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Fiestas de Santa María de Guía

Los patronos de la iglesia de Guía

Juan de Vargas, hijo del fundador de la primitiva ermita, fue el primer patrono, en 1512

Foto muy antigua, de finales del siglo XIX, de la procesión de la Virgen de Guía.

Sepamos por simple curiosidad que este año se cumplen 513 años de la primitiva ermita. 496 del nombramiento de su primer alcalde (1526) y 479 de ser elevada a la categoría de Parroquia (1533). Porque Guía nace –lugar de convivencia humana, punto geográfico en la isla de Gran Canaria– en el momento mismo en que Sancho de Vargas manda construir la primera ermita y la dota de lo suficiente para el mantenimiento del culto y de los ornamentos.

Pero, ¿a partir de cuándo existe la ermita? Desde luego el dato más contundente de que está levantada lo encontramos en el propio testamento del fundador, fechado en 1509, cuando afirma «por cuanto yo edifiqué una iglesia que es en Gáldar, que se llama de Santa María de Guía». La afirmación no ofrece dudas, por lo cual vemos que ya en 1509 está construida.

Pero hay otro dato testimonial no menos contundente y es aquel que se encuentra en una de las datas que recibió el conquistador en Tenerife de Alonso Fernández de Lugo, en el que, al darle un trozo para hacer una sierra donde poder cortar la madera de los bosques de la Orotava, le obliga a que dicha madera no salga de la isla, «salvo –matiza el Adelantado– la que le sea necesaria para faceis en Gran Canaria». Tampoco hay duda al conocerse que. Sancho está construyendo en 1509 –fecha de la data– su iglesia en Gáldar en honor de Santa María de Guía. A falta de otros datos concretos, podríamos situar su construcción entre 1505 en que aparece edificándola y 1509 en que afirma haberla hecho.

Posiblemente el inicio de su construcción se encuentre muy al principio del siglo XVI, imaginando que los trabajos podrían ser lentos debido a las rudimentarias labores y procedimientos empleados en la época que dilataban muy mucho la conclusión de una obra que, aunque no de cierta envergadura como debió de ser la primitiva ermita, sí debía tener bastante cuerpo, con un estilo arquitectónico que se presume muy rudimentario.

Los patronos de la iglesia de Guía

En opinión de don Leopoldo de la Rosa, de inolvidable recuerdo, Sancho de Vargas deja la ermita ya construida o muy adelantada cuando marcha definitivamente a Tenerife, que supone es en 1500, aunque en 1501 aparezca de Alcalde del Agua en Galdar sobre cuyo tema somos más generosos al final de estas cuartillas.

Puede, dijo en cierta ocasión don Leopoldo, que estuviera levantada y sólo a falta de alguna ornamentación de madera y por eso se le permite en 1505 sacar de Tenerife aquélla de forma excepcional. Esta –y otras opiniones– hace aproximar la fecha de 1500 a la de 1501 que aparece como la de su construcción en una lápida existente en la actual iglesia, colocada a principios de este siglo fijando su fiesta el 15 de agosto.

La dotación necesaria para el mantenimiento del culto la especifica el fundador en el tantas veces citado testamento «e la doté de cierto tributo en un molino, e tierras e aguas e otras cosas que en este caso dejo el poder a el dicho Juan de Vargas [su hijo]...» Y es precisamente el primogénito, el segundo mayordomo que tuvo la ermita, después del escribano Alonso de Herrera, casado con una hermana de la mujer de Vargas. No basta el testamento del fundador, su padre, para saberlo sino que, incluso, lo encontramos ostentando dicho cargo todavía en 1513, donde «Juan de Vargas, vecino de la isla, así como mayordomo de Santa María de Guía, arrienda la huerta y el parral de la iglesia a Gonzalo Gallego». Porque concluida la construcción de la primitiva ermita en 1509 Sancho fue favorecido con el privilegio de ostentar y ejercer el Patronazco de aquella iglesia, título que a partir de entonces fueron Patronos personas vinculadas directamente con su apellido. Así, pues, sucesivamente, fueron los Vargas de la rama del primogénito, que seguían la línea, los que ostentaron el cargo de Patronos. Después de su hijo Juan de Vargas, que lo fue a partir de 1512, lo fueron:

1) Agustín de Vargas Rengifo, el Viejo, hijo del anterior, que testó en 1612.

