La calle de Nuestra Señora de las Nieves es desde hace unas semanas un bullicio de obras. La vía, que da entrada a los demandados establecimientos del puerto de la villa de Agaete, con fachada trasera a la marea, es ahora un tinglado de vallas, máquinas y operarios que dejan a su paso un nuevo pavimento que sustituye al antiguo adoquinado, como parte de un proyecto global del que se beneficiará el que es uno de los destinos turísticos más visitados de la isla de Gran Canaria.

Esta obra es solo la punta de lanza de lo que está por venir. El proyecto, que está sufragado por el Patronato de Turismo por un importe de 346.000 euros, trata de modernizar la imagen del área comercial y de restauración, dotándola no solo de nuevo mobiliario urbano, acometidas de abasto, red de saneamiento, luminarias y elementos arquitectónicos, entre otros, sino también unificando la imagen de los toldos, sombrillas y cartelería de los establecimientos, además de desalojar el tráfico rodado en el que es el principal acceso a la costa. Esto, tanto para liberar espacio al peatón, como para subrayar la imagen de la ermita de Las Nieves, a la que también se le garantiza un mayor cuidado a un edificio de 1532 y que es Bien de Interés Cultural.

Es una primera intervención que afecta al interior del entramado urbano, que se sumará a un segundo proyecto para poner al día el tramo entre las rotondas exteriores, lo que incluye un repaso literal a la avenida de Los Poetas, y al paseo del mismo nombre, «sin renunciar a conseguir una imagen impactante y renovada», según se detalla en el proyecto.

En lo estético se plasmará en un dibujo orgánico del pavimento con un patrón que denote movimiento con tres tonos, blanco, azul y gris claro, con una combinación de losetas y hormigón impreso con resina de color, sin olvidar la premisa de que todos sus accesos -en un itinerario que incluso será señalizado en el propio piso-, queden libres de barreras físicas en una zona que en estos momentos ya cumple más de quince años de su última rehabilitación.

En la exposición de motivos de esta segunda actuación se subraya que la ejecución y correcta culminación de los trabajos que afectan tanto de la avenida como al paseo, que en la actualidad «no cuentan con un recorrido adaptado», y ha sido ocupado «por las terrazas de locales de manera desordenada y aleatoria», es fundamental para «la óptima funcionalidad del barrio de Las Nieves».

El presupuesto base de licitación de esta fase de actuaciones en Puerto de Las Nieves asciende a unos 305.000 euros y tiene previsto el inicio de las obras en este año 2022.

Pero con todo, no será el remate de la futura estampa del pueblo marinero del norte grancanario, ya que antes del 31 de diciembre deben arrancar las obras que determinarán el futuro de su relación con el mismo mar que aporta la sal de su idiosincracia, y que debe ejecutar el Gobierno de Canarias con un presupuesto de más de 14 millones de euros. Se trata de un dibujo que se encuentra en las antípodas del rechazado segundo muelle que pretendía sumar espacio a cuenta del Atlántico para amarrar a puerto dos ferris y un crucero de forma simultánea.

Presentado el pasado enero por el consejero de Obras Públicas del Gobierno de Canarias, Sebastián Franquis, que fijaba en ese momento como la llegada del verano para su pistoletazo de salida, supone la intervención de 42.000 metros cuadrados de superficie, la que abarca desde el viejo muelle, frente al Dedo de Dios, hasta la misma punta del moderno dique, para intentar lograr un todo fluido entre los distintos espacios para convertirlo en una suerte de paseo ‘sobre’ el mar.

Las actuaciones, además del citado paseo, se centrarán, entre otras, en dotar de un nuevo parquin al puerto de 6.000 metros cuadrados para 200 plazas, a lo que se añade una terminal anexa con restaurante y terraza, de forma que sus instalaciones también sean motivo de visita de ocio, sin relegar a unos pescadores que también podrán disfrutar de un espacio más diáfano, una vez derribadas las edificaciones que hacen de muro entre el mar y las viviendas, lo que incluye la desaparición de los almacenes de pertrechos, buscando de nuevo dar continuidad a la infraestructura con el pueblo gracias al aumento de un metro de altura en toda esa área, lo que supondrá ganar un espacio dedicado a plaza pública.

La salida hacia ese paseo con destino al viejo muelle corre a cargo de una pasarela sobre pilotes en la zona de La Corchera, todo ello con un plazo de ejecución de 18 meses, y mucho tiempo de trabajo anterior, «de escuchar y evaluar propuestas de mejora», con el fin de «evitar los errores del pasado», como expresaba Franquis en alusión a aquél Agaete de dique y escollera que, por fin, no fue.