Las reservas en los embalses de la Isla tras las lluvias de los últimos días podrían garantizar el riego agrícola hasta que se empiece a bombear agua desde la desaladora de Arguineguín hasta las presas de Chira y Soria, según declaró ayer el presidente Antonio Morales, quien precisó que la Isla «dispone en estos momentos de 12 hectómetros cúbicos de agua almacenada, lo que supera los 11 hectómetros cúbicos de consumo anual previsto en el Plan Hidrológico de Gran Canaria.

«Con el agua que ya teníamos, garantizábamos la temporada agrícola hasta el verano de 2023 y ahora, con estas lluvias, se garantiza hasta el verano de 2024, incluido, y la previsión es que en esa fecha ya dispongamos del agua del Salto de Chira, ya que, acabada la desaladora en el verano de 2023 y la impulsión a finales de ese año o en el verano de 2024, podemos garantizar las temporadas agrícolas».

El presidente del gobierno insular explicó que en la zona de las grandes presas del Cabildo (sur/suroeste), la precipitación media ha sido de unos 80 litros. En la zona oeste (La Aldea), cumbre (Tejeda/Artenara/San Mateo), Las Palmas y Telde/Ingenio, la precipitación media acumulada ha superado los 120 litros, destacando la franja de oeste a este desde La Aldea hasta Telde.

Estado actual de las presas tras el paso de Hermine

Respecto a las aportaciones de agua a las principales presas de la isla, el presidente puntualizó que en los embalses privados se han recibido 1.970.440 metros cúbicos, lo que supone un 8% de incremento del volumen total. Las ocho presas públicas, las siete propias del Cabildo y la de Soria, han embalsado 741.772 metros cúbicos, un 3% de incremento del volumen total y un 39% de aumento sobre volumen disponible antes de la tormenta.

Miguel Hidalgo, consejero de Sector Primario, apuntó que aún sigue entrando agua en la mayoría de las presas, por lo que se calcula que la cifra final aumente en otros 500.000 metros cúbicos, con lo que se logrará tener unos tres millones de metros cúbicos a disposición de los agricultores.

Las aportaciones registradas favorecen la recarga del acuífero en las zonas de cumbre y la lluvia se ha manifestado de forma serena, constante y sin efectos torrenciales. «Las aguas de estos tres días han empapado nuestras tierras resecas y eso facilitará los cultivos en las próximas semanas», concluyó Morales.