- ¿Qué le ha cautivado de Lanzarote, isla en la que usted reside de forma habitual y en la que ha creado una sala de conciertos para jóvenes músicos?

- Hace veintidós años estaba buscando con mi hijo menor un lugar tranquilo y con sol para pasar las vacaciones. La primera vez que visité Lanzarote me quedé fascinado de su cultura y su gente. Cada día me gusta más esta isla, de la que estoy enamorado. Sus paisajes y sus colores son fantásticos. Hace quince años compré mi actual vivienda de Mácher y pocos años después, la de al lado, en la que creé la sala de conciertos The Camel House Concert para que jóvenes músicos de distintas partes del mundo puedan ofrecer aquí sus recitales y disfrutar de unos días en esta maravillosa isla que tanto adoro. Desde que vi esa casa, imaginé que sería un salón ideal para conciertos, como así ha sido. Fue emocionante. Ambos inmuebles son centenarios y los he rehabilitado.

- Usted descubrió su pasión por la música a una edad muy temprana, cuando aún era alumno de la escuela de Lancashire (condado situado al noroeste de Inglaterra) en la que realizó sus estudios primarios. ¿Recuerda cómo fue aquella experiencia?

- A mis padres la música no les gustaba pero fue cuando tenía siete u ocho años cuando empecé a descubrir mis sentimientos por la música. Mi pasión ha sido y es tan fuerte que pienso que es una de mis grandes motivaciones para vivir. Hice mi formación musical como concertista de piano en el Royal Manchester Collegue of Music, un conservatorio muy prestigioso de Inglaterra. "Desafortunadamente, cuando terminé mis estudios de piano pensé que no era posible continuar con una carrera profesional porque había muchos pianistas y muy buenos. No es lo mismo ser un buen pianista que casi bueno. Por ese motivo, decidí dejar la música para mi tiempo libre y montar una empresa en el sector textil en Leeds dedicada a la fabricación de ropa".

- Usted procede de una familia humilde y convirtió esa fábrica de ropa en su primer gran imperio, que montó prácticamente de la nada en los años setenta del siglo pasado. ¿Cómo logró sacar adelante el negocio en aquella época?

- En mi libro How to be a failure and succeed doy a conocer mis éxitos y mis fracasos. Siempre hay que pensar que es posible transformar el fracaso en un éxito pensando en que hay que ir en la dirección correcta y tomarla. El hecho de no intentarlo lleva ya de por sí al fracaso. Junto a esto hay que tener en cuenta que la suerte es muy importante en la vida y ayuda a resolver los problemas. Con convicción y confianza en uno mismo se pueden superar las dificultades. Soy el mayor de tres hermanos y recuerdo que, pese a las dificultades, la vida en Lancashire con mis padres, que eran muy trabajadores, era fantástica. Allí encontré inspiración para mi vida y creo que la vida y los negocios sin ella y sin el arte no son nada. Decidí que tenía que hacer algo porque no me iba a dedicar profesionalmente a la música y por eso monté con muchos esfuerzos mi fábrica de ropa, la cual vendí hacia 1983.

- El dinero que obtuvo por la venta de su fábrica lo invirtió en crear un gran complejo empresarial, Dean Clough, en Halifax, en el que no se olvidó de los artistas ni de la música. ¿En qué consiste ese proyecto, que puso ya con cincuenta años?

- Decidí que tenía que hacer algo con el dinero procedente de la venta de la fábrica textil y reconvertí Dean Clough, un complejo en desuso, en un gran recinto empresarial en el que hay instaladas alrededor de doscientas empresas. También hay galerías de arte y un teatro. Los artistas van allí y no pagan nada por crear y desarrollar su inspiración. Dean Clough es muy importante para mí, al igual que el arte, que es la inspiración para la vida. Este proyecto lo llamé mi utopía práctica, la cual convertí en realidad. Ahora lo lleva uno de mis hijos. Cuando monté mi primer negocio me inspiré también en el arte.

- Dean Clough se ha puesto como ejemplo de rehabilitación urbana de una zona industrial. La Reina Isabel II le concedió en 1998 el título de sir por sus logros empresariales y su filantropía. ¿Esperaba esa distinción?

- Fue una gran sorpresa para mí, pero me siento muy orgulloso de este título. En Inglaterra es muy importante, pero en España el título de sir no significa mucho. La ceremonia fue muy emocionante. La reina Isabel II me puso una espada sobre el hombro y me nombró sir. Luego almorzamos junto a diez personas más en el palacio de Buckingham. Recuerdo que me senté a su izquierda. La reina es muy amable y simpática y supongo que lo mismo ocurre con otras reinas, como la de España, Doña Sofía. No recuerdo exactamente las palabra que me dijo su majestad Isabel II, pero recuerdo el acto con mucha emoción.

- Como empresario que ha sido, ¿qué opina de la actual situación de crisis de la que está costando salir?

- Durante mi vida siempre fue importante pensar que la situación económica sería de crisis siempre. Eso para mí era la única manera de pensar, en innovar, porque creo que es mucho mejor vivir el presente que estar pensando en el futuro.

- Cuando enciende la televisión y observa los actos de violencia callejera de los jóvenes en Inglaterra, ¿qué opinión le merece?

- Es lamentable lo que está pasando. ¡Qué lástima! Comparto un pensamiento del músico español Pau Casals cuando dijo que hay que sacar el talento que tiene dentro cada joven.

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La violencia no lleva a nada. Creo que las posibilidades de la gente joven hoy en día son muchas y hay motivos para llevar a cabo sus ambiciones y dejarse de enfrentamientos. Me parece un gran desperdicio de talento, que seguro tienen muchos de los jóvenes que han participado en esos enfrentamientos. Así no se consigue nada.

- Ha citado usted al gran violonchelista del siglo XX Pau Casals y uno de los mejores directores de orquesta de su tiempo. ¿Admira a otros músicos y artistas españoles?

- De los compositores españoles admiro mucho a Manuel de Falla e Isaac Albéniz. De hecho, las dos viviendas para músicos que tengo junto a la sala de conciertos en el pueblo de Mácher las he llamado Casa Falla y Casa Albéniz, respectivamente. Por otro lado, el actor Javier Bardem me parece genial. Me gustaron mucho sus películas Mar adentro y No es país para viejos. No entiendo cómo puede hacer tan buenas interpretaciones en ambas, a pesar de que los sentimientos que transmite en los registros de cada una de ellas son muy diferentes.

- ¿Toca algún otro instrumento, además del piano?

- El jazz me encanta pero, desafortunadamente, no puedo tocarlo, así que interpreto la música que más me gusta y lo mejor que sé hacer, tocar el piano. Lo más que he grabado han sido conciertos para pia-no de Chopin.

- ¿Qué ha supuesto para usted la creación de la sala de conciertos en Mácher, una iniciativa novedosa en la Isla?

- Para mí supuso hacer realidad otro de mis sueños en una isla tan fantástica como ésta para dar a conocer el talento de jóvenes músicos. The Camel House es el nombre que hemos elegido para la sala de audiciones y la serie de conciertos que realizamos la denominamos Camel House Concerts. La vivienda tiene más de doscientos años.

- ¿Cuál será el próximo concierto?

- El 30 de octubre. Por un lado, el recital de Jennifer (violín) y Jeremy Pike (piano) y por otro, el de Arsha Kaviani (piano). El día anterior actuarán en la Bodega Stratvs, en La Geria.