2) Agustín de Vargas Rengifo, El Mozo, hijo del anterior, cuyo testamento tiene fecha de 1633.

3) Doña María Ana Vargas-Machuca Rosell de Lugo Rengifo, hija del anterior, que en 1690 era viuda de su primo, el licenciado Juan Cabrera de Vargas Macedo, que murió a la edad de 72 años.

4) Don Juan de Vargas Cabrera Rengifo Rosell de Lugo y Macedo, hijo del anterior, que entre otros títulos tenía el de Patrono de la iglesia de Guía y que fue Capitán General de Nueva Andalucía y murió en La Laguna en 1724.

5) Josefa Rita de Vargas y León, nacida en 1700, hija del anterior, que llevó el Mayorazgo de la Casa Vargas que ostentaba a la Casa Tabares, por su casamiento con don Nicolás Tabares de Cala y Mesa Prieto y Llarena.

6) Don Juan Esteban de Tabares y Vargas Mesa y León, nacido en 1724, que fue quien vinculó las casas Vargas y Tabares con el apellido Róo y Fonte, por su matrimonio con doña Felipa Jacobina Teresa.

7) Don Juan Bernardino Tabares de Róo Vargas Fonte, hijo del anterior, nacido en La Laguna en 1760 y casado con doña María Franco de Castilla y Ramos.

8) Don José Rafael Tabares y Franco de Castilla Róo Vargas y Terry Noya, tercer hijo del anterior matrimonio, por fallecimiento de los dos primeros, María de la Concepción y Juan Luis Gonzaga, nacido en La Laguna en octubre de 1793 y que matrimonió con su prima hermana, doña Josefa Jerónima Espinosa de la Puerta y Tabares.

9) Don Juan Bautista de la Concepción Dámaso José Rafael Tabares y Espinosa de los Monteros de la Puerta Franco de Castilla de la Quintana Muxica-Lezcano Róo y Vargas, primogénito del anterior matrimonio, siguió con el derecho al uso del Patronato de la iglesia guíense. Había nacido en La Laguna en 1810 y casó allí también con doña María del Rosario Elvira Antonia de Nava y Grimón y Llarena-Calderón. Murió en San Cristóbal en 1872 y dispuso en su testamento el deseo de que sus restos mortales fueran trasladados a la capilla mayor de la parroquial iglesia de Guía, de que era Patrono «como legítimo descendiente del conquistador Sancho de Vargas». Suponemos que tal deseo no fue cumplido porque no consta y, además, ya en esta época no se inhumaba en dicha iglesia sino en el cementerio cercano de San Roque. Además, no existe ninguna lápida antigua ni moderna en su pavimento de mármol, salvo la que se encuentra en la capilla del Calvario de Amonio Díaz Bilbao, fundador de la misma a finales del siglo XVII.

10) Don Rafael Tomás María de los Dolores Tabares de Nava Espinosa de los Monteros de la Puerta Llarena-Calderón Franco Castilla Pérez de Barradas Westerling Róo y Vargas, segundo hijo del matrimonio anterior, nacido en julio de 1853 y que casó con su prima hermana, doña María de la Candelaria Tabares y León Huerta. Murió don Rafael en 1930.

11) Don Tomás de Villanueva Tabares de Nava y Tabares León-Huerta Espinosa de los Monteros de la Puerta Llarena-Calderón y Salazar de Frías, hijo número seis de los siete que tuvo el anterior matrimonio, nacido en junio de 1899 y que murió soltero.

12) Correspondía en 1985 hacer uso de dicho derecho –ignoramos si lo haría ante las autoridades eclesiásticas aunque suponemos que ya en esa época se habían extinguido los títulos honoríficos de Patronos de las iglesias– a don Leopoldo Martín Rafael María de las Nieves de la Candelaria Tabares de Nava y Rodríguez Azero, sobrino del anterior, nacido en 1929 que estudió en Madrid Ciencias Económicas. En 1985 residía en Santa Cruz de Tenerife de cuyo Ayuntamiento creemos fue concejal.

