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Los anfitriones del turismo XVIII

Frank A. Rodríguez, el cazador de eclipses

Frank A. Rodríguez lleva 29 años como divulgador de astronomía entre quienes practican la observación de estrellas - Atiende a más de 18.000 personas al año

Frank A. Rodríguez, astrónomo. José Carlos Guerra

Frank A. Rodríguez (San Mateo, 1975) es un amante de la observación del firmamento y su pasión la trasmite a cientos de escolares, residentes y turistas que se interesan por el astroturismo. «Llegan a llorar cuando contemplan los anillos de Saturno o las nubes y satélites de Júpiter», señala este astrónomo que ha viajado desde Alemania a Zambia, Australia, Chile, China o la Polinesia Francesa para cazar eclipses.

Apenas tenía 3 años cuando en la tarde noche del 16 de septiembre de 1978 miró al cielo y contempló una luna rojiza en sus distintas fases en la que estaba siendo su primera observación de un eclipse lunar. «Solo tengo flashes de recuerdos, apenas tengo consciencia de mis primeros momentos a la hora de contemplar el cielo, pero mis padres me dicen que desde pequeño me salía de la cuna y me encontraban en el patio con los ojos abiertos mirando hacia arriba», cuenta Frank A. Rodríguez, hoy un reconocido cazador de eclipses que lleva 29 años dedicándose a la divulgación de la astronomía y al turismo de estrellas. Por la óptica de sus telescopios pasan más de 18.000 personas al año. «La gente llora cuando observa los anillos de Saturno o Júpiter con sus nubes y satélites», señala. Frank es una de esas personas que cada día -y cada noche- se levanta para ofrecer lo mejor de sí mismo para impulsar al principal sector de la economía canaria.

Frank A. Rodríguez, astrónomo. José Carlos Guerra

Los astros se alinearon para que Frank naciera en San Mateo en 1975 en una familia en la que no había tradición alguna por la ciencia, pero que hablaba muy recurrentemente sobre un eclipse solar visto desde Gran Canaria en 1959. «Así que los eclipses siempre fueron fenómenos que me llamaron la atención desde pequeño y el que vi con tres años me marcó», relata. Frank cursó sus estudios obligatorios y luego se formó como profesor de pedagogía terapéutica, sin haber escogido la ciencia como rama principal de sus estudios académicos aunque llegó a tener ante sí toda la información de las asignaturas de la carrera de Física en la ULL. «Fue una opción que tuve sobre la mesa, pero opté por la enseñanza», dice, y ejerció la docencia durante cuatro años al tiempo que la combinaba con su recién creada empresa Astroeduca, su compañía de divulgación y turismo astronómico en Gran Canaria. Y en paralelo cursó, entre otros estudios, el máster de Astrofísica. «Me gustaba enseñar lo que veía en el cielo y las estrellas y explicar el por qué de esos fenómenos».

El astrónommo ha viajado por buena parte del mundo para lograr observar eclipses solares y anulares

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Este astrónomo lleva casi tres décadas dedicado a enseñar el cielo de GranCanaria en actividades que organiza para los colegios, campamentos y senderismo y observación astronómica con una base de operaciones que centraliza en la zona alta de San Mateo cerca del Pico de Las Nieves, en áreas próximas a los Llanos de la Pez o en el ala oeste de la isla como La Aldea, el barranco de Tasartico, Tasarte, la presa de Las Niñas y altos de Mogán o Artenara. «Ahí encontramos cielos con muy buenas condiciones de visibilidad estelar, sin interferencias lumínicas». «Aunque una asignatura pendiente es mejorar aún más las condiciones lumínicas de la isla».

