Las lluvias caídas durante la tormenta Hermine, sumado a las elevadas temperaturas de los días posteriores, han provocado plagas de moscas en prácticamente todos los puntos del archipiélago canario, según apuntan las empresas especializadas en el control de este tipo de infestación.

Hacomar Perera, de la firma Arraclán Salud Ambiental, asegura que salvo en la capital de Gran Canaria, asevera que en estos momentos “parece que aún no se ha acabado agosto”, en referencia al mes en el que más presencia de moscas se produce en la isla, y que es “rara la presencia de tantos insectos” a estas alturas de octubre, “y de hecho casi siempre en septiembre nos olvidamos de ella, porque las estaciones con menor incidencia son el otoño y el invierno”.

Las llamadas para combatir el problema a estas alturas del año le llegan tanto desde las medianías del norte y del centro, como del sureste, “especialmente desde Telde hasta el sur”, con episodios significativos, como ocurre en el barranco de Guayadeque, sin olvidar las granjas, donde se dan las mayores incidencias por el estiércol, según apunta la misma fuente.

A las moscas se suma la mayor presencia de cucas y la expansión de la hormiga argentina

Particulares como Cristo González, de El Carrizal, asegura que desde hace casi tres semanas, «durante la última calima» las combate con raqueta eléctrica, con trampas, con flis, ahogándolas en el plato ducha y el fregadero, con las pegues amarillos, “y no hay forma de erradicarlas, es cargártelas, volver a abrir la ventana, y llenarse”, y asegura que ve, “hasta la crías pequeñas que creo que se reproducen en el interior de la casa. En lo que pones el plato, si miras atrás ya te encuentras veinte moscas en el suelo y en los muebles. Da asco”, remata para señalar que cuando abre los contenedores de basura, “se te llena el brazo de insectos”.

Perera corrobora la situación, puntualizando que “todo el día nos están llamando, y lo que antes se combatía con unas lámparas inseptocaptoras, ahora son insuficientes”.

Explica que para combatirlas en grandes masas se recurre a varias opciones dependiendo del lugar. Si es una finca con unas bolsas con un potente olor que las atraen hacia una trampa de agua, y en lugares permitidos, se complementa con unas pinturas que se colocan en puntos estratégicos que impregnan las patas del insecto, que se contamina cuando se rascan la cabeza, amén de los clásicos pegues donde se posa. Si bien el más radical consiste en la pulverización, que es la herramienta más delicada y solo se recurre ya en establecimientos cerrados al público y sobre los lugares susceptibles de contener larvas.

La misma fuente ilustra que el gran vector de estas plagas es el calor porque gracias a las elevadas temperaturas se acorta el ciclo de vida de la mosca común. Así, en los meses fríos el proceso de poner los huevos y eclosionar dura unos quince días, que se pueden reducir a cuatro con los termómetros en alza.

El problema también se hace extensible a las demás islas, como en Tenerife, con sus vertientes sur sufriendo la mayor presencia, como informa Guillermo Rodz Nickel, responsable técnico de la empresa TenePlagas, con una mayor presencia en lugares como San Miguel de Abona y “en la zona de Las Américas”, así como en los entornos de las grandes fincas de plataneras con abonos reciente, causando importantes molestias “en hoteles y restaurantes”.

Desde Fuerteventura, Silvestre de León, aplicador de la misma empresa, TenePlagas, sitúa los mayores reportes en puntos como Lajares o Tarajalejo, entre otros sitios, que achaca a brotes que surgen tras las lluvias combinado con “un calor que no se ha ido”.

Los especialistas aseveran que no es habitual semejante incidencia en pleno mes de octubre

Según afirma las mayores quejas le llegan de los inquilinos de casas vacacionales, indicando que en estos casos de viviendas o lugares residenciales son muy complicadas de erradicar “porque no hay productos muy efectivos, y los que hay son costosos. Además la duración de estos ciclos son de unos quince días, que es justo la permanencia de los efectos de estos venenos”. Así que la solución pasa por “capear el temporal como se pueda, con trampas y trucos caseros y pasar estos quince o veinte días como se pueda”.

 Mientras, ambas empresas no dan abasto, tanto por las moscas, como también por las cucarachas, que al igual que las moscas tienen en estos índices de temperatura y humedad las mejores condiciones para su expansión. En este sentido, Hacomar Perera, asegura que «se ven en lugares en los que nunca se han visto», a lo que se añade un inesperado invitado, la hormiga argentina, que también está proliferando, al punto que recibe encargos para su erradicación «hasta en la planta diez de algún edificio».