La Unión de Asociaciones de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria ha reclamado este viernes al Cabildo la declaración urgente de la cumbre y las medianías altas como "zona sobreexplotada", al tiempo que advierte que la sequía y el aumento del precio del agua para la agricultura está acelerando el abandono de los cultivos y el despoblamiento del campo.

En un comunicado, y al hilo de la carestía del agua de riego y del informe de Ben Magec-Ecologistas en Acción sobre la situación de los acuíferos del Archipiélago, los colectivos ciudadanos de la Reserva de la Biosfera sostienen que "el precio del agua de riego en la comarca de la cumbre y medianías altas de Gran Canaria lleva décadas con precios inasumibles para los agricultores de la zona, de entre 30 y cerca de 40 euros la hora de agua de nacientes o pozos privados y casi nunca llaga a los 36 metros cúbicos (36.000 litros).

"Mientras -añade la Unión de Asociaciones-, el Cabildo se lleva el agua de la cumbre a la costa, incluso para regar campos de golf, no nos vende agua de riego a los agricultores de la cumbre, ni desde sus presas ni desde los nacientes en los que tiene agua en propiedad, como del naciente de la Mina en Tejeda, con un 50% aproximadamente". Al respecto, critica que "solo le vende agua de riego a los agricultores 'de presas abajo' y que tienen las infraestructuras necesarias.

Otra de las razones de la sequía es que los nacientes y pozos solo producen en torno al 25 % del caudal que se extraía hace unos 40 años y la merma ronda en torno al 75% de los caudales de agua que se obtenían en la década de los 60, como lo atestiguan los aforos realizados y las declaraciones de las personas de las heredades de esta comarca, como es el caso del naciente de La Mina en Tejeda, que de los 40 litros que producía en los años 70, actualmente solo nace unos 10 litros.

La sobreexplotación que ha venido sufriendo el acuífero de Gran Canaria a lo largo de seis décadas, según este colectivo, "ha hecho que el nivel freático haya bajado hasta los 700 metros sobre el nivel del mar en tan solo 60 años". Ello se debe a que se han extraído unos dos tercios del agua fósil de la isla (el agua fósil es la reserva de emergencia para los humanos y para la naturaleza), "siendo esta la causa principal de la desaparición de unos 5.000 nacientes y manantiales naturales que daban vida a los barrancos y a los terrenos agrícolas de las medianías y cumbres de la isla de Gran Canaria".

Estos nacientes, a la vez que garantizaban el agua para la agricultura, son imprescindibles para la producción de alimentos, asegurándose además la necesaria agua y humedad para la conservación de los espacios y ecosistemas naturales.

"Solo se entiende la descomunal evolución destructora de los incendios de Gran Canaria cuando analizamos el abandono de las actividades del campo por la sobrexplotación de los acuíferos del agua subterránea de la isla. Se ha quemado pasando por toda la cumbre, desde Cazadores (Este) a Tamadaba (Oeste) y desde Valleseco (Norte) a Veneguera (Suroeste)", explica el comunicado emitido por Antonio Díaz, presidente de esta organización de la Reserva de la Biosfera, quien en declaraciones a este periódico advirtió que "o se declara ahora la cumbre como zona sobreexplotada o dentro de diez años habrá que declarar la emergencia en toda la isla".

Ante "la critica situación" de los acuíferos de Gran Canaria, la Unión de Asociaciones reclama al Cabildo que "apruebe urgentemente la declaración de zona sobreexplotada" y lo hace de acuerdo a lo establecido en la Ley de Aguas de Canarias y en coherencia con lo estipulado en su artículo 45.3. También ha solicitado que se elabore al mismo tiempo las bases de la regularización, en las que "se hará constar el caudal máximo de explotación, los caudales mínimos dedicados a recarga, las restricciones específicas que hayan de establecerse y el plazo en que el programa de regularización debe ser elaborado a todas las extracciones/explotaciones que se encuentren sobre la cota 800 metros sobre el nivel del mar que envíen agua por debajo de la cota de 300 metros.

Entre las explotaciones de agua subterránea situadas en medianías altas y cumbre que envían agua a la costa, se citan los pozos de Juncalillo de Gáldar, Artenara, Degollada Becerra y Cueva Grande; las galerías de agua situadas en Camaretas, Caldera de Los Marteles; el naciente del Barranco de La Mina en Tejeda; y las presas de Presa Los Hornos en Tejeda, Las Niñas, Chira, El Vaquero, Los Pérez y Lugarejos, entre otras.

Según este colectivo, tomar decisiones para garantizar la supervivencia de los grancanarios "no significa costes adicionales, pues el Artículo 47 de la Ley de Aguas resuelve textualmente: “No se consolida el derecho a sobreexplotar. Cuando se produzca una reducción o redistribución equitativa en la ejecución de un programa de regularización de zona sobreexplotada, la correspondiente reducción de extracción no otorga derecho a indemnización, aunque afecte a derechos de carácter privado preexistentes a la presente Ley.”

Antonio Díaz recordó que "hace ya 47 años que la Organización de Naciones Unidas reconocía en un estudio sobre el agua realizado en 1975, que el sistema imperante en la isla para el aprovechamiento de aguas superficiales y subterráneas escasamente alcanza a satisfacer la demanda actual y, a fortiori, será incapaz de cubrir la demanda futura”.

Las Naciones Unidas proponían desde entonces 10 recomendaciones, entre las que figuraba llevar a cabo una planificación racional de la explotación de los recursos hidráulicos de la isla, así como estudiar la recarga del acuífero. "Ha llegado el momento, después de más de cuatro décadas en las que se sigue poniendo en riesgo nuestras vidas, en que hay que tomar las decisiones coherentes que respondan a las necesidades de los habitantes de Gran Canaria", insiste.

A su juicio, "no asegurar el agua de riego suficiente y la recuperación de los acuíferos para garantizar la soberanía alimentaria como propone la FAO, que debe garantizarse en torno al 40% de producción local, es una negligencia muy grave, que posiblemente tendrá consecuencias trágicas para los habitantes de la isla de Gran Canaria, y desde luego, esta responsabilidad también recae sobre los gestores del agua de Gran Canaria".

El comunicado apunta que "no es justo ni serio engañar a los ciudadanos de la isla de Gran Canaria con falsedades, pues jamás se abastecerá a la cumbre con agua desalada de las presas de Chira o de Soria; nunca habrá excedentes de agua por una sencilla razón, la presa de Soria se terminó de construir entre 1972 y nunca ha superado el 39% de su capacidad; mientras esta presa no rebose (cosa del todo improbable debido a la sequía, la sobreexplotación, el calentamiento global y evaporaciones) no tendrá excedentes de agua y se aprovechará toda el agua de escorrentía y de lluvias para almacenarla y producir electricidad, porque así no se tiene que desalar y elevar hasta los 875 metros.

Por último, advierte de que "no tener reservas de agua subterránea suficiente ante un cero energético, que paralizaría la desalación de agua, nos pone en grave riego de subsistencia y lo que estamos observando, es que lo que ocurre en Gran Canaria se parece muchísimo al proceso de hecatombe que sufrió la isla de Pascua".