Artenara | In memoriam

Fallece el padre Marcos Díaz Bertrana

Estuvo vinculado 72 años a la Compañía de Jesús | Su actividad pastoral la desarrolló en centros educativos de Andalucía

Marcos Díaz Bertrana S.J.

Marcos Díaz Bertrana S.J.

José A. Luján

José A. Luján

En los pueblos pequeños no es difícil recorrer el mapa genealógico de sus miembros porque casi todos están al alcance de la memoria, aunque para reconocer a los primeros progenitores haya que remontarse casi dos siglos atrás. Por eso, cuando de Artenara se dice «allí nos conocemos todos» estamos ante una certeza incuestionable. En 1994 fue publicado el primer libro referido a la localidad titulado Aspectos históricos de Artenara, y aquí, en el entorno de la ciudad, varios lectores me decían: «¿Y qué hace un catalán en esas cumbres a finales del siglo XIX?» Y la respuesta no dejaba de sorprenderles: «¡Oh!, las guerras carlistas».

Con motivo de este conflicto, fueron expulsados de Cataluña una decena de curas que llegaron a las islas donde fueron conocidos, según el investigador Julio Sánchez, como «los curas catalanes». Entre ellos, se encontraba el diácono Pedro Bertrana Masramón que fue ordenado sacerdote en Tenerife y su primer destino fue la alejada parroquia de San Matías de Artenara. Desde allí reclamó a su hermano Segismundo, que según Unamuno vino «procedente de la riente plana de Vich». En Artenara contrajo nupcias con la viuda doña Isabel Perera, poseedora de un rico patrimonio con tierras en diversos puntos del municipio. Y una tienda de ultramarinos en la misma plaza del pueblo, donde rellenaba morcillas y chorizos con una máquina manual que trajo de Barcelona, además de una máquina para partir las almendras. Estos artilugios fueron admiración de los paisanos. No tuvo reparos en vincularse a la política local donde llegó a ser alcalde, y a la insular ya que como consejero formó parte del primer Cabildo de la isla en representación del Partido Judicial de Guía.

Entre los hijos del matrimonio de don Segismundo y doña Isabel estaba doña María Bertrana Perera quien casó con don José Díaz Hernández, que estudió la carrera de Derecho en La Laguna como alumno de matrícula libre, mientras ejercía como secretario del Ayuntamiento de Artenara, en sustitución de su padre don Manuel Díaz Quintana que emigró a La Aldea de San Nicolás, donde fue administrador de la finca La Casa Nueva.

El matrimonio Díaz Bertrana procreó nueve hijos: Segismundo (fallecido en la Guerra Civil), Manuel, Isabel Teresa, Federico, José Ervigio, Ricardo, Rosalía, Jerónimo y Marcos. El estudio del Derecho, la actividad miliciana y el ejercicio del magisterio constituía el ambiente de esta familia que llegado el momento se trasladó a Las Palmas capital para mejor desarrollar sus oficios. Federico fue nombrado presidente del Cabildo y Pepe Ervigio consejero del Cabildo.

El más pequeño, Marcos, nació en febrero de 1933, y optó por la carrera sacerdotal a partir de su formación inicial en el colegio de los Jesuitas de Las Palmas. Su currículum estuvo marcado por su dedicación al estudio y a la coordinación y dirección de centros educativos. Tras su ingreso en la Compañía de Jesús en septiembre de 1950, se ordenó en Granada el 29 de junio de 1964.

Sus estudios reglados se fueron desgranando en diversas temáticas teologales y de manera sucesiva en diferentes ciudades de Andalucía (Granada-Teología), o en otras ciudades como Alcalá de Henares; en Málaga fue director de Escuelas San José, siendo Delegado Provincial de Educación; En Sevilla-Sagrado Corazón ostentó varios cargos de responsabilidad: Superior; Operario; Delegado Provincial de Pastoral; Secretario de la URP; Presidente de la Conferencia Diocesana; Secretario Técnico de Pastoral Social y de salud de Obispos del Sur; En Córdoba-San Hipólito: Superior, Coordinador de un grupo Provincial de Iglesias, así como la realización de estudios en Roma y París, en los cursos 1969 y 1970.

Era Marcos Díaz Bertrana un sacerdote de sólido compromiso con la Compañía de Jesús. Venía a la isla con motivo de la participación en la liturgia en acontecimientos familiares como fallecimientos de parientes, bodas, bautizos y primeras comuniones de la pléyade de hermanos, sobrinos y resobrinos que cada año crecía con el ideario de los principios cristianos y que era una forma de no perder el vínculo con la familia, aun estando en su ejercicio pastoral en Andalucía. Tenía una preferencia sentimental con la Virgen de La Cuevita y siempre buscaba un hueco y arrastraba a varios familiares próximos para oficiar una misa en el santuario troglodita. Estaba al tanto de las publicaciones históricas que desvelaba el cronista del pueblo, hecho que servía de tema de conversación en nuestros encuentros por la calle de Triana.

En el ámbito de Artenara, el padre Marcos Díaz Bertrana siempre fue reconocido como ‘Marquitos’, una persona muy cercana en el trato, de rasgos muy personales, con voz cálida y serena, y una finura innata en sus gestos que siempre nos hacía recordar a su padre, don Fefo, cuando estaba sentado en su sillón de mimbre en la sombra de los árboles de la Alameda de Artenara.

Tras 58 años de sacerdocio y 72 en la Compañía de Jesús, el día seis de enero de 2023, a los 89 años de edad, acaba de rendir tributo a la muerte en la ciudad de Málaga.

El funeral en su memoria se celebrará el miércoles día 11, a las 19:00 horas, en la iglesia de los Jesuitas, en la calle Dr. Chil. (Vegueta).