Gáldar

Buceo Norte abre los fondos del mar a las personas con discapacidades

El centro de Sardina de Gáldar iniciará a principios de año un programa de inmersiones para todos, tras ganar el premio nacional Iberdrola Supera Inclusión

En el centro de la imagen y en primer plano, Pío David Vargas junto con Marina Muñoz, propietarios de Buceo Norte, tras recibir el galardón de Iberdrola.

En el centro de la imagen y en primer plano, Pío David Vargas junto con Marina Muñoz, propietarios de Buceo Norte, tras recibir el galardón de Iberdrola. / Iberdrola

Juanjo Jiménez

Juanjo Jiménez

Marina Muñoz y Pio David Vargas se han propuesto abrir el fondo del mar a todas las personas independientemente de sus discapacidades físicas o visuales e Iberdrola les ha premiado con 50.000 euros del galardón Supera Inclusión, con lo cual lo que ha sido un proyecto casi utópico, con años bregando con una dificultad tras otra, se hará realidad a principios del año entrante en su centro Buceo Norte de Sardina de Gáldar, el único de Canarias y de los muy pocos de España con potencial para abordar semejante reto.

Marina es propietaria del centro junto con su marido Pío. Licenciada en Biología, en la especialidad de Zoología, e instructora de buceo y apnea, mientras que él es formador de instructores, SSI Instructor Trainer, un tándem que se propuso aplicar el «buceo consciente, que se define por formar buceadores y apneístas altamente capacitados para formar una comunidad de buceadores concienciados en la conservación del medio marino».

Pero se encontraron con una primera barrera, «que era la de no poder ofrecer a todo el mundo esa oportunidad y teníamos clientes con discapacidad y para atenderlos necesitábamos una titulación específica que no teníamos».

Inmersión de Club Buceo Norte en aguas de Sardina de Gáldar

Inmersión de Club Buceo Norte en aguas de Sardina de Gáldar / Pedro Almeida

Así es como recurren a la única persona que les podía titular, el buceador e instructor vasco Aritz Tago, al que lograron traer a Canarias tras cinco años de espera. «Tago formó a nuestro equipo no solo como instructores en buceo con personas con discapacidad, sino también para formar a los buceadores que harán de acompañantes», teniendo en cuenta que para este tipo de inmersiones se requieren a veces hasta tres personas para garantizar la seguridad, especialmente aquellos que requieren de sillas de ruedas o sufren de lesiones medulares.

Pero las cuentas no cuadran, ya que en ese caso el cliente tendría que pagar el doble o el triple, algo que se sale de esa idea original de apertura a todos por igual, que es cuando Aritz Tago sugiere crear un red de colaboradores «altamente capacitados» y formados en el propio centro y cuyo pago por ayudar sería el un bono de regalo para un posterior buceo gratuito con los medios del centro.

Falta aún otro gran detalle, el de adecuar las instalaciones del centro para hacerlo accesible, que no es solo adaptar un baño o una rampa, sino multitud de detalles y elementos, incluidas las señales y relieves en el suelo para guiar a los invidentes, sin olvidar la reforma del vehículo de apoyo.

Visto el coste de todos estos requisitos es cuando «vimos la convocatoria de los premios Iberdrola y lo hemos ganado», explica Marina sin disimular su alegría por el reconocimiento en sí, pero sobre todo porque ahora disponen del recurso económico necesario para culminarlo.

Marina, durante su formación, ha buceado con invidentes o con personas con discapacidad física, «y cuando salen del agua alucinan. En el caso de los ciegos tienen unas capacidades sensoriales muy desarrollada con lo cual su experiencia es muy completa».

Todos ellos perciben la ingravidez, la textura de los fondos, la sensación y el sonido del agua, y como plus, «la continua comunicación táctil con un código de señales en las que se le indica lo que existe en el entorno, o las direcciones de desplazamiento, que provoca que se crea una relación muy estrecha y agradable». Y con un remate, que todos ellos logran, superado el curso, el flamante título de buceador en toda regla.

Suscríbete para seguir leyendo