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Día de la Policía Nacional 2022

Día de la Policía Nacional 2022: Inspector Jorge Santana, una vida de auxilio a la ciudadanía

La Policía Nacional distingue al inspector Jorge Santana Sánchez con la medalla de la Orden del Mérito Policial por su trayectoria después de 22 años en el Cuerpo

Jorge Santana Sánchez, inspector de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana de Las Palmas, en las instalaciones de la comisaría de Distrito Norte. Juan Castro

El inspector Santana es policía a base de esfuerzo y de haber tenido claro desde que era niño cuál sería su futuro. Y en ello se empeñó cuando tenía 24 años a pesar de las reticencias de su familia. Y lo consiguió porque en el 2000 entró a la Escuela Nacional de Policía en un 6 de septiembre en el que dio el primer paso de una carrera llena de servicios de auxilio y detenciones de aquellos que se apuntan a la delincuencia.

Ha participado en el rescate de personas con movilidad reducida en el incendio de un edificio, se ha jugado la vida interponiendo su cuerpo para proteger a una persona impedida cuando se derrumbaba su vivienda, ha liberado a animales para que no murieran abrasados en el incendio de un establo, ha participado durante 14 horas en el rescate de un cadáver en el fondo de un pozo o ha detenido in fraganti a un hombre que agredía sexualmente a una mujer. Y en ocasiones incluso ha sentido los gajes de su oficio en su cuerpo. Jorge Santana Sánchez, inspector de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana de Las Palmas, ha ejercido su labor por tierra, mar, fuego y subsuelo y en reconocimiento a una trayectoria profesional que ya va por sus 22 años la Policía Nacional lo distingue con la medalla de la Orden del Mérito Policial. La distinción le fue entregada el pasado viernes 30 de septiembre en el acto de conmemoración del Día de la Policía, que se celebró en el ExpoMeloneras.

Jorge Santana Sánchez, inspector de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana de Las Palmas, en las instalaciones de la comisaría de Distrito Norte. Juan Castro

Santana tiene 46 años y lleva 22 en el Cuerpo Nacional de Policía, al que accedió con tan solo 24 años tras estudiar una oposición y prepararse unas pruebas físicas «a escondidas» porque sus padres no veían con buenos una profesión que consideraban peligrosa. «Pero era algo vocacional, desde pequeño quería ser policía, fui a por ello y tuve la suerte de aprobar a la primera», recuerda el agente.

Se lanzó a la calle un sábado por la noche y su primer servicio fue atender a una persona toxicómana que sufría una sobredosis de heroína. «Yo estaba muy nervioso y prácticamente dependía de mi compañero veterano, porque todavía no sabía muy bien qué hacer», relata. Aquel primer contacto con el mundo real desde su nueva condición de policía fue solo uno de los cientos de auxilios humanitarios que el hoy inspector ha atendido durante sus 22 años de trayectoria profesional.

En su currículum guarda intervenciones en las que se jugó la vida, como cuando en enero de 2021 se vio envuelto entre las llamas del incendio de un edificio en Luis Morote en el que junto a su equipo participó en el rescate de nueve personas que habían quedado atrapadas, la mayoría de ellas con movilidad reducida. «Hubo un momento en que yo pensé que no salíamos vivos de allí, el humo era muy denso, no veía la salida ni utilizando las linternas y nos estábamos asfixiando porque nosotros no teníamos las máscaras de oxígeno que utilizan los bomberos», rememora.

«Si volviese a nacer, volvería a ser policía porque esto no es un trabajo, es una forma de vida»

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A pesar de esas experiencias, al inspector le han marcado especialmente dos: la detención de un hombre que minutos antes había asfixiado a su pareja con una almohada o la de otro individuo al que cogió in fraganti cuando agredía sexualmente a una mujer. «En el segundo caso, es un servicio muy sensible y hay que tener mucho tacto con la víctima», cuenta. También recuerda la detención de varias personas que violaron a una joven en una casa ocupa y dos semanas después tuvo que rescatar a dos de esos agresores de un incendio. «La Policía no mira quién es quién, solamente salva una vida y el juez decide».

Jorge Santana Sánchez, inspector de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana de Las Palmas, en las instalaciones de la comisaría de Distrito Norte. Juan Castro

Alo largo de su trayectoria ha logrado también evitar el suicidio de varias personas. Uno de esos casos fue el de un compañero de la Policía Nacional que intentó quitarse la vida con su arma reglamentaria estando de servicio. «Estoy muy contento con esa intervención; lo conseguimos porque estaba despidiéndose de su familia y su médico a través de mensajes de móvil, uno nos llegó a nosotros y logramos llegar a tiempo», señala el agente. «Hacemos más auxilio humanitarios que detenciones; más del 60% de las intervenciones son humanitarias», cuenta Santana.

Admite el inspector que en muchas ocasiones ha sentido miedo en el ejercicio de su trabajo. «Somos la primera unidad que acude a un servicio cuando se recibe un aviso y nunca sabemos qué nos vamos a encontrar; nos avisan de un robo, pero no sabemos cuánta gente hay o si van armadas, si nosotros no podemos resolverlos, ya pedimos la intervención de unidades especializadas».

En su memoria también aguarda intervenciones felices. «Un día de lluvias torrenciales estaba el paseo de San José colapsado y tuvimos que socorrer a una mujer que venía desde Vecindario a dar a luz al Materno; tuvimos que meterla en el coche patrulla y circular por la acera para llegar a tiempo», cuenta, «en esos días, o cuando evitas que alguien se suicide o un toxicómano siga pegando a su madre te vas a casa con una gran satisfacción».

Santana atesora ya la Cruz al Mérito Policial con Distintito Blanco y la Medalla a la Dedicación al Servicio Policial

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El inspector ha sufrido en sus carnes los efectos colaterales de su oficio, pues ha sufrido una agresión en la que casi pierde la visión y también una patada que le afectó a la rodilla. «Sales adelante con el apoyo de todo el equipo». Pese a todo, el inspector Santana tiene muy claro que su profesión lo es todo para él. «Si volviese a nacer, volvería a ser policía porque no es un trabajo, es una forma de vida. Un policía nunca deja de ser policía porque incluso si estamos de servicio y vemos algo fuera de lo normal o intervienes o llamas a la sala operativa para que vaya una unidad, pero no te puedes quedar quieto».

Jorge Santana recibe esta distinción con «mucha satisfacción, pero sobre todo con agradecimiento porque no es solamente mía, es de mi grupo, yo solo soy la cabeza visible de 20 policías». Su expediente revela otras dos condecoraciones: la Cruz al Mérito Policial con Distintivo Blanco en 2010 y la Medalla a la Dedicación al Servicio Policial en 2021.

Parte de su mérito, dice, está en que empezó desde cero. «Empecé desde abajo y fui ascendiendo a oficial, luego subinspector, ahora inspector y espero algún día ascender a inspector jefe», confía. Pero si este inspector tiene un sueño es el de inculcar a sus dos hijos su pasión por su profesión. «Me encantaría que fuesen policías».

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