El alcalde Sancho de Vargas

A pesar de su traslado a Tenerife para participar en su incorporación a la Corona de Castilla, Sancho de Vargas no se desvinculó de Guía. Así se le localiza muchas veces residiendo en la incipiente villa participando en actuaciones de tipo comercial o económicas. en 1501 como alcalde de Aguas de Gáldar en virtud de cuyo cargo, y suponemos que experiencia, lo encontramos actuando como perito en el «repartimiento del agua y tierras de regadío del barrando llamado de los Nueve en Canaria que se hizo entre ciertas personas de la isla en pago de los sueldos que se les debían del tiempo de la Conquista», como consta en el testimonio conservado en el archivo General de Simancas (Libro 9. Diversos de Castilla).

Qué misión tenían los «alcaldes de aguas»? Según Aznar Vallejo en «La integración de las Islas Canarias en la Corona de Castilla», estaban al frente de las instituciones que regulaban el uso colectivo de los «heredamientos» o «heredades de aguas». La misión de este «alcalde» era inspeccionar acequias, entender en los pleitos sobre el reparto de agua, ordenar reparaciones pertinentes y ejecutar las penas previstas por las ordenanzas. Ordenanzas que vienen recogidas en las del «Consejo de Gran Canaria» (comentadas y transcritas por Francisco Morales Padrón), que dicen: «primeramente que aya dos alcaldes de agua de seis en seis meses así en esta ciudad real de Las Palmas como en los otros lugares de la ysla do ay acequias e faldamientos los quales sean puestos por el cabildo e regimiento de esta ysla». Aznar Vallejo agrega que había dos «alcaldes de agua» por heredad en Gran Canaria y uno en Tenerife.

Este era el cargo que en 1501 ostentaba nuestro Sancho de Vargas, todavía residenciado en Gáldar. O, al menos, viviendo temporalmente, si tenemos en cuenta que la duración del cargo en esta isla era de seis meses, por un año en la de Tenerife. Ya había participado en la Conquista tinerfeña y se supone que volvió a Gran Canaria para continuar las obras de su ermita en Guía.

¿Y de qué aguas era «alcalde» Sancho de Vargas? Del llamado «Heredamiento de Gáldar», surgido como consecuencia del repartimiento que se produce después de la Conquista y que en algunos casos afectaba a tierras y aguas y en otros sólo a aguas. En Gran Canaria tuvieron importancia los de Tenoya, Gáldar y los Nueve.

Es el mismo heredamiento cuyos propietarios, en el año 15200, regalaron al recién construido Convento de San Antonio de Gáldar el agua suficiente «para el servicio de la casa y de la huerta de dicho convento», consistente en un «hilo de agua que sea como un cornada» interpretándose que sería el equivalente a la capacidad que pudiera pasar por el hueco de un cuerno.

Entre los herederos de las aguas del barranco de Gáldar figuran ese año: Juan de Vargas; Juan Rodríguez de Orihuela; Juan León; Alonso de Herrera, escribano público; Miguel de Treja; Pedro el Rey; Juan Perdomo; Antón Cherinos; Antón López; Arriete de Betancor; Cristóbal Rodríguez de Lucana; Pedro de Argüello; Antón de la Calle; María López; Simón Ortiz; Eloisa de Betancor; Catalina de Guzmán; Ginés de Becerril; Inés de Betancor, a ruego de Inés Martín, Eloisa Hernández, Fernando Alonso de la Guarda, Pedro Domínguez, Antonio de Orduña, Bartolomé Ruiz, «vecinos y herederos que somos del agua de la villa de Galdar...». En testimonios apartes aparecen también cediendo esta agua, Constantín Cairasco y María Jiménez, mujer de Alonso de Becerril, difunto.

El original de este documento obraba en el protocolo del escribano de la época, aunque años después se sacó una copia a petición del propio Convento, firmada por Alonso de San Clemente. Al no encontrarse este original en los protocolos correspondientes, en el año 1790 a petición de don Esteban de lcaza, se hicieron nuevas copias, para lo cual se trasladó al Convento de Gáldar el escribano público de Guía, Pedro Tomás Ariñez, y copió los documentos que se guardaban y que le fueron mostrados por el padre guardián. Fray. Manuel de Espinosa. Una vez obtenidas las copias, don Esteban de lcaza mandó protocolizarlas en el del propio Tomás Ariñez, donde se encuentran en el Legajo número 2.431, folios 343 y sucesivos, en el Archivo Histórico Provincial de Las Palmas.

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