Por sus telescopios pasan más de 18.000 personas cada año, una buena parte de ellos turistas. «Por el observatorio del hotel Tamarindos pasan una media de 250 personas semanales, unas 13.000 al año y en actividades por la isla unas 72 personas a la semana, otras 3.744 al año, y a eso hay que sumarle todos los colegios y las actividades que dinamizo con los ayuntamientos», señala. Realiza actividades también en el Observatorio Montaña Cabreja y en el Centro Astronómico Roque Saucillo, ambos en San Mateo y validados por la Unión Astronómica Internacional con el código Minor Planet Center (MPC J45) para el estudio y seguimiento de asteroides y cometas, además del Observatorio Astronómico de Tasartico. Frank es también responsable del desarrollo de la red de miradores astronómicos de Gran Canaria.

Imagen de una actividad de astroturismo impartida por Frank A. Rodríguez. Astroeduca.com

La gran mayoría de los turistas que contratan una actividad de astroturismo con Frank llegan a GranCanaria atraídos por el sol, la playa, los paisajes y los senderos «pero saben que la isla es un paraíso para mirar las estrellas y como actividad complementaria optan por la astronomía». «Casi el 75% de los que lo contratan es como plan complementario a su paso por la isla, pero lo curioso es que, de esos, casi el 90% contratan la actividad en origen», revela el divulgador. Y le llegan perfiles de todo tipo. «Mucha gente piensa que es una actividad académica y reglada y es todo lo contrario, son experiencias y vivencias y nos adaptamos a todos los públicos; aquí ha venido desde gente que no tiene ni idea hasta astrofísicos que contratan la actividad para tener una experiencia porque quizá son científicos de despacho. Incluso llegó uno que trabajaba en el telescopio espacial Hubble».

Isla Starlight

Gran Canaria obtuvo la certificación Starlight que avala la calidad de su cielo en 2018 y la ha renovado año a año, una certificación que ha colocado a la isla en el mapa internacional del astroturismo y que atrae cada año a cientos de personas. Muchas de esas personas quedan impresionadas al contemplar la vía láctea y cuando observan otros planetas o los cráteres de la luna. «Para quienes nos dedicamos a esto son objetos comunes, pero a los astroturistas los impresiona», afirma Frank, quien explica que para dar un plus de calidad a la actividad también se centra en la observación de objetos como las estrellas dobles, los cúmulos estelares, las galaxias o las nebulosas.

Y atesora anécdotas casi como estrellas hay en el firmamento, desde una familia que llevó a su abuela muy mayor a cumplir su sueño de ver las estrellas y la luna a través del telescopio o una pareja francesa que se casó en la isla y regaló a todos los invitados a su boda una experiencia de observación de estrellas.

Imagen de una actividad de astroturismo impartida por Frank A. Rodríguez. Astroeduca.com

Para este astrónomo, profesor y divulgador, el cielo es «todo». «Vives permanentemente pendiente del cielo, de todo lo que ocurre sobre nuestras cabezas y organizas tu vida en función de los fenómenos astronómicos. Y literal porque ha recorrido el mundo para cazar eclipses solares como el de Alemania en 1999, Zambia en 2001, Sudáfrica en 2002, Egipto en 2006, China-Gobi en 2008, China en 2009. Polinesia Francesa en 2010, Australia en 2012, Kenia en 2013, Ártico desde un avión en 2015, Micronesia en 2016, EE.UU. en 2017 y Chile en 2019, además de los eclipses anulares luego eclipses Anulares de Escocia en 2003 y España en 2005 y el tránsito de Venus en Grecia en 2021.

Sobre la posibilidad de que Gran Canaria pueda albergar la futura Agencia Espacial Española, Frank es claro. «Maspalomas tiene el centro espacial que fue punto clave para las misiones Apollo en que los astronautas se comunicaron con la Tierra al llegar a la luna, tenemos el Gran Telescopio de Canarias y el Instituto de Astrofísica de Canarias, así que ya tenemos cierta tradición y Canarias debe ser la sede de la agencia». Mientras tanto, él seguirá mirando cada noche al firmamento observando y siguiendo cometas y asteroides. «Después de tantas horas de dedicación mi ilusión es descubrir un comenta», sentencia.

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