Domingo Brito Fernández, Luz Marina de León, Pedro Méndez, Marcial Martín, Andrés Pacheco, Lidia Romero Betancort, Gregorio Cabrera Padrón... El Cabildo de Lanzarote rendía ayer un pequeño tributo a más de una treintena de jubilados de la corporación insular por "el esfuerzo, en muchos casos, de casi toda una vida de dedicación a Lanzarote", tal y como destacó el presidente del Cabildo conejero, Pedro San Ginés.

Un esfuerzo que en la mayoría de los casos ha supuesto la puesta en marcha de muchos de los servicios que en la actualidad presta la primera institución de la isla. Domingo Brito, que estuvo 43 años como empleado de la Granja Insular, recordaba ayer el esfuerzo y la ilusión que supuso la creación de este departamento en el año 1967. "Nuestra primera misión fue crear un semillero de tabaco tras la enfermedad que acabó con casi toda la producción en Canarias", señala Brito que todavía se siente orgulloso de haber sido los únicos en el Archipiélago en volver a plantar tabaco ese año (Lanzarote llegó a tener hasta 3.800 hectáreas de ese producto).

Un grupo de cinco trabajadoras del Hospital Insular (que depende del Cabildo) acudían también a recoger el diploma por sus años en esta instititución sanitaria. "Cuando empecé en el año 1976 teníamos que hacer de todo, limpiar, ayudar en los quirófanos, hacer las curas e incluso hasta de parteras cuando no quedaba más remedio", señala Luz Marina de León que estuvo 37 años ejerciendo como auxiliar clínica. "Gracias a dios las cosas han mejorado", afirma.

"No debemos olvidar que el Cabildo es la casa de todos los que habitan en esta isla dado que son los ciudadanos los legítimos dueños de esta centenaria Institución, y ello hace más necesario si cabe este reconocimiento para ensalzar el trabajo silencioso que ustedes han prestado durante muchos años a sus conciudadanos con profesionalidad, esfuerzo, compromiso, responsabilidad y dedicación si bien, debido a que todos nos encontramos inmersos en la dura labor diaria, en muchas ocasiones no hayan sentido el reconocimiento a su labor", apuntó San Ginés durante su discurso previo a la entrega de diplomas en el salón de plenos de la corporación.

Pedro Méndez, que tuvo que venir al Cabildo ayudado por su hijo, recordaba también sus años como trabajador del departamento de Obras Públicas. "Me acuerdo de las dificultades que pasamos para construir la carretera entre Arrecife y San Bartolomé porque el jable entraba una y otra vez en la calzada o las noches en las que colocamos las farolas de la carretera hacia el aeropuerto", señalaba.

Un reconocimiento que tuvo como denominador común el orgullo de haber trabajado para la corporación. "Puedo decir que en mis 25 años como auxiliar de enfermería en el Hospital Insular jamás cogí una baja así que creo que no les he salido muy cara", indicaba Lidia Romero con una sonrisa en la boca. "Ustedes han sido un referente para la institución", les recordó Pedro San Ginés.