Seis ‘pequeños hogares’ dan vida al viejo colegio de Los Salesianos

El antiguo Colegio de Los Salesianos se presentó ayer como un futuro Centro Sociosanitario único en Gran Canaria, según el alcalde de Guía Pedro Rodríguez. El proyecto técnico fue presentado a los vecinos ayer por el edil guiense y el consejero de Presidencia del Cabildo, Teodoro Sosa, en el transcurso de un acto en el que también estuvieron la consejera insular de Política Social, Isabel Mena; la presidenta de la plataforma ciudadana Salvar Los Salesianos, Inmaculada González Nuño, y el arquitecto Matías Berrocal.

El nuevo Centro Sociosanitario acogerá 68 plazas repartidas en seis ‘pequeños hogares’, que representan la escala doméstica y familiar de la atención sociosanitaria: una agrupación de pocas habitaciones que comparten salón privado, cocina y zonas de esparcimiento. El enfoque es el mantenimiento de la autonomía del residente en todas las facetas de su día a día, colaborando en la limpieza y manutención, informa el gabinete municipal. La propuesta convierte la actual galería de arcos que mira al barranco de Las Garzas en un auténtico mirador, dotando a cada habitación de una terraza con vistas. Cada unidad alojativa tendrá un pequeño office y escritorio de lectura.

Un Centro de Día se alzará en el patio a cielo abierto que queda al abrigo del edificio, con capacidad para 65 usuarios, con un equipamiento donde destaca la piscina terapéutica, gimnasio, fisioterapia, podólogo y peluquería. Cuenta además con una cocina industrial con capacidad para atender a residentes y de apoyo a la ayuda a domicilio en la comarca norte. La cubierta del propio Centro de Día se convierte en un jardín contemplativo, bajo una galería porticada con plantas enredaderas. El equipamiento se completa con la recuperación del gran salón de actos que, ubicado bajo la capilla, estará acondicionado para 100 usuarios. Contará, además, con servicio de cafetería y áreas de paseo al aire libre.

Persona cuidadora

El elemento más destacable, según destacaron los técnicos y autoridades, es la Unidad de Respiro Familiar, un conjunto de cuatro habitaciones y capacidad para ocho usuarios, completamente equipadas con los últimos sistemas en atención sociosanitaria cuyo destino es acudir al rescate de la persona cuidadora, ofreciendo el apoyo necesario para que pueda conciliar su vida familiar mientras que su allegado cuenta con toda la atención que necesite. Esta instalación está llamada a socorrer al gran olvidado en situaciones de dependencia: el cuidador.

El proyecto, financiado con una partida de 232.000 euros porel Cabildo, supone el rescate arquitectónico del inmueble, que se convertirá en un centro para personas mayores con un enfoque de hogar funcional en un edificio histórico. Pedro Rodríguez y Teodoro Sosa subrayaron «el extraordinario alcance social» y un ejemplo más de cómo la atención a la dependencia es uno de los grandes retos y prioridades. Y recordaron que el Cabildo destina ocho millones para la ejecución de la obra.