El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, y el embajador de Suecia en España, Teppo Tauriainen, conmemoraron ayer el 70 aniversario del Jardín Botánico Viera y Clavijo en la sede de la institución, en un acto en el que también se rindió homenaje al botánico sueco Erik Ragnor Sventenius, fundador del Jardín, y de cuya muerte de cumplirán 50 años en 2023.

Teppo Tauriainen, que era la primera vez que visitaba la isla, se refirió a Sventenius como un «pionero en cuanto a la biodiversidad, un fantástico ejemplo de lo que puede hacer una persona para preservar la biodiversidad de las Islas Canarias. Él salió de Suecia de joven y vino a España en los años 40 y llegó primero a Tenerife y luego a Gran Canaria y vio que tenía una misión para preservar la flora de las islas y el Jardín es el mejor ejemplo de esto, una institución muy importante».

El jardín tiene uno de los bancos de semillas endémicas más relevantes de la Macaronesia

A juicio de Morales, «cuando se van a cumplir 50 años del fallecimiento de Sventenius, no se me ocurre mejor homenaje que aprovechar su legado para seguir avanzando hacia una ecoisla, un modelo sostenible que tenga en la conservación del medioambiente y en el conocimiento científico dos de sus pilares. Y que pase por la innovación y el conocimiento que nos lleve a una Isla inteligente, las economías azul y circular, la movilidad sostenible, un ecoturismo que avance en la digitalización y el respeto al medio que lo acoge o la reforestación de Gran Canaria».

Tras poner de manifiesto el protagonismo que tuvo la colonia sueca en la transformación, la modernización y el desarrollo de Gran Canaria, Morales resaltó la figura de Sventenius, el artífice del que es el mayor jardín botánico de España, que hoy goza de prestigio internacional, al ser uno de los bancos de semillas de especies endémicas más relevantes y el más grande de la región macaronésica.

«Y es que, sin duda, el principal legado de Sventenius es la construcción de una institución que es un referente indiscutible en la investigación, la conservación y la divulgación de la biodiversidad de Canarias. Una biodiversidad muy rica, pero extremadamente compleja y frágil», subrayó.

Una riqueza natural que, como sostuvo, hoy vive amenazada por un cambio climático, que el Cabildo está afrontando mediante el despliegue de un programa destinado a avanzar hacia un modelo de desarrollo sostenible. En este contexto, expuso los ejes sobre los que pivotan las iniciativas que pone en marcha la Institución para mitigar y adaptar la Isla al cambio climático, así como para diversificar su modelo económico en aras de reducir su dependencia del exterior y de los combustibles fósiles. «Hemos elaborado una estrategia para la mitigación y adaptación al cambio climático y un modelo de desarrollo ecosocial, que englobamos en el concepto de ecoísla», concretó, para añadir que este cambio se fundamente en la denominada ‘triple soberanía’, que engloba las soberanías energética, hídrica y alimentaria.

«Sventenius vio el valor de esta flora como reducto de la que un día estuvo en el continente»

En su discurso, Morales hizo referencia a la contribución del Cabildo de Gran Canaria a la conservación medioambiental del territorio insular, del que el 42% cuenta con algún tipo de protección y en el que la conservación de esos espacios concentra buena parte de los esfuerzos del Gobierno grancanario.

La consejera de medio ambiente, Inés Jiménez, destacó la importancia del evento ya que «es la primera vez que la embajada sueca visita la isla, y está en el Jardín Canario con motivo del aniversario del fallecimiento del impulsor de esta institución. Se trata del Jardín Botánico más grande de España, y para nosotros es muy importante. Además del 70 aniversario del Jardín, el año que viene conmemoramos el 50 aniversario de la muerte de una persona visionaria».

En opinión del director del Jardín Botánico, Juli Caujapé, «Sventenius fue una las figuras más estacadas de su tiempo porque adelantándose 30 años al origen de la ciencia de la biología de la conservación, supo entender el valor de esta flora como reducto de la biodiversidad que en algún tiempo pasado estuvo en el continente y quedó aquí conservada».