. 

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