Mogán

La huella moganera en Cuba

El historiador Jesús Rodríguez Calleja localiza en ‘Mogán en América, idas, vueltas y retornos’ a las 703 personas que emigraron al continente.

El doctor en Historia Moderna y Demográfica Histórica Jesús Rodríguez Calleja sostiene un ejemplar de su libro.

El doctor en Historia Moderna y Demográfica Histórica Jesús Rodríguez Calleja sostiene un ejemplar de su libro. / José Carlos Guerra

Un análisis de la migración moganera entre los años 1814 y 1960. El historiador Jesús Rodríguez Calleja lanza un nuevo libro en el que recoge la historia de Mogán, en este caso la marcha de sus vecinos al otro lado del charco huyendo de la miseria y de la obligación de hacer el servicio militar. 

Personas jóvenes entre los 15 y los 21 años, en su mayoría hombres, solteros, analfabetos, y buena parte de ellos con profesiones como la de labrador o jornalero. Ese es el perfil general de los ciudadanos moganeros que cruzaron el Atlántico en busca de nuevas oportunidades de vida entre mitad del siglo XIX y mitad del siglo XX; concretamente 703 personas que emigraron a distintos países americanos, sobre todo a Cuba, unos huyendo de la miseria y otros de la obligación de hacer el servicio militar, unos datos que el doctor en Historia Moderna y Demográfica Histórica Jesús Rodríguez Calleja rescata en el libro ‘Mogán en América, idas, vueltas y retornos’. El historiador presenta la obra el viernes a las 19.30 horas en el Centro Cultural El Mocán del casco de Mogán.

El doctor en Historia Moderna y Demográfica Histórica Jesús Rodríguez Calleja sostiene un ejemplar de su libro.

El doctor en Historia Moderna y Demográfica Histórica Jesús Rodríguez Calleja sostiene un ejemplar de su libro. / José Carlos Guerra

Editado por el Ayuntamiento de Mogán, el libro analiza la inmigración de los vecinos de este municipio que cruzaron el charco entre 1814 y 1960 con el objetivo de salvaguardar la memoria de aquellos que se fueron. El obra es el resultado de una investigación de dos años en los registros parroquiales y civiles. «Lo que se ha hecho en Mogán es una cosa única; hay trabajos que hablan de la migración canaria a América, siempre con datos muy parciales mirando los datos parroquiales o algunos de ayuntamientos, pero este libro es único en Canarias porque se ha rastreado toda la documentación», señala su autor.

El historiador presenta su nuevo libro el viernes a las 19.30 horas en el Centro Cultural El Mocán

El análisis arranca en 1814 al ser el año en que Mogán adquiere identidad propia con la construcción primero de la ermita de San Antonio de Padua precisamente con la remesa de dinero que envió un indiano, Matías Sarmiento, para evitar que los moganeros tuvieran que ir hasta Tejeda. Adquirió así su independencia religiosa, aunque la municipal llegaría en 1935. Y el estudio se prolonga hasta 1960 porque es cuando comienza el desarrollo agrícola y turístico del municipio y se empieza a crear empleo. De hecho algunos volvieron como taxistas.

Registros

Rodríguez Calleja, junto a los responsables de esos archivos, ha analizado en los registros civiles nacimientos, matrimonios y defunciones, donde encontraba junto a los nombres de los vecinos anotaciones en las que se afirmaba que su familiar estaba «ausente en América». «A partir de los registros iba sacando datos de la gente que estaba fuera», relata, mismo trabajo que hizo con los libros parroquiales, con alguna sorpresa. «Al principio pensábamos que en los registros de la parroquia habría más información que en los civiles, pero no, ha sido al revés, y creemos que mientras en el registro civil los datos eran más rigurosos, en los religiosos existía una connivencia para no decir quiénes estaban fuera y así evitar que los localizaran para ir al servicio militar», añade el historiador. Otra fuente de documentación han sido las quintas militares, pues cuando se les llamaba para el servicio y no estaban, se les declaraba prófugos y eso quedaba registrado.

El doctor en Historia Moderna y Demográfica Histórica Jesús Rodríguez Calleja sostiene un ejemplar de su libro.

El doctor en Historia Moderna y Demográfica Histórica Jesús Rodríguez Calleja sostiene un ejemplar de su libro. / José Carlos Guerra

La mayoría de los emigrados fueron hombres, aunque también había alguna mujer y junto al nombre de su marido, que era cabeza de familia en el padrón municipal, se hallan anotaciones como «está solo porque su mujer lo abandonó y se fue a América con otro», recuerda Rodríguez Calleja.

El destino del 20% de los emigados es desconocido, pero del 80% restante el 90% se marchó a Cuba, la mayoría a la provincia de Santa Clara -con la que se hermanó Mogán en 1995-. El 10% restante se marchó a Venezuela, Brasil o Argentina. De los 703 migrantes, el historiador calcula que volvió la mitad. «Salvo casos excepcionales en los que se puede adivinar que se enriquecieron, la mayoría volvió igual que se fue: siendo labradores y jornaleros», señala. Con este estudio, Rodríguez Calleja concluye que «la inmigración es un aspecto fundamental en la historia y la identidad canaria».

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