El Ayuntamiento de La Aldea de San Nicolás inició ayer martes las labores de limpieza de El Charco para acondicionarlo y tenerlo a punto para las fiestas patronales en honor a San Nicolás de Tolentino, que regresarán en septiembre tras dos años sin festejos por la pandemia de coronavirus.
El concejal de Playas, Rafael Hernández, celebró que "tras dos años sin fiestas se volvía a ver el tractor trabajando en El Charco". Añadió que "los trabajos continuarán unos días y se dejará que la mar actúe para que se limpie el charco y luego se acondicionará el entorno".
“Hacía dos años que no se limpiaba y el barranco tampoco había corrido, por lo que ahora tiene bastante fango, pero en unos días se quedará listo para verlo rebosar de gente el domingo 11 de septiembre”, el día siguiente del día principal de las fiestas.
El Charco es la fiesta más popular de La Aldea de San Nicolás y miles de personas volverán a concentrarse en torno a ese espacio a la espera del estampido del volador para lanzarse a la pesca de la lisa. Al caer en domingo ese evento este año se espera una multitud de asistentes en el pueblo procedentes de distintos puntos de Gran Canaria.
El Charco tiene sus primeras referencias escritas en el siglo XVIII. Por aquel entonces, el objetivo era la pesca de anguilas y morenas mediante la contaminación de las aguas con savia de cardones y tabaibas, con propiedades narcotizantes para los peces y facilitar así su captura para el sustento de la población.
Hernández resaltó la figura de Kiko Suárez, quien se hizo cargo del arreglo de El Charco durante 38 años hasta su jubilación. En esta edición, con la misma empresa que hacía el acondicionamiento Hacomar Ramos, también vecino del municipio, releva a Kiko.
