El ciclón tropical Hermine ha provocado fuertes precipitaciones en Gran Canaria, donde se desbordaron las previsiones sobre la cantidad de agua que podía descargar el fenómeno meteorológico. En Las Palmas de Gran Canaria se rozaron los 110 litros por metro cuadrado, una cifra que se superó en las medianías y la cumbre de la isla. Las abundantes lluvias registradas a lo largo de la jornada, de forma serena pero constante, produjeron numerosos incidentes por acumulación de agua o desprendimientos. La mayoría de los percances se ocasionaron en la red viaria, obligando al corte de nueve carreteras. La Aldea de San Nicolás y Artenara son los municipios más afectados por esta medida, ya que se quedaron prácticamente aislados.

La carretera que une El Risco con La Aldea y la de las Presas sufrieron derrumbes, con lo que el único acceso al municipio de La Aldea de San Nicolás es por la carretera del sur, desde la localidad de Mogán. Así, los aldeanos que quieran desplazarse hasta la zona norte de Gran Canaria o hasta la capital tendrán que rodear toda la isla y hacer 113 kilómetros en vez de los 63 que conectaban el municipio con Las Palmas de Gran Canaria. La última vez que se bloqueó la carretera de La Aldea fue el pasado mes de diciembre. En esta vía, los meses de sequía seguidos de una abundante precipitación provocan habitualmente derrumbes, dejando casi incomunicado al municipio. El alcalde de La Aldea, Tomás Pérez, lamentó el nuevo cierre de la vía y mostró su preocupación por la falta de una solución rápida para este problema. «No sabemos cuánto tardará en estar operativa la carretera, porque hay que esperar a que las condiciones permitan a los operarios trabajar en la zona con seguridad», destacó Pérez.

Coches en apuros en los túneles Julio Luengo y en Primero de Mayo, en Las Palmas de Gran Canaria

Coches en apuros en los túneles Julio Luengo y en Primero de Mayo, en Las Palmas de Gran Canaria La Provincia

En la cumbre, se cerró el trayecto de Artenara a Tejeda y el de Artenara a La Aldea. Así, solo se puede acceder a la localidad por la carretera que llega desde Valleseco, la GC-21, en la que ayer se trabajó intensamente para retirar las piedras y la tierra que invadió la calzada. El alcalde de Artenara, Jesús Díaz, explicó que los vecinos del municipio ayer no pudieron acceder al centro de salud, porque durante el fin de semana solo funciona el de Tejeda y no tenían posibilidad de llegar hasta él en caso de ocasionarse una emergencia.

Casi incomunicados

El corte de estas carreteras obligará a las empresas turísticas a reorganizar sus rutas por Gran Canaria, lo que afectará a los negocios locales que ofrecen sus servicios a los visitantes. Desde que Hermine se instaló sobre el Archipiélago, la intensa bruma ha dificultado a ratos la circulación por las carreteras de las medianías y la cumbre grancanaria por la baja visibilidad. Aunque durante la primera jornada las lluvias se concentraron en el centro de la isla, no fue necesario bloquear el tránsito por ninguna vía.

Al cierre de esta edición, según informó el Cabildo de Gran Canaria, permanecían cerradas la GC–210, de Tejeda a Artenara y del Cruce de Artenara a La Aldea, y la GC–200 entre Agaete y El Risco, además del acceso a Tirma por esta vía. Está bloqueado el paso por algunos tramos de la GC–310 y la GC–320. El acceso al Sao por la GC–321 y la carretera de El Sabinal hacia Marzagán, por la GC–800, están afectados por las lluvias. También están cerradas al tráfico la GC–550 en la salida de Agüimes hacia Temisas y la GC–500, desde la playa del Cura hasta la playa de Taurito. Está prohibido circular por la GC–350 entre el cruce de Firgas y el cruce de Moya, por el barranco de Azuaje.

«Durante toda la madrugada y a lo largo del domingo llovió en todo el territorio insular. Las incidencias en general son menores, sobre todo desprendimientos y algunos cortes de carreteras», explicó ayer el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, quien apuntó que un dispositivo de más de 1.000 personas trabajó en toda la red viaria de la isla para minimizar los daños.

El Consorcio de Emergencias de Gran Canaria tuvo que intervenir en accidentes de tráfico, sin consecuencias, y la mayoría de sus intervenciones se centraron en asistencias técnicas de achique, retirada de elementos de riesgo e incidencias en cuadros eléctricos.

En Las Palmas de Gran Canaria, la Policía Local se vio obligada a cerrar al tráfico el Túnel de San José (dirección sur) por la acumulación de agua en los carriles aunque no afectó a la entrada al barrio de San Cristóbal. La vía de acceso al Confital se bloqueó tanto para vehículos como para personas por el desplazamiento de piedras y los daños producidos por bajada del agua.

También se cortó la carretera del Dragonal (GC-310) a la altura del Jardín Canario por el hundimiento parcial del asfalto al romperse una alcantarilla por la cantidad de agua. De igual modo, hubo problemas en el Paseo de Chil, con la bajada del agua por los muros que produce la habitual imagen de pequeñas cascadas que se van acumulando en los diferentes carriles.